Empresas y finanzas

La 'guerra' abierta a Ryanair eleva un 30% la afiliación al sindicato de tripulantes de cabina

  • Sitcpla registra 200 altas en el último mes y USO reconoce alza de adscritos
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África Semprún
Madrid,

La escalada de tensión entre Ryanair y los sindicatos de los tripulantes de cabina (TCP) ha disparado las afiliaciones en el colectivo. En el último mes, poco antes de que se convocara oficialmente la huelga en cuatro países de Europa (España, Italia, Bélgica y Portugal), el sindicato Sitcpla ha registrado algo más de 200 altas hasta sumar unos 900 afiliados, lo que implica que casi la mitad de los 1.800 tripulantes de cabina que trabajan para la aerolínea irlandesa de bajo coste en las bases españolas están más que dispuestos a secundar los paros previstos para los próximos 25 y 26 de julio.

Y es que, estar adscrito a un sindicato otorga un respaldo extra en caso de huelga. Aunque Sitcpla es la asociación que mayor representatividad tiene entre los TCP de Ryanair, el sindicato USO también ha visto cómo se incrementaba su base de afiliados. Eso sí, la organización no ha querido dar datos aunque asegura que tiene "representatividad suficiente en los centros". USO es mayoritario en Canarias y tiene peso en Málaga.

Pese al respaldo mayoritario que tiene la convocatoria de huelga entre los empleados españoles, una gran parte no podrá secundarla porque los servicios mínimos fijados por el Ministerio de Fomento protegen el 59% de los vuelos internacionales de Ryanair, el 39% de los domésticos con alternativa de transporte y el cien por cien de los vuelos entre las islas y la península. Antes de conocerse los servicios mínimos, la low cost canceló 400 vuelos sólo en nuestro país, muchos de ellos con las islas Baleares y Canarias, y el viernes reiteró que el resto las frecuencias (630 diarios) "están programadas para operar con normalidad" por lo que espera no tener que realizar más cancelaciones. "Los servicios mínimos son abusivos", se quejan los representantes de los trabajadores, que recuerdan que no hay ni en Portugal ni en Bélgica.

En este punto, los sindicatos han solicitado oficialmente a Ryanair una lista con los vuelos protegidos por los servicios mínimos durante las dos jornadas de huelga y con el personal que tendrá que estar de imaginaria (disponible para volar por si hay bajas) para evitar errores de última hora y, sobre todo, que intente llevar personal de otras bases europeas para sacar todos los aviones pese a los paros. En este punto, fuentes sindicales aseguran a este diario que la firma ya estaría realizando movimientos para ello, tal y como hizo durante la huelga en Portugal del pasado mes de abril. En este momento, algunos TCP españoles se negaron a trasladarse a las bases lusas para sustituir a sus compañeros en huelga y Ryanair les abrió expedientes sancionadores que han sido denunciados ante la Inspección de Trabajo, que todavía no ha podido hacer nada.

Ese incidente, unido a la ausencia de avances en las negociaciones para reconocer al Sitcpla y USO como interlocutores válidos y oficiales (Ryanair se comprometió en diciembre de 2017 a reconocer a los sindicatos), marcaron un antes y un después en el conflicto laboral abierto entre los TCP y la low cost.

Y es que, tras los paros de Portugal, los sindicatos de todos los grandes países europeos, incluidos Alemania y Holanda, lanzaron un ultimátum a Michael O'Leary, consejero delegado de Ryanair: O acuerdo concreto antes del 30 de junio, o huelga. "Ya no podemos conformarnos con una promesa. Llevamos años y años recibiendo promesas que luego no llegan a nada. La plantilla está cansada y quiere luchar por sus derechos. Todos estamos dispuestos a ir a la huelga", aseguran fuentes sindicales a este diario, tras asegurar que el apoyo mostrado por el colectivo es creciente.

Más allá del reconocimiento como sindicato y de los días libres para llevar a cabo acciones sindicales (ver apoyo), el conflicto recoge el deseo de los TCP de media Europa de dejar de estar sometidos a la legislación laboral irlandesa y pasar a tener contratos laborales locales. Los pilotos de España también reclaman ser considerados trabajadores españoles y someterse a la legislación laboral de nuestro país. El colectivo, en vez de ir a la huelga, optó por denunciar a Ryanair ante la Audiencia Nacional para que sea la justicia la que le obligue. Toda la plantilla de la low cost tiene contratos irlandeses y la gran mayoría cotiza ahí, por lo que en España no tiene derecho a la seguridad social, a pensión, a paro y o bajas por enfermedad. La legislación laboral irlandesa es menos beneficiosa en algunos puntos que la española, sobre todo en bajas por maternidad y traslados.