Empresas y finanzas
Nueve gigantes de la economía 'online' solo pagan 2,8 millones a Hacienda
África Semprún
Uber, Booking, Deliveroo, Blablacar o Airbnb facturan su negocio español fuera del país. Montoro pone en marcha diversas medidas para elevar la factura fiscal de las plataformas digitales.
En 2016, 5,4 millones de personas utilizaron Airbnb para hospedarse en España. La plataforma tiene colgados unos 187.000 anuncios de viviendas para alquilar y, según sus propios datos, los anfitriones o dueños de las casas generaron 560 millones de euros en ingresos. De esta facturación, Airbnb se lleva un 3% de comisión, a lo que hay que sumar el 10 ó 12% que cobra al huésped por cada reserva. Es decir, la plataforma digital generó decenas de millones de euros en España el año pasado, pero sólo pagó 55.211 euros por el impuesto de sociedades, tras reconocer una facturación de apenas 2,92 millones de euros por trabajos de promoción y marketing, que le paga la filial irlandesa Airbnb Ireland.
Así, la multinacional online factura sus ingresos españoles a través de la firma en el Tigre Celta, donde centraliza su negocio europeo debido a los menores impuestos. La estructura que usa Airbnb en la UE, que es totalmente legal, es la misma que utilizan la mayoría de las grandes plataformas digitales que operan en nuestro país y da cuenta de la cantidad de ingresos que se le escapan al fisco cada año y que ya está trabajando en retener.
Y es que, según las cuentas depositadas en el registro mercantil, en 2015 nueve gigantes de la economía online solo pagaron 2,8 millones de euros por el impuesto de sociedades en España, a pesar de los fuertes volúmenes de negocio que mueven en nuestro país.
La empresa que más pagó y que desvirtúa el monto agregado es Booking.com. La plataforma que, según algunas estimaciones, controla ya casi la mitad de todas las reservas de hoteles en las grandes ciudades españolas, abonó a la hacienda pública 2,8 millones de euros por el impuesto de sociedades en 2015, seis veces más que el año anterior (el resultado total es similar, porque a Cabify le ha salido a devolver). La filial española Bookings Hispánica se dedica a la prestación de servicios de apoyo y promoción a la matriz de Amsterdarm, que es la que cobra directamente las comisiones por la intermediación en la reserva de los hoteles en España y la que centraliza los ingresos de todas las operaciones del grupo. En 2015, la sociedad española dobló sus ingresos, porque, además de lo que cobra de la matriz de los Países Bajos, ha empezado a quedarse un 2% de comisión de cada operación que se cierra dentro de nuestras fronteras.
Menos 60.000 euros
Más allá de Booking, que mantiene la estructura de las plataformas online, pero está reconociendo más ingresos en España ante la creciente presión de Hacienda, firmas como Uber, Expedia, Trivago o Blablacar, que también tienen gran presencia en nuestro país, han pagado al fisco menos de 345.000 euros en su conjunto por el impuesto sobre beneficios (ver gráfico). Así, mientras Uber pagó 38.000 euros a Hacienda tras reconocer una facturación de 1,27 millones por labores de marketing, que le paga su filial en Irlanda, Trivago pagó 55.700 euros y Blablacar, que concentra la facturación de su negocio en Francia, unos 9.886 euros. La que más pagó fue Expedia con 178.284 euros en 2015 tras registrar un resultado antes de impuestos de 616.000 euros y facturar 8,43 millones. La actividad de la filial española es proporcionar servicios de apoyo al grupo Expedia global y no registra los ingresos por las reservas, que se centralizan. Así, y al igual que Airbnb, todas las plataformas antes mencionadas facturan su negocio español fuera de nuestras fronteras escapando de los controles del fisco.
Como ya se ha apuntado, aquí la excepción es Cabify, que declara todos sus ingresos en España, pero que está en pérdidas, por lo que no solo no paga a Hacienda si no que genera unas bases imponibles negativas que descontará del impuesto de sociedades que tenga que pagar en un futuro, cuando genere beneficios. En 2015, la tasa le salió negativa en 448.000 euros y en 2016 en 1,52 millones. El año pasado multiplicó por 2,6 sus pérdidas, tras haber triplicado sus ingresos y casi cuadruplicado sus gastos.
