Empresas y finanzas
Carmena utiliza 'Chamartín' para blanquear su crisis interna
Carmen Obregón
En el sprint final de la campaña municipal, cuando era necesario retratarse con la operación urbanística que se pretende llevar a cabo en la zona de Chamartín, técnicamente conocida como 'Madrid Nuevo Norte', Manuela Carmena se sacó el lunes un as de la manga para con astucia tapar el gran problema que ha acompañado a la primera edil de Madrid durante sus cuatro años de Gobierno, la descomposición de su equipo, prácticamente dividido en dos. Los de Carmena y los de Sánchez Mato.
El cuento de la reunión fallida que organizó este lunes para concitar los apoyos del PSOE y del PP, no tiene pase. Es el cuento de la lechera. Para empezar, Carmena no necesita del apoyo del Partido Popular para sacar adelante el acuerdo que dé luz verde a la operación urbanística más importante de Madrid capital en unos cuantos años.
La participación del PP en esta reunión extraoficial, o el uso de su ausencia para justificar que de ese modo no se podía celebrar un Pleno Extraordinario, es cuanto menos pueril. El PP de José Luis Martínez Almeida está dispuesto a apoyar a Manuela Carmena en una iniciativa que está previsto que dé 120.000 puestos de trabajo. Así lo ha expresado cientos de veces, y así lo hizo saber el día en el que Carmena se indignó porque de esa reunión solo obtuvo un plantón y el 'no' del PSOE. Los populares, por su parte, desistieron de acudir a un encuentro, que en sí, no servía para absolutamente nada.
La potestad de convocar un pleno extraordinario, una vez que la Comunidad había remitido el informe de Impacto Ambiental de la Operación Madrid Nuevo Norte, es de la alcaldesa. En toda su legislatura, Manuela Carmena ha convocado cerca de 30 plenos extraordinarios, sin mediar reuniones previas que no tienen valor si antes no hay acuerdo en la Junta de portavoces.
El argumento mantenido de que han sido los otros partidos los que, por "estrategia política", han frenado la aprobación de la Operación Chamartín es por tanto un poco peregrina. Al menos en parte. Porque es cierto que sus socios socialistas han cambiado de opinión sobre esta materia –y, lejos de las tesis del ministro de Fomento, José Luis Ábalos, partidario de que se lleve a cabo esta actuación urbanística en el norte de Madrid–, y ahora cotejan sacar partido de otra manera. Los de Pepu Hernández le han dado la vuelta al calcetín y ven prioritario recalcular algunas cuestiones, si bien se han echado para atrás cuando se han dado cuenta de la magnitud del asunto y de que a una operación de ese tamaño se le asocie los calificativos de capitalismo salvaje o de pelotazo. Así que, frenazo al canto y a esperar que pasen las elecciones. A ver si Adif , de alguna manera, puede sacar rentabilidad a esto en clave gubernamental socialista.
Pero ni el PSOE, y en menor medida el PP –que le hubiera prestado sus votos– son la contrariedad política de Manuela Carmena de no haber convocado un pleno extraordinario para aprobar la 'Operación Madrid Nuevo Norte'. El contratiempo de la regidora está en que, en el grupo municipal que lidera, habita todavía un señor que se llama Carlos Sánchez Mato –con listas propias en las municipales–, que cuenta con unos cuantos concejales a su lado, absolutamente contrarios a una actuación urbanística de estas características, a la que de partida siempre han tildado de "especulativa". Así que Carmena, de haber celebrado el pleno extraordinario esta semana, se habría visto con la mitad de los votos de los suyos en contra, con el PSOE mirando para otro lado, y con el apoyo posible de PP y de Cs. Y esto, en plenas elecciones locales, no parece un buen cartel, cuando además quieres gobernar con el PSOE de Pepu Sánchez. ¡Puro politiqueo!