Factoria 4.0

Los expertos reclaman una constitución digital


    Carlos Bueno

    Hubo que esperar 75 años para que 100 millones de personas tuvieran acceso a la telefonía fija. Para que la telefonía móvil alcanzara esa misma cifra de usuarios solo necesitó 16 años. Los plazos se acortaron aún más con Internet: en 7 años ya se cumplió ese objetivo. En el caso de WhatsApp, alcanzó esos 100 millones de descargas en tres años y medio. Y más recientemente, Pokemon Go se llevó la palma: en 25 días ya superaba esa mágica cifra de 100 millones de jugadores.

    La transformación digital viene marcada no solo por tecnologías disruptivas como la nube, el big data, la movilidad, el Internet de las cosas, la inteligencia artificial o la ciberseguridad, sino por esa altísima velocidad a la que se están produciendo todos estos cambios. Ahora comprobamos que este nuevo escenario exige también unas nuevas reglas del juego. Esta es la principal conclusión compartida por la OCDE, el Gobierno y otras voces del mundo tecnológico.

    Todas ellas analizaron el recién estrenado escenario digital en una jornada organizada por la Fundación Ramón Areces sobre La nueva revolución de la producción: la transformación digital. En ella, el secretario general de la OCDE insistió en que "lo digital se tiene que convertir en una palanca para crecer en lugar de en una amenaza. El gran desafío es establecer políticas equilibradas que permitan implantar esas nuevas herramientas con todos sus beneficios".

    En ese mismo encuentro, el ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital explicó que "tenemos una Constitución analógica que hay que convertir en digital, que tenga en cuenta todos estos cambios". Y puso como ejemplo que "la publicidad engañosa está muy controlada en el mundo analógico, pero no en el digital". O cómo "el acoso escolar es mucho peor en el entorno digital que en un pasillo de un colegio y es necesario abordar todos estos asuntos para proteger a los menores, la libertad de expresión, la privacidad, los derechos de los consumidores...".

    Otra de las voces autorizadas que reclama unas nuevas normas es Carlos López Blanco, director general de Asuntos públicos y regulación de Telefónica. "Es crucial entender y establecer las reglas del juego de esta economía digital en cuanto a privacidad, fiscalidad, protección a los consumidores... La consecuencia de no tomar esas decisiones ahora supondría que en 10, 15 o 20 años viviríamos en un mundo sin reglas", barruntó.

    Para el exsecretario de Estado de Telecomunicaciones, "estamos en un momento clave en cuanto a políticas públicas porque todavía vinimos en un mundo dual -analógico y digital-. Dentro de unos años, no habrá esa diferenciación y toda la economía será digital", adelantó.

    Ángel Gurría, quien advertía una década atrás en sus visitas a España que nuestro país tenía que cambiar los ladrillos por las neuronas, nos ve ahora bien posicionados en esa carrera y recordó algunos datos: "Entre 2011 y 2016, el número de adultos con acceso a Internet desde el móvil pasó del 17% al 71%, superando la media del 60% de la Unión Europea. También en los hogares la penetración de la banda ancha ha crecido exponencialmente y en el caso de las pymes alcanza el 98 por ciento". Sin embargo, a juicio del secretario general de la OCDE, el acceso a la tecnología es solo una parte de la ecuación.

    Aumentar la inversión en I+D

    Gurría recordó cómo "estos cambios son disruptivos, hacen los negocios crecer, aceleran, abaratan, marcan cómo nos relacionamos". Entre las claves que aportó para mejorar la situación de España recurrió a una vieja demanda, algo malograda por la crisis: aumentar la inversión en I+D desde el actual 0,64% del PIB al 1,3 de media de los países de la OCDE. Aquí el modelo a seguir sería Corea del Sur, que alcanza el 3,3% del PIB y donde el sector público se responsabiliza de un 1% mientras que el privado invierte el 2,3% restante.

    En ese punto, Nadal recordó el bienestar y el mayor tiempo de ocio que nos trajeron las anteriores revoluciones. "La transformación digital está cambiando nuestras vidas como consumidores y como productores y lo va a hacer mucho más en los próximos 20 años", advirtió. El ministro de Agenda Digital recordó cómo entonces España "llegó 50 o 60 años tarde, no lo hizo especialmente bien, y no queremos que nos pase lo mismo esta vez".

    Tras dejar claro que "no habrá negocio ni área que no se vea afectada por esta revolución", Nadal puso a los datos en el centro del nuevo ecosistema y los calificó como el "recurso natural del siglo XXI".

    Buen conocedor de esta realidad, el emprendedor Sergio Álvarez, fundador de Carto, explicó en este mismo foro cómo por primera vez "tenemos mapeado todo el mundo en tiempo real". "Podemos empezar a entender el comportamiento humano", añadió. Entre sus clientes se encuentran Twitter, el Ayuntamiento de Nueva York o BBVA. "Antes de que se cierre la Gran Vía al tráfico, nosotros ya podemos adelantar cómo afectará a la actividad comercial de la zona", puso como ejemplo.

    Entre los retos pendientes, Nadal se refirió al 5G, a la necesidad de encontrar un estándar cuanto antes pues, según comentó, en estos casos hay que entrar en el momento exacto para no quedar descolgados. El ministro sacó pecho ante el secretario general de la OCDE y puso a España como ejemplo de implantación de infraestructuras de red, solo por detrás a nivel mundial de Corea del Sur y Japón en cuanto a fibra. Y se comprometió a seguir por ese camino, llevando internet de alta velocidad -30 megas como mínimo- al 100% de los hogares antes de 2020.

    El máximo responsable de la Agenda Digital del Gobierno recordó cómo en momentos como este los principales cambios suelen proceder de la esfera privada. También de "profesionales que sienten que no pueden desarrollar sus proyectos en las empresas para las que trabajan y se marchan y montan una startup", explicó el ministro.

    ¿Cómo afectarán todos estos cambios al empleo? Según la OCDE, un tercio de los trabajadores españoles se verán muy afectados por este proceso de cambio a lo digital. "El 12% de los trabajos corre riesgo elevado de automatización mientras que es probable que otro 22% de los empleos se enfrente a cambios significativos", anunció Gurría. Para José García Montalvo, catedrático de Economía de la Universidad Pompeu Fabra, "los robots no van a sustituir al trabajo manual, sino todo aquello que sea rutinario, ya sea algo cognitivo o manual. Hay puestos de trabajo que son manuales y que son difíciles de robotizar".

    Y lanzó el debate sobre si es conveniente seguir enseñando a escribir a mano a los niños a los 6 años o a programar a los 7 u 8 años. "Necesitamos a gente que haya aprendido a aprender más rápido, gente que no le importe aprender continuamente", añadió el fundador de Carto.

    Por su parte, Carlos López Blanco recordó algo común a Uber, Airbnb, Spotify, Netflix, Paypal y WhatsApp: "Estas compañías han revolucionado sus sectores sin inventar ninguna tecnología, sino usando esa tecnología ya conocida para cambiar las cosas. Lo auténtico de una revolución es que afecta a todo el mundo y a los sectores maduros. Quién nos lo iba a decir por ejemplo sobre el sector del taxi, tan afectado ahora por estos cambios. Y si le afecta al taxi, nos afectará a todos los sectores, aunque algunos de ellos no se hayan enterado todavía. Es algo que va a modificar las economías en crisis y las prósperas". "Solo hay que estar preparado para ello", concluyó.