Empresas y finanzas

Renfe pone en marcha un plan para recuperar el matenimiento de los trenes

  • La gestión de la flota AVE se hace mediante sociedades mixtas con los fabricantes

África Semprún

Renfe ha puesto en marcha un plan para potenciar su filial de mantenimiento, que lleva años reduciendo su carga trabajo en favor de los grandes fabricantes del sector: Alstom, Siemens, CAF, Bombardier o Talgo. El objetivo del operador es invertir en tecnología y mano de obra cualificada (ingenieros) para realizar de forma interna el mantenimiento de al menos el 50 por ciento de la flota y, sobre todo, para poder hacerse cargo de los trenes de alta velocidad, tal y como se ha comprometido con los representantes de los trabajadores.

"Queremos tener nuestro propio centro de gestión y mantenimiento de excelencia. Generamos millones de datos y hemos de ser capaces de convertir esa información en una herramienta para mejorar el rendimiento y el uso del material rodante así como el servicio al cliente. Hay que invertir en mano de obra y mejorar la tecnología, tenemos la filial descapitalizada", aseguró el presidente de Renfe, Isaías Taboas, durante un desayuno organizado por Executive Forum.

En concreto, el primer espada lamentó que adolecen de ingenieros para asumir el trabajo y que mientras las empresas privadas tienen 17, ellos funcionan con seis. No en vano, entre 2013 y 2017 la plantilla de los talleres se ha reducido un 10 por ciento y hace un par de años la filial se vio obligada a dejar en manos de las empresas privadas intervenciones de segundo nivel (integral) en trenes de alta velocidad de la serie 103 en locomotoras de la serie diésel 334.

El principal reto será recuperar el mantenimiento de la flota de alta velocidad, que está casi en su totalidad en manos de las empresas que Renfe constituyó entre 2002 y 2008 con los fabricantes para reducir el precio de cada tren y los costes plantilla. Por ejemplo, de los 87 trenes AVE que actualmente tiene Renfe, Siemens se encarga del mantenimiento de las 26 unidades de la serie 103 a través de la sociedad Nertus, de que posee el 51 por ciento; Bombardier realiza el de los 46 AVE de las serie 102 y 112 a través de Btren y Alstom se adjudicó el año pasado el mantenimiento de las 20 unidades de la serie 104 durante 60 meses por 61,5 millones de euros (impuestos incluidos).

Los 104 son los trenes de alta velocidad que fabricó la multinacional francesa para la primera línea de AVE Madrid-Sevilla. Estuvo manteniendo todos hasta 2011, cuando Renfe recuperó cinco de ellos para el taller de Málaga, que finalmente han vuelto a salir. Los sindicatos denunciaron la pérdida de 30 puestos de trabajo.

Cambio de tendencia

Durante el Gobierno de Mariano Rajoy, Renfe adjudicó la fabricación de 30 trenes Avril (muy alta velocidad) y su mantenimiento duran 30 años a Talgo. La tendencia de incluir contratos muy largos ha cambiado en los últimos meses. El operador ha lanzado tres concursos para comprar locomotoras AVE, material rodante de ancho métrico y trenes de cercanías por más de 4.000 millones de euros, cuyos contratos de mantenimiento se limita al periodo de garantía, que son unos cuatro años. Este cambio forma parte de la estrategia emprendida por la compañía y consistente en recuperar este tipo de trabajos.

En cuanto al resto de la flota, casi el 90 por ciento de los AVANT y larga distancia convencional también se gestionan a través de las sociedades mixtas como Actren (propiedad al 51 por ciento de CAF) o Btren. En este sentido, Renfe mantiene casi el 49 por ciento del material rodante en nivel 1, con unos porcentajes que van del 80 por ciento en Mercancías, cien por cien en ancho métrico y 41 por ciento en Cercanías.

En nivel 2 (mantenimiento integral), más del 80 por ciento de toda la flota se realiza de forma interna, menos la alta velocidad, que está en manos de las sociedades participadas en su totalidad. Taboas ha explicado en más de una ocasión que para que el AVE de bajo coste sea viable y rentable hay que potenciar el uso de los trenes y optimizar su vida útil, por lo que ese sería otro de los retos de la filial a medio y largo plazo.

Las empresas que Renfe creó con los fabricantes entre 2002 y 2008 para realizar la gestión del material rodante, y de las que quedan operativas cinco, facturaron en 2017 unos 210 millones de euros. El ebit fue de 22 millones de euros frente a los 24,4 millones de 2016 y el beneficio neto agregado fue de 16,5 millones de euros.