Transición Ecológica lanza un plan para 'limpiar' España
- Ribera plantea proteger los ecosistemas más afectados por la contaminación
Inés Oria
Las últimas décadas han supuesto, para medio mundo, el mayor cambio de paradigma económico y social de la historia. La asunción del modelo liberal que, en la práctica, impera en la mayoría de los países desarrollados, la frenética evolución de la tecnología y la interconexión global son las máximas sobre las que pivotan las decisiones de los gobernantes y, más allá, son también los resortes que ordenan y organizan las rutinas de las mismas sociedades. No obstante, las propias sociedades despistan los peajes que todo lo anterior supone. El cortoplacismo y la cultura del ahora son la aparentemente inexcusable derivada que, como el humo de un tubo de escape, generan los motores sociales asumidos, suponiendo, como ocurre con los propios motores de combustión, una fuente de contaminación que amenaza de forma silente la propia pervivencia de cualquier modelo.
Más de un millón de especies animales y vegetales se encuentran actualmente en serio peligro de extinción, y los ecosistemas siguen sometidos a un ritmo de degradación acelerado a consecuencia de la actividad humana, advierte las Naciones Unidas. La conservación de la biodiversidad, recuerda el organismo, no es únicamente deseable, sino "fundamental" para la Humanidad, habida cuenta de su íntima relación con el desarrollo social y económico y, más allá, con el propio bienestar y con la salud de las personas.
Con el fin de paliar esta situación en la medida de lo posible, el Gobierno ha sacado recientemente a consulta pública el borrador del real decreto para la aprobación del Plan Estratégico del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad a 2030. El documento identifica las líneas de actuación prioritarias, objetivos y actuaciones a desarrollar de manera urgente durante los próximos años para contribuir a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y plantea medidas para reducir las amenazas que acechan al patrimonio natural y la biodiversidad, poniendo el foco en la protección de aquellos espacios y especies sensibles a los efectos del cambio climático entre los que figuran los ecosistemas de humedal, acuáticos o dependientes del agua.
También contempla el establecimiento de compromisos de cooperación y participación internacional, así como el refuerzo del sistema de gobernanza y del marco legislativo. Entre las medidas más polémicas destacan el cierre de las granjas de visón para 2030 y el fin de la munición de plomo para cazar.
Patrimonio amenazado
España es uno de los países con mayor diversidad biológica de la Unión Europea y forma parte de uno de los 25 enclaves con mayor biodiversidad del mundo. Según datos del Miteco, alberga más de 85.000 especies de animales, hongos y plantas, lo que representa el 54% de las especies que habitan en Europa y cerca del 5% de las especies conocidas. Nuestro país es también uno de los Estados miembros de la Unión Europea en los que es posible encontrar mayores y más numerosas extensiones de territorio en estado natural o seminatural y alberga 117 tipos de hábitats naturales de interés comunitario, el 56% del total europeo.
Sin embargo, esta riqueza natural se encuentra en declive y seriamente amenazada. Tal y como revela el informe nacional de aplicación de la Directiva Hábitats en España para 2013-2018, más de la mitad de las evaluaciones llevadas a cabo en todo el territorio nacional se encuentran en estado desfavorable-inadecuado. "El estado de la biodiversidad de la Unión Europea sigue en declive a un ritmo alarmante", recalca el último informe sobre el Estado de la Naturaleza en la UE.