Empresas y finanzas

Telepizza tras aliarse con Pizza Hut: más negocio, menos marca

  • El 'matrimonio' abre las puertas a la firma española para operar con más marcas
Imagen: Dreamstime

EFE

La alianza con Pizza Hut supone para Telepizza una oportunidad de negocio que le permite duplicar ventas y refuerza el peso de su actividad internacional, aunque también implica un cambio de modelo en el que la marca pesa menos.

El acuerdo presentado esta semana coloca el foco en la Península Ibérica y América Latina, sobre todo en esta última región, donde Pizza Hut ya era fuerte y Telepizza estaba empezando a dar pasos para serlo.

El grupo español cuenta actualmente con más de 470 tiendas en Latinoamérica, que deberá convertir de forma gradual en Pizza Hut, aunque seguirá operándolas.

A éstas se sumarán los cerca de 950 establecimientos de la enseña norteamericana en la región -no se incluye en el acuerdo Brasil-, cuya gestión pasará igualmente a sus manos.

En declaraciones a Efe, el consejero delegado de Telepizza, Pablo Juántegui, confirma que este pacto supone para la compañía especializarse en operar negocios de restauración, aunque sea bajo otras marcas.

De hecho, política similar sigue en Irlanda tras asociarse con el fondo OKR para controlar la cadena Apache, a la que por el momento no prevé cambiar el nombre.

Estrategia opuesta a la de Pizza Hut -propiedad de Yum International, dueña a su vez de las cadenas KFC y Taco Bell-, interesada en alejarse de la gestión del día a día y limitar su atención a la enseña como tal.

"Por eso somos tan complementarios", argumenta Juántegui, quien destaca que Telepizza mantendrá "siempre" la marca como tal en España y Portugal, mercados donde deberá compatibilizar esta labor con el desarrollo de Pizza Hut.

No obstante, asegura que no existe "ni la más mínima intención de mezclar los productos" de una y otra cadena, ya que "el consumidor quiere variedad".

Preguntado por la posibilidad de que Pizza Hut, como mayor gigante mundial del segmento con cerca de 17.000 restaurantes -y por delante de otros competidores como Domino's Pizza o Papa John's-, acabe absorbiendo a Telepizza, Juántegui es tajante: "Ellos no invierten en activos, son gestores de marca y no les interesa".

En su opinión, el pacto alcanzado -que oscila entre los 25 y los 50 años de duración en función de los países y está sujeto a condiciones- supone una especie de "matrimonio" que abre la puerta a múltiples posibilidades.

"Puede ocurrir que la propia Pizza Hut decida ampliar el ámbito del acuerdo a más geografías, o que Telepizza pueda gestionar más marcas del grupo Yum en los mercados donde estamos, como Taco Bell o KFC", aventura Juántegui.

Cree que, a corto plazo, el trabajo en internacionalización debe centrarse en esta operación con Pizza Hut, aunque sin descartar a medio plazo estudiar la opción de llegar a otros países no incluidos en esta alianza.

La firma llevaba años ampliando su radio de actuación fuera de la Península Ibérica -hasta ahora representaba dos tercios de sus ventas-, y cuenta con un pequeño número de tiendas en países como Rusia, Irán, Arabia Saudí, Angola, Reino Unido y República Checa.

Después de 14 meses de negociaciones no exentas de complejidad, el acuerdo hace que Telepizza pase de gestionar 1.600 establecimientos a 2.550 locales y sus ventas en cadena se duplican, hasta los 1.100 millones de euros anuales.

Los responsables de la enseña norteamericana, por su parte, reconocieron que un motivo clave para elegir a su nuevo socio español fue su red de aprovisionamiento propia, que incluye fábricas en diferentes puntos del globo, incluida América Latina.

Las previsiones de Telepizza pasan por conseguir eficiencias en sus plantas, mejores condiciones a la hora de comprar a proveedores y sinergias en materia logística gracias a un acuerdo de calado, que mete al grupo español a competir en la gran liga y de cuyo éxito dependerá el futuro de la compañía.