Empresas y finanzas
'Guerra civil' entre Uber y Cabify por las leyes para proteger al taxi
- Unauto defiende el Real Decreto que limita el sector de las VTC y...
- ... critica que la firma de EEUU busque "una desregulación incontrolada"
África Semprún
El Real Decreto aprobado el viernes por el Gobierno para rearmar al taxi ha desatado una guerra civil entre Uber y Cabify. Unauto, la patronal de la que ambos son socios, ha criticado abiertamente las ideas liberales de la plataforma norteamericana y le ha exigido que acate la decisión del Ministerio de Fomento de blindar la normativa que fija una proporción de 30 licencias de taxi por cada una de VTC (vehículo turismo con conductor).
"Lamentamos que Uber sea el único miembro de la asociación que está a favor de una desregulación incondicional en el sector. Continúa oponiéndose a la voluntad legislativa del Gobierno. Respetamos la posición pero no la compartimos", aseguró la patronal que preside Eduardo Martín en un comunicado.
En esta línea, el portavoz de Unauto quiso aclarar en declaraciones a este diario que el mensaje buscaba ser más "un tirón de orejas" a Uber para que se alineara con el sector y defendiera los intereses comunes ya que "la desregulación total podría volverse en contra tanto de sus intereses como del de los usuarios". "Uber no tiene licencias VTC como el resto de los socios por lo que no le preocupa lo que pueda pasar con el mercado y a competencia", apuntó.
Así, ante la decisión del Ejecutivo de elevar a rango de ley el ratio 1/30 y la norma de habitualidad (la que fija que el 80 por ciento de la actividad se realice dentro de la región en la que esté adscrita la licencia), la patronal ha solicitado al Tribunal Supremo que no se pronuncie en su sentencia sobre estas normativa por "pérdida sobrevenida del objeto del recurso". Y es que, el Real Decreto aprobado deroga los artículos 181,3 y 182,5 del reglamento de transporte terrestre (ROTT), que son los que están impugnados por la Comisión Nacional de los Mercados y laCompetencia (CNMC), para incorporarlos a los artículos 48 y 91 de la LOTT.
En este punto, Unauto recalca en el comunicado que el resto del sector de las VTC, formado por empresas y plataformas como Cabify, "dejó claro" en su exposición en la vista ante el Alto Tribunal que "no apoyan una desregulación incondicional".
No es la primera vez que Uber y Cabify chocan en su idea de cómo tiene que ser el futuro del sector. No en vano, la compañía dirigida por Mariano Sylveira no se sumó a Uber en el recurso contra el Real Decreto aprobado en diciembre de 2017 por el cual se limita la compra venta de licencias los dos primeros años y se obliga a comunicar los servicios antes de realizarlos. Unauto sí que impugnó la medida pero renunció a seguir en la causa después de que el Supremo denegara las medidas cautelares para frenar las medidas que suponen una barrera de entrada y salida del sector.
Ante la abierta crítica de Unauto, un portavoz de Uber volvió a defender que "la apertura del mercado de las VTC favorecerá la creación de miles de puestos de trabajo y tendrá efectos positivos para los ciudadanos, que verán cómo se reduce el precio y mejora la calidad del servicio. Queremos seguir trabajando en colaboración con todo el sector de las VTC para alcanzar nuestro objetivo común: que cada vez más gente deje su coche en casa".
Con la imposición por ley de la ratio 1/30, Fomento busca frenar una nueva oleada de VTC, que podría superar las 30.000 licencias. La medida beneficia al taxi, que frena el crecimiento masivo de la competencia ante el peligro de que el Supremo declara ilegal el límite, pero también a los propietarios de las licencias como Cabify, que estaban viendo como el precio de las mismas empezaba a caer. Y es que, ante la contingencia los precios se han triplicado a los 60.000 euros. No en vano, el vacío legal generado entre 2009 y 2015 llevó a la plataforma Cabify a crear decenas de empresas y solicitar miles de licencias VTC que ha ido vendiendo a inversores a cambio de que operen en exclusividad con su plataforma. La firma tiene actualmente varias firmas con licencias a través de la sociedad Vector Ronda tiene así un interés en contener el mercado para mantener los precios y controlar la mayor parte de la oferta. Un interés que no comparte Uber, que no tiene licencias y se ha visto obligado a asociarse con Alsa, que tiene una empresa con decenas de VTC, para poder desembarcar en Barcelona.