La banca anticipa un endurecimiento de los criterios de concesión de crédito este año
- Es algo que no sucedía desde 2012, según sostiene el Banco de España
Cristina Triana
La expectativa de mayores tipos de interés, de moderación del crecimiento económico y una posible reacción a los recientes cambios legales que afectan al reparto de los gastos en la concesión de hipotecas, se está sintiendo en el mercado crediticio español.
De acuerdo con la encuesta del Banco de España (BdE) sobre préstamos bancarios correspondiente a enero de 2019, en el cuarto trimestre del año pasado, en España se registró una moderación de la demanda de crédito empresarial e hipotecario, y se habría reducido en el caso de los préstamos al consumo; marcando una diferencia con el resto de Europa.
"En la Unión Económica Monetaria (UEM) las solicitudes de fondos habrían vuelto a aumentar en todos los segmentos, aunque en la mayoría de casos a un rimo más moderado que el que se venía observando", precisa el supervisor en un informe firmado por Álvaro Menéndez Pujadas. Esta tendencia, además, podría consolidarse también este trimestre. De acuerdo con el BdE, las entidades financieras anticipan un "ligero" endurecimiento de los criterios de concesión de crédito de préstamos "en todos los segmentos", "lo que no ocurría desde 2012", precisa el análisis publicado por el supervisor.
Una situación que, además, se sentirá especialmente en el mercado español y que se habría notado en la concesión de crédito al consumo en el cuarto trimestre de 2018.
Por encima de Europa
"En la UEM también se preveía un endurecimiento de los criterios, aunque más leve, en los créditos a sociedades y en los concedidos a hogares para adquisición de vivienda, no anticipándose cambios en los otorgados a familias para consumo y otros fines", especifica el BdE en el documento. No obstante, las peores condiciones no vendrían acompañadas de una menor demanda por parte de las familias ni de las empresas, que se espera que incrementen, sin embargo, sus peticiones de financiación.
De cara al primer semestre, la banca estaría esperando una expansión de la cartera crediticia, que repercutiría tanto en el tamaño del balance como en el de los activos ponderados por riesgo. Este aumento generaría también un refuerzo de capital, entre otros motivos, por la retención de dividendos.