Andrea Firenze: "Con igualdad de condiciones competitivas atraeríamos muchos proyectos más"
Estela López
Los orígenes en España de Covestro, antes Bayer MaterialScience, se remontan a los años 60. Como muchas multinacionales industriales, se decidió por Barcelona para desembarcar en el país, con una planta en la Zona Franca que abrió en 1966, y a la que en 1971 se le unió la fábrica de Tarragona, los dos centros de la firma en el país.
Andrea Firenze llegó a Tarragona en 2008 como jefe de la planta de MDI, a lo que después sumó la dirección de todo el complejo tarraconense de la empresa, y en 2016 añadió la gerencia general de España del que es uno de los gigantes mundiales de fabricación de polímeros.
¿Qué peso tiene España en el negocio total de Covestro?
Ocupa el tercer puesto de Europa, por detrás de Alemania y Bélgica. A nivel global, es el número cinco más o menos.
¿Qué porcentaje de la producción de España se exporta?
En la planta de Barcelona se exporta entre el 75% y el 80%, y Tarragona exporta por encima del 90%.
Llegó a Covestro España en 2008, ¿cómo vivió lo peor de la crisis?
Ha sido muy duro, porque sufría no solo Covestro, sino el entorno. Soy brasileño, y en Brasil decimos que cuando empiezas a conocer a dos o tres personas afectadas por un problema común, significa que el problema es importante. A nivel particular y de industria vimos varios casos de empresas que han cerrado o que han disminuido.
Lo que ha ayudado mucho a Covestro estos años ha sido la exportación. Antes de la crisis el porcentaje era bastante más pequeño, y tuvimos que cambiar nuestra manera de trabajar para superar la dificultad. En su día, el mercado interno era muchísimo más fuerte, y en Tarragona la exportación era de entre el 60% y el 70%.
No hay que olvidar el boom de la construcción, que justificaba mucho volumen. En Barcelona también nos tuvimos que adaptar. Éramos una planta que hacía los mismos productos que Alemania y vimos que estábamos en riesgo. Tuvimos que llevar a cabo también un cambio importante: dejar de hacer productos comunes de gran volumen, que a todos les gusta hacer, para producir especialidades, materiales complicados, que tienen dificultad técnica, de empleo y de capacidad. Eso nos ha dado la diferencia que ha mantenido esta planta durante los años de crisis.
¿Cuáles pueden ser las claves para reindustrializar Tarragona?
La industria está haciendo su papel de potenciar su negocio, pero necesita apoyo de la Administración, especialmente en política energética. Aquí una industria paga muchísimo más por la electricidad que en Alemania. Si la energía es más cara, en el momento en que peleas por proyectos, ya partes de un nivel más bajo, y tienes que intentar compensar la dificultad con algo más. No queremos ninguna ventaja, sino tener la misma competitividad que los otros países de Europa.
La diferencia de precio de la electricidad en las plantas de Covestro es de entre un 30% y un 40% menos en Alemania respecto a España, dependiendo de la época del año. Si tuviésemos igualdad de condiciones, estoy seguro de que seríamos capaces de atraer muchos proyectos más.
¿Cómo les perjudica el no tener el Corredor Mediterráneo?
Hemos tenido que comprar trenes capaces de cambiar los ejes en frontera para pasar de ancho ibérico a ancho internacional, lo que supone más inversión, y además hay costes de operación más altos por cada vez que pasas la frontera. Hablamos de millones de euros por no tener una conexión directa.