Energía

Manuel Maqueda: "La alternativa a los plásticos desechables son oportunidades de negocio"

  • Es importante que la población se proteja evitando los alimentos y bebidas envasadas en plástico.
  • La sostenibilidad es el valor diferencial y estratégico más importante sin duda alguna.
  • Según el Club de Roma la economía circular creará un mínimo de 400.000 empleos en España en 10 años.

elEconomista.es
Madrid,

Manuel Maqueda es experto en economía circular, fundador de varias ONG y empresas sociales y colaborador en varios proyectos y organizaciones para innovar nuestra transición hacia una cultura justa, sabia y próspera. Dirige Kumu Thrive, una agencia de diseño e innovación con foco en sostenibilidad y economía circular, y su organización hermana sin ánimo de lucro, Kumu. Ambas están radicadas en la Bahía de San francisco, California. Además, es fundador de Plastic Pollution Coalition, El Plástico Mata, Le Plastique Tue y coproductor y cofundador de la película documental Albatross, sobre contaminación por plásticos, que ha obtenido numerosos premios internacionales.

Manuel Maqueda Profesor de economía circular en UC Berkeley Extension y fundador y director de SUPER.ngo

El Consejo Estadounidense de Química y la consultora Trucost publicaron ya en 2016 que los costos ambientales de la industria de bebidas de gas serían 5 veces mayores si se utilizaran envases alternativos al plástico, tales como el vidrio o el aluminio.

Ese estudio realizado por el lobby del plástico recurre a dos falacias: ceteris paribus y el hombre de paja. La primera es suponer que se cambia un material por otro sin que nada más cambie, como por ejemplo el modelo de distribución. La segunda falacia es que el estudio contempla una alternativa imaginaria que ellos mismos eligen y plantean a su medida precisamente para poderla rebatir, y de la que se excluyen las externalidades asociadas con el final de vida del envase. En realidad, el plástico permite a los vendedores de bebidas un modelo de negocio insostenible, basado en distribución centralizada a larga distancia y en la generación de ingentes cantidades de residuos plásticos que no serán reciclados en ciclo cerrado, y cuya carga física, química, contaminante y económica se traslada a los consumidores en el punto de venta -y éstos a su vez trasladan a las comunidades y al medio ambiente.

La verdadera alternativa de economía circular es pasar a envases reutilizables o verdaderamente reciclables en ciclo cerrado, junto a modelos de distribución local. Esto devolvería empleos a las comunidades, ahorraría costes reales y generaría no solo riqueza, emprendimiento e innovación, sino también beneficios ambientales netos inmediatos.

¿Cree que existe una histeria colectiva por reducir el uso de plásticos y no nos estamos preocupando por escenarios alternativos?

Quien desee llamar histérico al World Economic Forum, a la Unión Europea, a la Organización Mundial de la Salud, al UNEP y a notables científicos de todo el mundo es libre de hacerlo. Los hechos son más tozudos que las opiniones y los lectores de esta entrevista llevan bisfenol A en su sangre y han ingerido e inhalado unos 300 microplásticos en las últimas 24 horas. En los últimos 5 minutos y en cada 5 minutos sucesivos se tirarán tres millones de botellas de plástico solo por agua embotellada, solo en EEUU -el equivalente a seis campos de fútbol cubiertos de botellas. Globalmente el 30% de los embalajes de plástico terminan en el medio ambiente. Esto no solo es un desastre medioambiental y de salud humana: también evidencia una pésima gestión de recursos económicos. La buena noticia es que precisamente los escenarios alternativos a los plásticos desechables son oportunidades de negocio, empleo y crecimiento económico real.

¿Por qué considera que el uso del plástico reciclado, como el de las bolsas de los supermercados, no hace sino agravar la situación?

