La cerveza escasea en Reino Unido por la falta de dióxido de carbono
- Varias fábricas de CO2 en Europa están cerradas por mantenimiento
- Heineken, entre las empresas más afectadas por la falta de gas
- La industria cárnica también está viéndose afectada
elEconomista.es
El Reino Unido está más unido que nunca ante el temor de quedarse sin cerveza en un país en el que el consumo de esta bebida roza los 70 litros de media por persona al año, según estudios recientes. La preocupación es real ya que falta el dióxido de carbono (Co2) utilizado para su fabricación y la de otros refrescos carbonatados.
Con varias fábricas cerradas por mantenimiento en Europa y una única planta de fabricación de CO2 para uso alimentario en las islas británicas, las fábricas de bebidas y procesamiento de alimentos están cerrando de manera temporal. Hay pubs ingleses que ya están racionando la cerveza o no disponen de algunas marcas. Es el caso de la firma JD Wetherspoon, que posee casi 900 pubs, y Ei Group, con cerca de 4.500 establecimientos, que han dejado de servir bebidas de la marca Heineken.
Los ingleses no comprenden cómo puede ser posible que se queden sin cerveza para ver el mundial y al ser preguntados bromean con "disturbios en las calles", aunque realmente les preocupa la situación que comprenden abarca mucho más.
Dejando a un lado las anécdotas, la escasez de cerveza y otras bebidas afecta ya a las ventas en los pubs de todo el país y también al resultado de las empresas fabricantes. Justo en este mes, debido a la celebración del Mundial de Rusia, se preveía un aumento exponencial de ventas.
El problema puede ser mayor, ya que hay fábricas en Reino Unido que están cerrando por la falta de gas que afecta a todo el continente. Incluso Coca-Cola ha parado su producción ante la falta de dióxido que da chispa a sus refrescos y hay total desabastecimiento de productos Heineken, aunque desde la empresa holandesa aseguran en un comunicado que "están trabajando a pleno rendimiento" para solucionar el problema lo antes posible.
El CO2 es fundamental para las bebidas carbonatadas pero también se utiliza en el procesamiento de frutas, verduras y carnes envasadas. Estas últimas, las carnes, están siendo uno de los sectores más afectados y según la BBC están trabajando con cantidades menores de CO2 para empaquetar sus productos lo que reduce las fechas de caducidad y obliga a acelerar el tiempo de transporte y distribución.
El CO2 se emplea también para aturdir a los animales antes de sacrificarlos en la industria cárnica y, ante su escasez, varios mataderos, entre el que se encuentra el mayor de Escocia, están teniendo que cerrar de manera temporal.