Álvaro González: "Las Fintech exigen más flexibilidad, pero lo compensan con trabajo remoto y adaptabilidad"
Javier Calvo
Madrid,
El marketplace español de productos financieros Bnext ha anunciado recientemente el fichajde de Álvaro González como nuevo Head of IT de la Fintech. Un fichaje especialmente relevante para el sector porque procede de la banca tradicional, donde acumula 14 años de experiencia, con la fusión entre The Royal Bank of Scotland con ABN AMRO Bank en 2009 como principal logro.
Su nueva función pasará por poner a disposición de Bnext todos su conocimiento del ecosistema financiero con el reto de orientar el desarrollo del producto hacia un planteamiento híbrido entre la banca tradicional y los métodos de entrega ágiles del entorno fintech.
¿Cómo ven los trabajadores de la banca tradicional las empresas del sector Fintech? ¿Competencia? ¿Una amenaza? ¿Una oportunidad?
Es una mezcla de las tres cosas: no deja de ser una amenaza, porque cualquier cambio en el statu quo siempre es recibido con miedo; una oportunidad para los que estén dispuestos a adaptar su manera de pensar y trabajar al mundo fintech, y competencia real de nuevos jugadores que entran en la industria desde un sector que hace diez años prácticamente no existía.
¿Ya lo contemplan como una alternativa de empleo real y atractiva?
Desde mi experiencia, depende mucho de la personalidad del trabajador. Hay mucho perfil de banca de toda la vida al que le cuesta extrapolar su talento al mundo startup. Yo trato de enfocarme en las similaridades más que en las diferencias para vender nuestro proyecto a potenciales colaboradores. Sí, hay que adaptarse a la velocidad de cambio, pero la recompensa es un entorno laboral muy ágil y enriquecedor.
¿Cuáles son las ventajas de trabajar en una Fintech frente a la banca tradicional? ¿Y las dificultades?
La principal ventaja es que puedes entrar en áreas en las que en una estructura organizacional tradicional no te permitiría. Si tengo una buena idea para el equipo de producto, o una mejora en atención al cliente, el flujo de trabajo cambia de manera inmediata, algo casi impensable en una estructura bancaria tradicional. Las dificultades son las que te puedes imaginar de una operativa más ligera: no tienes el músculo que tienen las grandes instituciones a la hora de influenciar los mecanismos de control, y los recursos son mucho más limitados. Esa limitación de recursos también hace que la ingenuidad sea un bien preciado: tenemos que inventar nuevas maneras de hacer las cosas que se ajusten a los recursos que tenemos.
¿Qué habilidades de los trabajadores de la banca tradicional son las más apreciadas entre las Fintech?
El principal valor viene de conocer el negocio de la banca tradicional desde dentro, y haber adoptado las best practices que diferencian a los grandes bancos. Y, aunque parezca redundante, también es muy preciada la habilidad para reconocer entre esas best practices cuáles son las que aportan valor y cuáles hay que reinventar.
¿Qué pueden ofrecer las Fintech a los trabajadores? ¿Hay mucha diferencia económica entre trabajar en uno y otro sector? ¿Cómo convencen a los trabajadores para que cambien de 'bando'?
Desde un punto de vista de compensación económica, la propuesta de valor de las Fintechs hacia los trabajadores es parecida a la de la banca tradicional. Exigimos más flexibilidad por la naturaleza del trabajo, pero la recompensamos con propuestas de trabajo remoto y adaptabilidad a las circunstancias personales de cada empleado. A nivel de compensación, lo que ofrecemos es una progresión mucho más concentrada: si haces bien tu trabajo y la compañía crece, la remuneración crece de manera mucho más rápida que en el mundo corporativo tradicional.
Sobre el cambio de bando: la verdad no tenemos que hacer mucho para tentar perfiles más tradicionales. Los proyectos realmente interesantes se venden solos, y hoy tenemos muchísimo interés de gente que viene de banca y quiere demostrar su valía en una startup como la nuestra.