¿Cuánto cuesta desmantelar Garoña? Los costes se acercarán a los 650 millones de euros
Rubén Esteller
El Gobierno acaba de optar por aprobar el desmantelamiento de la central de Garoña, lo que supondrá un coste para Endesa e Iberdrola del orden de 150 millones de euros en tres años más los cerca de 500 millones adicionales que tendrá que asumir Enresa en los siete años más que dure el proceso. Cronología | La nuclear más antigua y símbolo para antinucleares.
La relación entre ambas eléctricas no atraviesa el mejor momento. En Endesa no sentó bien que Ignacio Galán aprovechara su junta en Bilbao para reivindicar el cierre de Garoña, pero previamente, el presidente de Iberdrola había comunicado por burofax su intención en la reunión de Nuclenor - la sociedad conjunta que gestiona la planta- del pasado 6 de abril e incluso en el consejo de marzo del año anterior.
Iberdrola estaba cansada ya de unas pérdidas que ascienden a casi 360 millones desde que se decidió cerrar la planta burgalesa en 2012 y por ese motivo apoyaba el cierre. Una posición que además respaldó posteriormente Gas Natural Fenosa en su junta de accionistas y que sirve como aviso a navegantes para las próximas renovaciones de licencias que debían pedirse antes de julio pero cuya tramitación se ha retrasado ahora dos años.
Entre los principales problemas con los que se topan ambas empresas figuran también los diferentes plazos de amortización. Mientras Iberdrola tiene amortizada Garoña a 40 años, Endesa amplió la amortización a 50 años en octubre de 2014 aprovechando su OPV, lo que le permitió mejorar sus resultados y las previsiones para los siguientes años.
La eléctrica participada por la italiana Enel cuenta a su favor con el informe positivo del Consejo de Seguridad Nuclear, un extremo que debería ser suficiente para que el auditor le permita mantener estos años de amortización sin ningún quebranto económico más allá del que ocasionará el desmantelamiento anticipado de Garoña.
Las eléctricas se resistieron durante meses a realizar unas inversiones que el CSN consideraba necesarias para dar este importante permiso, pero finalmente el organismo cambio de opinión y autorizó la reapertura sin la necesidad de acometerlas y facilitó este apunte contable. Endesa e Iberdrola no querían destinar ni un solo euro más hasta saber la decisión del Gobierno, pero también hasta tener una visibilidad sobre la situación política.
Las eléctricas quieren que se plantee un debate abierto sobre el futuro energético español antes de tomar unas decisiones de inversión importantes que podrían revertirse en el futuro.
El cierre de las centrales nucleares puede provocar un fuerte aumento del precio de la electricidad, pero también reduce las emisiones libres de CO2. Por ese motivo, las eléctricas piden tiempo para decidir sobre el resto de centrales y visibilidad antes de tomar decisiones.
Zorita, en el año 2019
El pasado 11 de febrero se cumplió el séptimo aniversario de la transferencia de la central nuclear José Cabrera de manos de Gas Natural Fenosa a Enresa para comenzar su desmantelamiento. Esta central fue la primera nuclear que funcionó en España, desde el año 1968 hasta el 30 de abril de 2006.
La instalación se comenzó a construir en julio de 1965 y tenía una potencia instalada de 160 MW. Su desmantelamiento está previsto que finalice en 2019. El desmantelamiento de José Cabrera es el primero de Nivel 3, según la clasificación del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), que se realiza en España y uno de los primeros en Europa.
El Plan de Desmantelamiento y Clausura que Enresa aplica esta central se divide en dos fases: la primera relativa al Almacén Temporal Individualizado (ATI) y la gestión del combustible gastado, que se desarrolló entre 2006 y 2009, y una segunda fase, de 2010 a 2019, ya con la figura de Enresa como explotador responsable de la instalación, en la que se iniciaron los trabajos de desmontaje y descontaminación, que incluyen la retirada del reactor y la rehabilitación final del emplazamiento.