No me opongo al uso de plástico reciclado, pero en este tema también los datos son incómodos. Por motivos técnicos y económicos el reciclaje de plásticos no ha funcionado a lo largo de los últimos 40 años. Mientras otros materiales como vidrio, aluminio y papel no hacen sino incrementar sus porcentajes de reciclado efectivo, globalmente sólo un 14% de los plásticos son recuperados para su reciclado, la mayoría de los cuales son directamente llevados al basurero, incinerados o exportados a países pobres -apenas un 5% serán convertidos en algún tipo de objeto que no será reciclado de nuevo. Para cambiar esta realidad los fabricantes de plástico y los envasadores tendrían que ponerse de acuerdo, homogeneizar sus resinas y resolver importantes obstáculos técnicos, logísticos y sobre todo de viabilidad económica. Cuando por fin lo logren todos lo vamos a celebrar, pero eso no significa que vayamos a esperar de brazos cruzados. Por eso muchos líderes estamos poniendo foco en la reducción y eliminación del plástico desechable. Esto es algo que podemos hacer hoy mismo para abaratar costes, proteger nuestra salud, y beneficiarnos de nuevas oportunidades de negocio, innovación y empleo.

Organismos internacionales presagian una aguda pérdida de competitividad económica a nivel global. ¿Cuáles son las razones por las que un país como España debería apostar por un modelo de economía circular? ¿Cree que tanta innovación tendría un coste demasiado elevado para el país?

Al contrario: la rentabilidad de la inversión en innovación es al menos cinco veces superior a la del gasto en eficiencia. A lo largo de años he tenido que escuchar escépticos decir que lo españoles nunca comprarían o estudiarían online, o que nunca conducirían vehículos automáticos o adoptarían la economía colaborativa. Ahora escucho decir que los españoles no van a dejar el plástico desechable o innovar hacia modelos de economía circular. Según el Club de Roma la economía circular creará un mínimo de 400.000 empleos en España en 10 años, mejorará la balanza comercial en 20.000 millones de euros y reducirá nuestras emisiones de CO2 en un 70%. Accenture y el World Economic Forum lo llaman la mayor revolución económica en 250 años. Hay que dejar atrás el escepticismo, remangarse, y ponerse a co-crear el futuro.

La población mundial se ha echado a las calles pidiendo la implementación de medidas que erradiquen los efectos del cambio climático. ¿Cree que la sociedad está verdaderamente mentalizada o es una tendencia momentánea que se esfumará en cuanto afecte al bolsillo de la ciudadanía?

Al revés. Creo que se agravará cuando la gente ate cabos. Desde hace tres años soy asesor senior de Long Now Foundation, financiada por Jeff Bezos y enfocada al pensamiento estratégico en el marco de los próximos 10.000 años. Me da lástima ver a las élites políticas cortoplacistas preocupadas con rencillas políticas estériles mientras perdemos oportunidades de liderar la transición a una economía circular, regenerativa y descarbonizada.

Tenemos inmigrantes trepando las vallas de Ceuta y Melilla y llegando a la costa en pateras. ¿Qué haremos cuando los desplazados climáticos asciendan a entre 250 y 1,000 millones como estima la Organización Internacional para las Migraciones? ¿Qué costo económico, social y cultural tendría la pérdida de nuestro litoral? ¿Y la pérdida de nuestros bosques, nuestros viñedos, nuestros olivares o nuestra agricultura?

Ha fundado una ONG llamada SUPER (Single-Use Plastic Elimination or Reduction) que ofrece la primera certificación a nivel global en eliminación de plásticos de un solo uso en el ámbito empresarial. ¿La apuesta por la sostenibilidad es un valor diferencial para las empresas actualmente?

La sostenibilidad es el valor diferencial y estratégico más importante sin duda alguna, y no saber colocarse en este nuevo paradigma es un riesgo al que se enfrentan los negocios. Las estadísticas globales son elocuentes, con la inversión sostenible creciendo más rápido que ninguna otra, las ventas de las marcas sostenibles creciendo exponencialmente y arrebatando cuota de mercado a las demás, y las empresas no sostenibles siendo cada vez más incapaces de atraer y retener talento. Los estándares voluntarios de sostenibilidad para empresas, como SUPER, vienen a dar respuesta a una creciente demanda de consumidores y marcas: que se les demuestre con métricas de impacto independientes que el compromiso empresarial es real y efectivo.

