Empresas y finanzas

Rosell (CEOE) propone "tipos muy bajos" en el impuesto de Sociedades para las empresas que menos facturen

  • Cree que tal medida ayudaría a aflorar la "pecaminosa" economía sumergida
  • Expertos de ideologías económicas divergentes recelan de su receta
Juan Rosell, presidente de la CEOE.

Jose Sánchez Mendoza

El presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), Juan Rosell, ha planteado hoy un tipo "muy bajo" de impuesto de Sociedades para los tramos de facturaciones bajas, con el fin de desincentivar la "pecaminosa economía sumergida". No obstante, los especialistas consultados por este medio no ven con buenos ojos esta idea.

El líder de la patronal ha manifestado esta postura en la Asamblea General anual que celebró hoy la organización y que inauguró el ministro de Economía, Industria y Competitividad, Román Escolano. El responsable de la patronal española ha indicado que en 2017, del total de empresas que se rigen por Sociedades, solo el 41% tenía bases imponibles positivas.

"Quizás, después de estudiarlo con detalle, deberíamos poner un tipo muy bajo para los tramos de facturaciones bajas y así desincentivas la pecaminosa economía sumergida", ha reflexionado.

Además de esta propuesta, Rosell ha subrayado la necesidad de una mayor inversión, una normativa coherente -"legislar menos y mejor"-, cambiar la gestión empresarial ante la revolución digital y una reforma de las Administraciones Públicas.

Aunque ha concedido en que la economía española "sigue sorprendiendo al alza" en cuanto a crecimiento y creación de empleo, ha remarcado que todavía no se han recuperado todos los puestos de trabajo perdidos durante la crisis, por lo que, en su opinión, debe seguir reduciéndose el déficit presupuestario.

El responsable de CEOE ha dicho que no tiene "miedo" a las reformas, puesto que "en las empresas las hacemos continuamente sin miedos pues caso de no hacerlas el declive llega rápidamente".

El balance que hace Rosell de la crisis es que las "certezas" que ha dejado evidencian que "nada es más valioso que la democracia" y "nada hay más constructivo que el respeto a la ley, nada más destructivo que la división y el sectarismo". En este sentido, estima que las leyes pueden cambiarse pero "no saltárselas alegremente, sin control".

En su intervención, Rosell ha valorado que la contribución de las empresas a la estabilidad ha sido "importante" y que "nunca confundimos moderación con inmovilismo", precisando que estas declaraciones "no son una respuesta a las críticas internas" por su posicionamiento sobre la situación en Cataluña.

Ha insistido en que su postura es "clara" y que está "a favor de la democracia y del respeto a las leyes", conceptos a sus ojos inherentes el uno al otro.

Reacciones

Rafael Pampillon, catedrático de Economía en la universidad CEU San Pablo y director de análisis económico en IE Business School, coincide con Rosell en la necesidad de reducir el déficit, imperiosa en opinión de este experto.

"Somos el país de la Eurozona con el déficit más alto cuando nuestra Economía sube al 3%" -denuncia en declaraciones a elEconomista.es- "Hasta que no nos acostumbremos a la idea de que un país en crecimiento no puede tener esos niveles de deuda pública, tendremos dificultades", considera, mostrando una posición cercana al líder de la CEOE. Eso sí, desafía al presidente de la patronal: "Que diga cómo lo va a hacer".

Asimismo, desconfía de la receta de tipos bajos en el impuesto de sociedades, a pesar de que este tributo es el único que recauda menos que antes de la crisis. "Las empresas pequeñas ya pagan menos", apunta. La solución que preconiza Pampillon es clara: recortes y subida de impuestos. "Hay que subir el IVA y bajar las prestaciones sociales, entre otras cosas", sostiene.

El catedrático fundamenta su análisis en un ejemplo externo: "Dinamarca tiene un 25% de IVA", lo cual no impide, según el profesor, "que quien precise ayuda para adquirir productos y servicios de primera necesidad tenga prestaciones sociales".

Rodolfo Rieznik, economista y vocal de Economistas sin Fronteras, también discrepa de la medicina de tributos bajos para empresas en apuros: "Las compañías pequeñas ya pagan menos y no veo margen fiscal para bajar más los impuestos", considera.

Rieznik, también consultado por elEconomista.es, analiza la problemática del déficit en una dirección opuesta a la de Rosell y, sobre todo, la de Pampillon. Rechaza políticas de recorte de la deuda pública: "Es ahora cuando debemos aumentar el gasto público y redistribuir los beneficios del crecimiento económico". De lo contrario, "los colectivos más vulnerables correrían un gran riesgo".