Empresas y finanzas
"Basta con destinar el 1% del PIB global anualmente para lograr la descarbonización en 2050"
- "El mayor obstáculo es la industria del gas y del petróleo"
- "Si se invierte en combustibles fósiles es porque aún es legal"
Tomás Díaz
El conocido economista Jeffrey Sachs participó ayer en la inauguración de la Jornada La Transformación Ineludible, organizada por Iberdrola, ISGlobal, itdUPM y la Red Española para el Desarrollo Sostenible (REDS), celebrada en las instalaciones de la compañía eléctrica en San Agustín del Guadalix, en Madrid. Intervino en calidad de asesor especial del secretario general de Naciones Unidas para los Objetivos de Desarrollo Sostenible, junto al presidente de la empresa, Ignacio Sánchez Galán; la ministra para la Transición Ecológica en funciones, Teresa Ribera. Atendió después a elEconomista y respondió con aplomo y rotundidad a sus preguntas.
¿Cumpliremos el Acuerdo de París?
Podemos. No estamos en la ruta, pero es posible y extraordinariamente importante hacerlo, con actuaciones políticas más contundentes.
¿Cuál es el mayor obstáculo?
La industria del gas y del petróleo. Es un grupo muy poderoso que hace lo posible por ralentizar la revolución tecnológica y que ha corrompido numerosos gobiernos. Si conseguimos imponernos a los lobbys de los combustibles fósiles, podremos alcanzar los objetivos.
Pero, ¿abandonar los combustibles fósiles radicalmente no provocará una grave crisis económica?
Debemos tener claro que cualquier nueva inversión en movilidad, industria y, sobre todo, energía, tiene que estar en la senda de la descarbonización. No debemos construir ninguna central más de carbón y casi ninguna de gas; todo debe ser sol, viento, agua... Y para 2030 todos los nuevos vehículos deben ser libres de emisiones. Si esto está claro, no debemos invertir más en combustibles fósiles, porque no generarán valor.
... Pero los inversores se quejan de que no encuentran buenos proyectos 'limpios' en los que invertir.
Eso no es del todo así, porque el mundo necesita plantas de energía limpia, redes de transmisión y distribución... Si los inversores no encuentran buenos proyectos es por falta de buenas políticas.
¿Es problema de los gobiernos?
El problema es que no hay directrices políticas claras. En EEUU gobierna un loco sin política energética que ha sacado al país del Acuerdo de París; en la UE aún no hay una estrategia común, y en otros países, como Rusia, China o India, tampoco hay políticas fuertes. Hay cientos de miles de millones invirtiendo en carbón, gas y petróleo, porque aún es legal acometer estas inversiones, que son insensatas, peligrosas y socialmente contraproducentes; el que estén ahí revela que los gobiernos aún no están actuando contra la descarbonización.
¿Habrá un mercado global de CO2?
No necesitamos un mercado global de carbono. Lo que necesitamos es enfrentarnos al carbono, y eso no tiene que depender de un sistema de mercado. Lo que necesitamos es que toda nueva instalación energética sea limpia, igual que todo nuevo vehículo sea limpio, eléctrico o de otra tecnología, a partir de 2030.
¿No ve problemas de coste, de relación entre países ricos y pobres o de límites en la tecnología?
No hay tantos problemas. Realmente tenemos un problema de herencia, de un mundo que funciona con combustibles fósiles, a pesar de que el sol y el viento son más baratos. Incluso el almacenamiento se puede solventar con hidroeléctrica, baterías y redes. Y en cuanto al coste, incluso los cálculos más conservadores indican que basta con destinar el 1% del PIB global anual hasta 2050; no parece mucho para evitar el desastre climático.
¿Cree que los países ricos darán a los pobres los prometidos 100.000 millones anuales a partir de 2020?
Eso es otro ejemplo de algo absurdo; esos 100.000 millones son un quinto del 1 por ciento del PIB de los países ricos y además no serán donaciones, sino comercio; realmente es una cantidad minúscula.
¿Y China o India, los países con más emisiones ahora y en el futuro?
China no es un enemigo, como ese sujeto fuera de control que Donald Trump nos quiere hacer creer. China quiere modernizar sus infraestructuras y la UE debe apoyarla, porque ganan los dos. Y respecto a India, en el centro del país ya se alcanzan los 50 grados de temperatura y se esfuerza para que se pueda vivir ahí.
¿Es la UE el líder ambiental global?
Sí, aunque aún no tenga del todo claro cómo actuar. Precisamente por eso Trump quiere debilitarla y precisamente por eso la UE no debe secundar la Guerra Fría con China que busca ese loco; China e India son claves en la descarbonización y la UE tiene que asegurarse de que apoyen la descarbonización.
¿Qué recomienda a las empresas con vistas al desarrollo sostenible?
Que respondan a cuatro cuestiones. La primera, y más importante, es cómo gana dinero, y si produce combustibles fósiles, sustancias adictivas, comida insana, armas, noticias falsas, etcétera. La segunda, si su proceso productivo es sostenible, y si deforesta la selva, causa contaminación con plástico, emite muchos gases de efecto invernadero... La tercera es si su cadena de suministro es sostenible, porque una gran empresa es responsable de la actividad de sus proveedores y de cómo sus clientes usan sus productos. Y la cuarta pregunta es si es decente, si paga los impuestos, si tiene cuentas transparentes, si usa los paraísos fiscales, si discrimina a la mujer... Las empresas deberían preguntarse esas cuestiones y nosotros deberíamos preguntárselas también.