La última gran fábrica de cigarrillos crece en Tenerife tras la oleada de cierres
- El grupo JTI destaca la seguridad jurídica en las Islas y los incentivos
Javier Romera
Santa Cruz de Tenerife,
"Toda la Galia esta ocupada por los romanos... ¿Toda? ¡No! Una aldea poblada por irreductibles galos resiste todavía y siempre al invasor". Así empiezan las obras de Astérix y así podría resumirse la historia de la última gran fábrica de cigarrillos que queda en España, la planta que Japan Tobacco International (JTI) tiene en Santa Cruz de Tenerife. Frente al cierre de todos los demás centros productivos que había en el país -tan solo quedan pequeñas instalaciones ya, todas en las Islas Canarias-, la propietaria de Winston y Camel ha decidido invertir y reforzar la producción de su fábrica, una de las que la antigua tabaquera canaria Cita, hoy integrada en el grupo, tenía en la isla.
Incremento de producción
Además de trasladar producción desde Rumanía, donde hasta ahora se manufacturaban las cajetillas blandas, incrementando la producción un 10%, en 225 millones de cigarrillos, la empresa acaba de inaugurar también un nuevo centro de exportación de cigarritos (cigarrillos recubiertos con hoja de tabaco) , que se destinarán a la exportación, fundalmentalmente a Europa, pero también a Taiwan. Tom Osborne, director general del gigante japonés en España, explica que "la apuesta de la compañía por la fábrica de Tenerife es firme. Durante la última década el grupo ha invertido más de 45 millones de euros en la renovación y puesta a punto del centro, dotándolo de las últimas tecnologías y los procedimientos más innovadores". La planta cuenta hoy con máquinas de última generación, capaces de producir, por ejemplo, hasta 14.000 cigarrillos por minuto o 2.500 cigarritos.
De la inversión total realizada, 15 millones de euros se han acometido en los últimos tres años. En concreto, se han destinado 10 millones para la producción de los cigarritos y otros 5,2 millones para adaptar las líneas de producción a las nuevas exigencias legislativas de la Unión Europea sobre el seguimiento y control de todos los productos del tabaco. Osborne insiste, no obstante, en que "el éxito del centro productivo está muy vinculado al equipo humano, altamente cualificado y motivado, además de a la seguridad jurídica y las especiales condiciones de las que disfruta Canarias, en forma de incentivos a la inversión y a la producción". Las ayudas al transporte de las que goza el archipiélago han permitido así a las instalaciones de Santa Cruz de Tenerife incrementar su competitividad frente a las otras tres fábricas que JTI tiene en Europa: la de Trier, en Alemania; Gostkow, en Polonia; y Buscarest, en Rumanía, permitiéndo a las instalaciones concentrar de este modo una mayor producción de cigarrillos.
La filosofía 'kaizen'
En esta misma línea, Carlos Martín, director general de la planta, resalta que "queremos ser una fábrica versátil y eficiente en costes, para lo que es clave la motivación de la plantilla y promocionar la mejora continua, creando un entorno de trabajo seguro y respetuoso con el medio ambiente". Uno de los aspectos más llamativo de las instalaciones es la puesta en práctica de la filosofía kaizen, de origen japonés. "Se trata de sistema de calidad que se enfoca en la mejora continua.
La esencia del kaizen es mejorar los procesos antes de esperar que se obtengan resultados, a través de pequeñas y grandes acciones, pero de forma diaria", dice el director general de la planta, que ha involucrado además a toda la plantilla en la toma de decisiones, con reuniones de direcciónha las que cada día se incorpora una parte de los trabajadores.
España se ha consolidado en los últimos años como un mercado clave para JTI
La última fábrica de cigarrillos que queda en España produce así, actualmente, más de 2.625 millones de unidades al año, destinados, principalmente, al mercado local, pero también a la población turística flotante que hay en Canarias, y que el año pasado superó los 15 millones de personas. Con enseñas así locales y gobales, JTI, dueña además de Winston o Camel, de marcas como Krüger, Benson & Hedges o Coronas, la fábrica da empleo a 200 personas, pero genera alrededor de 2.000 puestos más indirectos gracias a la cadena de suministro.
España se ha consolidado en los últimos años como un mercado clave para JTI, habiéndose convertido en el tercero por volumen de ventas. "Hemos triplicado nuestra cuota de mercado en la última década, alcanzando el 24,8% en 2018. Son resultados excepcionales, si tenemos en cuenta que en mercados tan maduros como el español los movimientos de cuota son muy pequeños y elevar un solo punto porcentual la participación en el mercado constituye un esfuerzo titánico", dice el director general de la filial.