Empresas y finanzas
Vueling cumple 15 años con el reto de reinar en Roma y París
- La aerolínea catalana ha más que duplicado su tamaño y sus ingresos desde el nacimiento de IAG
África Semprún
Madrid,
"La forma más rápida de convertirse en millonario es ser multimillonario y montar una aerolínea". La mítica frase de Richard Branson, dueño y fundador de Virgin Atlantic Airways, describe, con ironía, lo difícil que es triunfar en el sector aéreo, donde las pérdidas, las quiebras y las fusiones son parte del día a día. Pese a lo acertado del análisis, como toda regla, la frase de Branson tiene excepciones y una de ella es Vueling, que no ha perdido dinero, como mínimo, en la última década, pese a los retos y problemas que ha tenido que afrontar, incluida la cancelación de miles de vuelos en 2016 por un problema con la programación y el aumento de los retrasos. Desde el caos aéreo, que implicó un giro en la estrategia de la compañía, que cerró rutas y cambió la conquista de nuevos territorios por un plan para reforzarse en sus principales plazas, sus resultados no han dejado de mejorar hasta cerrar 2018 con un beneficio récord de 149,5 millones, un 27% más que el año anterior y 101 millones más que en 2016.
Así, la compañía presidida por Javier Sánchez-Prieto cumple este mes de julio 15 años convertida en la aerolínea líder del mercado doméstico español, donde tiene un 32% de cuota de mercado y con el reto de reinar en Roma, Florencia, París, Valencia y Canarias sin perder rentabilidad. Lejos de plegar velas en un momento marcado por el alza del crudo, la guerra de tarifas y los retrasos por la falta de controladores, Vueling ha incrementado su actividad en los mercados en los que ya opera con la apertura de 22 rutas y la incorporación de ocho aviones a sus bases en España, Italia y Francia. No en vano, consolidarse en este triángulo geográfico es su prioridad.
Por ejemplo, la compañía de bajo coste trabaja para incrementar los flujos entre Barcelona y Francia, con especial hincapié en Charles de Gaulle, donde este año ha basado un avión más hasta sumar tres aeronaves y ha abierto una nueva ruta a Oporto. También está empezando a conectar otras bases que considera prioritarias, como Bilbao o Sevilla, con el país vecino. En Italia también tiene ambiciosos planes y el objetivo es convertirse en el operador más importante de Fiumiccino (Roma), donde ahora comparte la segunda posición con Ryanair. Florencia está en su punto de mira y este 2019 ha dado un empujón a su presencia con la incorporación de otro avión a la base -ahora tienen tres- y la apertura de dos rutas a Múnich y Viena. En este punto, los planes en Centro Europa han pasado a un segundo plano desde que la Justicia austríaca anulara la compra de Nikki por parte de IAG y le adjudicara la compañía a la low cost irlandesa. Lo que se descarta, de momento, es entrar a competir en los vuelos domésticos en ambos países, ya que están más concentrados en buscar nuevos focos de crecimiento en España.
Por ejemplo, en Valencia, una de las plazas en las que quiere tener más presencia, la aerolínea de bajo coste ha abierto este año cinco nuevas rutas -Lanzarote, Fuerteventura, Gran Canaria, Lisboa y Catania- y ha sumado un nuevo avión a la base, por lo que ya tiene dos. Vueling, que es líder en Barcelona o Bilbao, ocupa el tercer lugar en el aeropuerto valenciano en las rutas domésticas. Por ejemplo, en los vuelos Valencia- resto de España está por detrás de Iberia y Ryanair con la mitad de pasajeros transportados. Asimismo, la compañía tiene puesto el foco en Bilbao, donde es líder con el 38% de la cuota de mercado pese a los intentos de Norwegian por hacerse con un trozo de la ruta entre Barcelona y la capital de Vizcaya; en Sevilla, donde busca recuperar la primera posición que perdió en 2017, y en Canarias, que históricamente ha estado en un segundo plano en sus planes aunque ya acumula un fuerte alza.
Dentro de la estrategia de crecer en los mercados donde ya opera, que le ha llevado a superar a Air Europa como primer operador entre Palma y la Península y a sumar 60 aviones en El Prat, la firma busca eliminar las diferencias entre la temporada de invierno y de verano, manteniendo el número de rutas y frecuencias para desestacionalizar la actividad y convertirse en el referente de los viajes de negocios.
Se ha consolidado como el líder del mercado doméstico tras ganar a Air Europa en Mallorca
"Una de las mayores fortalezas de Vueling pasa por consolidar sus mercados más importantes ofreciendo, en aquellas rutas críticas, un robusto número de frecuencias; una operación semanal más homogénea y una creciente desestacionalización de la oferta para procurar a los residentes un buen servicio todo el año", dice la aerolínea.
Mejorar la operativa
La estrategia de aumentar la capilaridad persigue mejorar la operativa y ganar agilidad y puntualidad en un contexto marcado por la saturación del espacio aéreo. Así, Vueling busca que cada base sea capaz de recuperar sus propios vuelos para mitigar los retrasos y evitar cancelaciones, que ponen la operativa en peligro. La estrategia ha dado frutos ya que ha mejorado su puntualidad con respecto al año pasado, cuando casi el 50% de los vuelos de El Prat salían retrasados, pese a que las incidencias siguen al alza. Según Flight-stats, el aeropuerto de Barcelona -la principal base de Vueling- ha mejorado su puntualidad en junio en siete puntos frente al mismo mes de 2018. Así, el 77% de los vuelos de Vueling ha salido con menos de 15 minutos de retraso entre enero y junio, lo que implica un alza de la puntualidad de 5,6 puntos.
Desde su nacimiento Vueling ha vivido varios hitos que han marcado su futuro: la crisis de 2008, cuando se hundió el tráfico aéreo por el colapso económico internacional y la firma registró pérdidas operativas; la fusión con Clickair (Iberia), la integración en IAG y el caos aéreo de 2016, que le llevó a ver cómo su beneficio se hundía un 48,6%. Vueling ha salido reforzada de cada crisis y desde el nacimiento del holding aéreo ha más que duplicado su tamaño, convirtiéndose en una de las principales aerolíneas de bajo coste de Europa. Así, ha pasado de cerrar 2011 con una flota de 44 aviones, 1.452 empleados y unos ingresos de 856,1 millones, a terminar 2018 con 2.334,5 millones de facturación, una plantilla de 3.551 trabajadores y 113 aeronaves.