¿Cómo ha sido la recepción por parte de las empresas de un concepto novedoso como el de SUPER?

Hay un interés sincero y una urgencia en las empresas por medir y reducir su huella plástica -y por supuesto por certificarse con nosotros. En unos meses se han incorporado a nuestro consejo asesor líderes de empresas como Salesforce, Whole Foods Markets (Amazon) y Patagonia. Estamos creciendo muy rápido en EEUU y preparando nuestro desembarco inminente en la UE. Como anécdota le cuento que contacté directamente por LinkedIn con el CEO de una empresa del Fortune 100 con 60.000 millones de dólares en ventas - una persona muy ocupada, que gana un sueldo de miles de euros por hora y que viaja en avión privado. Para mi sorpresa este CEO me respondió de inmediato y me citó a almorzar con su COO para que le hablase de SUPER. Por ahora casi todas las puertas se nos abren.

Universidades reconocidas a nivel internacional están incorporando programas de economía circular, como el de UC Berkeley Extension que usted ha creado e imparte. ¿Qué se aborda en este programa?

En efecto, los líderes de notables instituciones académicas tienen claro que en un futuro próximo todas las empresas, organizaciones y administraciones públicas deberán adaptarse a las reglas de juego de la economía circular. El programa que imparto online en UC Berkeley Extension está diseñado para equipar a los participantes con una comprensión multidisciplinar tanto teórica como práctica de esta materia; y con una visión generalista de las herramientas y estrategias necesarias para afrontar los desafíos y aprovechar las oportunidades que ofrece la transición a una economía circular. Además, he incluido un módulo enfocado a los plásticos, como no podía ser de otra manera dada mi trayectoria.

A punto de finalizar el COP25 sin grandes avances. Las superpotencias contaminadoras parecen hacer oídos sordos a las recomendaciones de expertos. ¿Qué habrá de pasar para que la comunidad internacional esté de acuerdo de una vez sobre qué hacer contra el cambio climático?

Mirando la historia es fácil imaginar que probablemente las cosas se van a tener que poner muy feas antes de que haya acuerdos efectivos entre superpotencias. De ahí la importancia de que la sociedad civil y las élites económicas lideren donde los políticos fallan. En el fondo es un problema estructural: nuestros cerebros han evolucionado para un pensamiento lineal, analítico y cortoplacista, y nuestras estructuras políticas reflejan esto. Pasar a un pensamiento circular, sistémico, y a largo plazo -en definitiva, a un pensamiento biomimético- es un imperativo evolutivo para el ser humano. A medida que más personas y líderes adopten este nuevo ethos las estructuras sociales y políticas tendrán que evolucionar en consecuencia y entonces veremos más alianzas globales en torno a actividades circulares y regenerativas.

Usted tiene muy claro que el plástico mata y lo demostró produciendo Albatross, un documental que evidencia cómo muchas especies están muriendo como consecuencia de los plásticos que contaminan mares y océanos. ¿Llegará el día en el que la especie humana se vea amenazada por culpa de la contaminación o es un mito?

Ese día llegó hace varias décadas. Según la Organización Mundial de la Salud, la contaminación es la mayor amenaza para la salud humana a nivel mundial. Pregúntese si conoce a alguien con cáncer, diabetes, o problemas de fertilidad, entre otras dolencias graves. La disrupción endocrina, uno de los efectos de aditivos comunes del plástico, ha sido descrita como "amenaza global" por la OMS - una terminología reservada para las más graves amenazas a la salud humana, como el SIDA, por ejemplo.

Es importante que la población se proteja evitando los alimentos y bebidas envasadas en plástico. Las mujeres embarazas y niños pequeños son especialmente vulnerables al impacto de los disruptores endocrinos y metales pesados presentes en el plástico.