Javier Molinero: "Pagar altas rentabilidades por los depósitos es sostenible y rentable"
- Javier Molinero es el director general de BFF Banking en España
Fernando Tadeo
La banca ha ido reduciendo en los últimos años la rentabilidad que ofrecer a los clientes por los depósitos a plazo como consecuencia del euríbor en negativo, hasta el punto de que los tipos de interés por la captación de cliente se acerca al 0%.
Pero no todas las entidades han realizado este movimiento y pagan tasas elevadas. Una de ellas es BBF Banking -antigua Banca Farmafactorig-, que desembarcó en España en 2010. En la actualidad remunera desde un 1% y hasta un 1,4% en función de plazo de vecimiento.
Su director general en nuestro país, Javier Molinero, considera que "estas rentabilidades altas son sostenibles y rentables tal y como demuestran los beneficios del grupo" y que su negocio "permite mantener esta estrategia" para atraer nueva clientela.
Molinero no aporta datos concretos sobre el dinero que BFF Banking ha conseguido con esta política comercial impulsada hace tres años a través de la denominada Cuenta Facto, pero sí cifra en más de 950 millones los recursos logrados tanto en Italia, donde está su matriz, en nuestro país y en Alemania. Tal es el resultado cosechado que el grupo trasalpino ha pedido recientemente autorización a Polonia para operar como sucursal y poder lanzar este producto.
El directivo explica que a través de la cuenta, por la que es necesario colocar al menos 10.000 euros de mínimo a través de internet, el banco captado "bastantes clientes particulares". De hecho, gran parte son consumidores finales, aunque la entidad es especialista en el sector de empresas y en el segmento de factoring con las administraciones públicas, es decir, la compra de facturas a compañías pendientes de pago por parte de ayuntamientos, comunidades autónomas o Gobierno central.
Molinero indica que una clave de los resultado es que la cuenta está "abierta a todo el mundo y que no tiene ningún tipo de riesgo", además de destacar que en España "la operativa online viene funcionando desde hace tiempo y estamos acostumbrados a este tipo de productos".
El objetivo del banco es continuar creciendo con el depósito, al igual que con el resto de servicios financieros en nuestro país, donde ha diversificado la actividad con la apertura a todo tipo de factoring sin recurso con la administración. En un principio sólo trabajaba con el sector sanitario, pero desde hace algún tiempo opera con empresas relacionadas con las telecomunicaciones, la limpieza o la seguridad.
Gracias a ello, BFF está experimentando aumentos de negocio relevantes. Molinero avanza que la entidad "aumentó el volumen de préstamos generados en 2018 más de un 67% frente a 2017, hasta los 701 millones de euros". El director general señala que "el saldo a final del ejercicio pasado se situó en 267 millones, lo que supone un 26% más". La intención es mantener en 2019 la velocidad de crucero y "crecer al menos a doble dígito".
"No se cumple la ley del pago a proveedores"
El director general de BFF Banking en España, Javier Molinero, asegura que la situación de pago a proveedores por parte de las comunidades autónomas "ha mejorado algo, pero no sustancialmente". Los días de plazo, indica el banquero, se han estrechado según los datos de la Plataforma contra la Morosidad, pero "todavía están por encima de la ley", que establece 30 días para el caso de las administración públicas.
Esta mejoría destaca el directivo se debe en parte al Fondo de Liquidez Autonómico (FLA) puesto en marcha hace años por parte del Gobierno para que pudieran atender a sus compromisos. El máximo responsable de la BFF Banking, que trabaja para recuperar el cobro de facturas para las empresas y en el negocio de la adquisición de facturas, señala que pese a que la situación ha mejorado "sigue habiendo aún mucha morosidad". Eso, sí, destaca que en los préstamos de factoring que adquiere su entidad las insolvencias son bajas.
Molinero explica que la asignación de facturas sin recurso pendientes de cobro es un instrumento financiero más amplio que una simple transacción financiera, porque garantiza una reducción de los riesgos, ya que una vez que el crédito se ha otorgado el proveedor no se hace responsable en caso de insolvencia por parte de las administraciones públicas; existe una certeza del coste de las facturas pendientes de cobro al haber una tarifa única; aumenta el rendimiento del capital; y permite una planificación de los cobros.
Además, subraya que este tipo de financiación no empeora la capacidad de financiación, puesto que el descuento no es un gasto y los créditos vendidos se pueden dar de baja del balance.