La otra excepción es Homeaway, que tiene un modelo de negocio similar al de Airbnb con la intermediación en el alquiler de viviendas vacaciones. La firma también factura en España su negocio y en 2015 generó unos ingresos de 16 millones de euros; ganó unos 330.000 y pagó unos 12.000 euros en el impuesto de sociedades. Para el cálculo se han cogido los datos de 2015, porque muchas empresas todavía no han hecho públicas sus cuentas de 2016 en el Registro Mercantil.
Las estructura societaria que utilizan las grandes plataformas online para manejar su negocio están generando distorsiones en la recaudación del impuestos de sociedades en los distintos países y han llevado a Francia a alzar la voz también contra estas practicas legales. La gota que ha colmado el vaso de la paciencia del Gobierno de Emmanuel Macron ha sido ver que Airbnb solo ha pagado 92.944 euros de impuesto de sociedades en su país en 2016, pese a ser su principal mercado europeo, por lo que está presionando para que se reactive y aceleren los planes de unificar el impuesto de sociedades en la UE.
"Las estrategias que usan las multinacionales antes se llamaba ingeniería fiscal y ahora son conocidas como prácticas agresivas. Siguen siendo legales, porque la legislación europea las ampara, pero ya hay un cambio de actitud de los países que están viendo cómo se escapan por la frontera los ingresos fiscales camino de Irlanda, Luxemburgo u Holanda, con bases más bajas y sistemas que les permiten ahorrar más", explica José María Mollinedo, secretario general de Gestha, sindicato del cuerpo técnico de Hacienda.
No en vano, la recaudación por el impuesto de sociedades es una de las que más ha caído en nuestro país desde la crisis y a la que más le están constando recuperarse: en 2007 alcanzó los 44.000 millones de euros y en 2016 apenas ha superado los 23.000 millones.
Por ello, Hacienda ya ha empezado a analizar distintas vías para conseguir aumentar la factura fiscal de las plataformas online que operan en España, a la espera de que la Unión Europea consiga homogeneizar las bases del impuesto de sociedades para luego repartir la recaudación entre los países en función del negocio real que se genere. Como explica Jesús San Martín, presidente de Registro de Economistas y Asesores Fiscales (REAF), esa será "el futuro de la tributación de la EU". "Se persigue que las empresas de prestación de servicio tributen donde realizan o prestan el servicio. Es decir, donde se genera el ingreso o el negocio, pero ahora eso es difícil ya que la UE permite que las empresas estén implantadas en cualquier país, facturen desde ahí y operen sin ningún tipo de discriminación o penalización en cualquier otro", dice San Martín.
Entre las medidas que ya ha puesto en marcha el departamento que dirige Cristóbal Montoro destaca la modificación de la normativa para obligar a las plataformas a dar información personal sobre los anfitriones y huéspedes que usan su plataforma. Con este Real Decreto, que entrará en vigor en enero de 2018, Hacienda tendrá acceso con carácter anual a los ingresos que genera cada persona que alquila pisos a través de la plataforma y también conocerá quiénes son los clientes de pisos, una información a la que ahora no tiene acceso, porque ni la propia Airbnb la pide, pero que es obligatoria para los hoteles. Esta medida, a su vez, le permitirá conocer el volumen de negocio que la plataforma genera en España y abrir la vía para empezar a considerar a la filial de Airbnb en nuestro país un establecimiento permanente y no una oficina comercial.
Si la filial española de una plataforma online se empieza a considerar un establecimiento permanente estará obligadas a tributar por todos los ingresos que genere en España y no como sucede ahora. Es decir, tendría que facturar su negocio a través de sus sociedades españolas. Así, la clave está en demostrar que es en España donde genera los servicios.
"Hacienda ya está intentando cambiar los modelos y que dejen de ser consideradas como oficina comercial o filial", explica Luis de Amo.
Por último, Hacienda ya realiza solicitudes individuales a cada empresa para que comuniquen los ingresos de los trabajadores para controlar que pagan sus impuestos.