Empresas y finanzas
Trabajo convoca una reunión urgente para evitar una huelga 'salvaje' en Ryanair
- Fomento alerta: no puede fijar servicios mínimos a trabajadores extranjeros
- La low cost se juega el bloqueo de todos los vuelos porque los TCP tienen contratos irlandeses
África Semprún
El Ministerio de Trabajo ha convocado una reunión de urgencia con los sindicatos de Ryanair y la aerolínea para tratar de frenar la huelga prevista para los días 25 y 26 de julio. La Dirección general de Trabajo se ha puesto en hoy en contacto con las partes para cerrar un encuentro mañana a las 17.00 horas en la sede del ministerio, que se podría retrasar hasta el jueves por problemas de agenda de los portavoces de Ryanair, confirman fuentes sindicales. El objetivo del departamento que dirige Magdalena Valerio es buscar un principio de acuerdo para evitar unos paros que amenazan con bloquear los aeropuertos españoles en plena temporada alta.
Y es que, tal y como ha advertido el Ministerio de Fomento, "a priori" el Ejecutivo no puede imponer servicios mínimos a los trabajadores que no tienen contrato español puesto que no están bajo su legislación, lo que incluye a todos los empleados que Ryanair tiene en las 14 bases españolas: unos 1.800 trabajadores entre pilotos y Tripulantes de Cabina. "Los servicios mínimos que se fijen desde Fomento, en principio, solo afectarán a los trabajadores con contrato español", explican a este diario fuentes del Ministerio que dirige José Luis Ábalos. En este punto, Fomento, a través de la Secretaria de Estado establecerá el porcentaje de vuelos protegidos aunque está analizando jurídicamente "cómo afectarían a los trabajadores que no tienen contrato en España pero que sí que tiene su base aquí". "El caso de Ryanair es singular. A priori no les afectarían los servicios mínimos pero hay que estudiarlo", explican desde la cartera de Ábalos.
Ante la posibilidad de que los trabajadores de Ryanair no estén obligados a cumplirlos, la low cost tiene dos opciones, o bien cede a las exigencias de los trabajadores y la huelga se cancela, algo muy complicado, o bien se aviene a pactar los servicios mínimos con los sindicatos, un punto sobre el que no alcanzaron consenso en la reunión que tuvo lugar ayer en el SIMA, donde Ryanair exigió que se operaran todos los vuelos.
Todos los vuelos en tierra
En este sentido, tanto Trabajo o como Fomento están trabajando para que los paros sean lo menos perjudiciales para los españoles pero lo cierto es que tienen poco que hacer ya que, al no poder obligar a que se operen una serie de trayectos mínimos, todos los vuelos de Ryanair en España, donde tiene basados unos 100 aviones, se podrían quedar en tierra. Desde el departamento de Ábalos aclaran que no es una advertencia para los trabajadores ya que ellos no les pueden decir nada y que no se está poniendo en duda los derechos de los mismos. No en vano, tras la amenaza de Ryanair de abrir expedientes a los TCP que secundaran los paros y de denunciar la huelga "por ilegal", los inspectores de trabajo defendieron el derechos del los trabajadores de la low cost irlandesa a luchar por mejorar su condiciones laborales.
España es el primer país de los cuatro que convocan los paros en dejar en el aire el cumplimiento de los servicios mínimos y de la ley de huelga nacional por parte de los trabajadores por sus contratos. En el caso de los servicios jurídicos dijeran que Fomento no tiene competencias sobre la plantilla contratada en irlanda, la pelota va al tejado de Ryanair que tiene que decidir si apela a la justicia irlandesa para frenar los paros o cede a las exigencias de los sindicatos USO y Sictpla. Así, sobre el papel, Ryanair tendría derecho a despedir a todos sus TCP de las bases españolas o a llevar a trabajadores de otros países para operar los vuelos, pero es muy difícil que pueda hacer alguna de las dos cosas. Por un lado, no tiene personal suficiente para cubrir todos los vuelos que tiene programados sin la plantilla de España y, por el otro, no consigue llenar los cursos de formación por lo que la opción de despedir es inviable al no poder reponer a los trabajadores.
El hecho de que la plantilla de Ryanair tenga contratos irlandeses es justo el quid de la cuestión del conflicto paneuropeo. Los trabajadores llevan casi dos años negociando con la compañía que dirige Michael O'Leary para que la firma respete la legislación laboral de cada país y que reconozca su derecho a tener representación sindical. Por ello parece difícil que la huelga se pare a menos que la oferta sea muy buena: "no nos vale con promesas", advierten. Además, la relación entre la empresa y los sindicatos está más tensa que nunca puesto que Ryanair despidió la semana pasada a cuatro afiliados a Sictpla alegando que se habían negado a volar. Desde la representación sindical denuncian que se habían pasado del número de horas legales de trabajo y que psíquica y físicamente no estaban capacitados para volar por la falta de sueño y de higiene.