Sobrevivir a la SEC y controlar el precio de la acción: claves para sacar de bolsa a Tesla
- Elon Musk vuelve a sumir en la volatilidad a su compañía tras una entrevista con el 'NYT'
José Luis de Haro
La película dirigida por Elon Musk, consejero delegado de Tesla, para instigar una compra apalancada del fabricante de coches eléctricos está inacabada. Los desatinos en Twitter del multimillonario despertaron ya el año pasado la atención de la Comisión de Mercados y Valores de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés), que comenzó a plantearse si el capitán de la compañía engañó a los inversores al pronunciarse sobre los problemas de producción del Modelo 3, su vehículo más asequible.
El propio Musk reconocía en una entrevista con el New York Times que el último año ha sido "insoportable" e incluso aventuraba que "lo peor está por venir". De hecho, el rotativo indicó que el consejo de administración de Tesla esta preocupado por la carga de trabajo y la salud de su ejecutivo estrella y que está buscando una mano derecha para Musk para poder así quitarle tensión. Con los reguladores acechando a uno de los proveedores de piezas de la de Palo Alto, California, los tuits del consejero delegado de la semana pasada, donde flirteó en la red social con la probabilidad de sacar de bolsa a Tesla a 420 dólares por título y aseguró contar con la financiación para lograrlo, fueron el cebo perfecto para terminar de atraer a los agentes de la SEC.
Mientras el directivo ahuyentaba momentáneamente a los inversores bajistas, los reguladores e inversores se preguntan por igual cuáles eran sus intenciones y si realmente cuenta con el dinero para instigar una operación histórica dentro de su categoría.
"Las predicciones de Musk sobre la producción de vehículos han sido erróneas con frecuencia", indica Robert C. Pozen, experto de la Brookings Institution. Según su punto de vista, Tesla podría ser rentable si realmente lograse fabricar 10.000 unidades de su Modelo 3 a finales de este año. Sin embargo, si Tesla tuviera un precio de 72.000 millones como destaca su principal ejecutivo, serian necesarios al menos 24.000 millones de dólares para instigar una compra apalancada. "¿Quién estará dispuesto a prestar esta cantidad?", se pregunta.
En estos momentos, pese a que la SEC ha citado no solo a Musk, sino también a miembros del consejo de administración de la compañía para determinar qué información compartió antes de su crítico tuit del 7 de agosto, todavía debe revisarse un plan de acción claro. El fondo soberano de Arabia Saudí cuenta ya con casi una participación del 5 por ciento en el fabricante de coches eléctricos, pero su papel en una compra sigue presentando dudas, tanto por su capacidad, como posibles trabas regulatorias.
Al mismo tiempo, esta semana el consejero delegado de Tesla dijo contar con el asesoramiento de Silver Lake y Goldman Sachs, aunque este último no confirmó dicho rol hasta el 15 de agosto.
La sensación de caos que ha suscitado Musk acumula al menos un trío de demandas colectivas en los juzgados mientras los analistas se rascan la cabeza para encajar las piezas de este enrevesado puzle. Para afinar una operación de estas características debe asumir que la empresa está a punto de generar flujos de caja autosostenibles o que puede acceder a una variedad de fuentes estratégicas de capital que antes no estaban a su disposición.
"Todos los accionistas deberían tener la opción de vender sus acciones a 420 dólares por acción o permanecer invertidos en una Tesla fuera de bolsa", sugiere David Whiston, estratega de Morningstar. Para él, lo lógico sería transferir el capital de los minoristas a un vehículo especial que cotice en bolsa, mientras que los institucionales solo podrán operar semestralmente.
Aún así, como señala Whiston y otros analistas, el precio marcado por Musk es demasiado alto. Según algunos modelos, para generar una valuación de 420 por título, teniendo en cuenta el delicado flujo de caja de la compañía, Tesla necesitaría casi triplicar el margen beneficios antes de impuestos e intereses proyectado en estos momentos por Morningstar en 2027 desde el 9 hasta casi el 23 por ciento.
Además de esbozar un plan formal, el revés de los reguladores, así como las demandas presentadas sólo podrían evitarse si realmente Tesla y su consejo de administración probasen que en el momento que Musk publicó su tuit, realmente contaba con la financiación blindada para instigar esta monumental operación. Algo que, hoy en día, todavía está por demostrar.