Empresas y finanzas
"Un pacto sobre el agua entre los grandes partidos es posible, pero desconfío de las autonomías"
- Presidente de la Federación Nacional de Comunidades de Regantes
Rafael Daniel
Andrés del Campo representa a los más de 700.000 regantes agrupados en Fenacore desde hace 18 años. En pleno debate sobre las soluciones a la sequía estructural en nuestro país, ve posible un pacto sobre el agua entre los grandes partidos, "aunque desconfío, sobre todo, de las comunidades autónomas". Descárguese gratis la revista elEconomista Agro.
Tras la sequía del pasado año, ¿cree que hay una mayor concienciación para alcanzar un Pacto sobre el Agua?
La verdad es que le hemos visto las orejas al lobo y la sociedad se está dando cuenta de que las cuencas menos reguladas son más sensibles a los impactos de la sequía. Las menos reguladas, como la del Ebro, donde no se hicieron las obras prometidas como compensación por la anulación del trasvase, no solo son mucho más sensible a la sequía sino que, además, sufren inundaciones. Los embalses van a ser clave contra el cambio climático.
¿Ve posible el acuerdo político?
Soy optimista y creo que se puede llegar a un acuerdo político de máximos, al menos entre PP y PSOE. Desconfío, sobre todo, de las comunidades autónomas. La gestión del agua se ha politizado demasiado y la mayor contaminación en el siglo XX no es la difusa, sino la política, su utilización partidista. Defendemos una administración central que controle las cuencas intercomunitarias, que ponga orden y que se aleje en lo posible de los intereses partidistas.
¿Cuáles son las propuestas de Fenacore?
Apostamos por culminar la modernización de los regadíos. Y en lo referente a la regulación de las cuencas, las obras que ya están aprobadas, que se terminen. Los usos alternativos del agua, tanto la reutilización como la desalación, se pueden emplear como algo complementario, pero no son la solución. Hay que hacer una regeneración, estamos en los primeros pasos y aparecen problemas. Pero es la me-jor opción para un déficit de una Cuenca como la del Mediterráneo.
¿Apoyan los trasvases?
Es una herramienta muy útil ante el cambio climático. En California, tras cinco años de sequía, los arroceros dejaron de sembrar y cedieron el agua a los agricultores que tenían almendros, que se les estaban secando. Gracias a esos trasvases se han podido salvar los almendros, los arroceros han tenido una compensación económica que les ha permitido dejar vacía y meteorizar la tierra, con lo que el medio ambiente sale ganando. No se puede hacer un trasvase perjudicando a nadie, sino persiguiendo el interés general. En España tenemos más de 20 trasvases de más de un hectómetro cúbico que están funcionando muy bien.
El regadío tiene mala fama. ¿Se derrocha agua?
Al contrario, tenemos el 75 por ciento del regadío ya modernizado. De 3,7 millones de hectáreas, más de 1,9 millones son por goteo, 900.000 por aspersión y 900.000 por gravedad. Y ahora se contempla la posibilidad de transformar otras 800.000 hectáreas de gravedad a aspersión. Somos el segundo país en porcentaje en riego localizado -goteo-, después de Israel.
¿Qué papel pueden jugar las renovables en la reducción de los costes energéticos?
Fundamental. Tenemos un proyecto con varios países de Europa y varias universidades y hemos montado cinco estaciones elevadoras solo con fotovoltaica. El futuro está en producir energía alternativa con aire, sol o agua en los centros de consumo.