Empresas y finanzas

Clemente González Soler (Grupo Alibérico): "Las políticas de Podemos han fallado en todo el mundo"

    En la imagen, Clemente González Soler, presidente de Grupo Alibérico. <i>Foto: Elisa Senra</i>.

    Esther Esteban

    Cuando a los 17 años pisó Madrid desde Santiago de Compostela para estudiar ingeniería aeronáutica, nada le hacía intuir que, pasados los años, volvería a esta ciudad que tan bien le acogió en su etapa universitaria para convertirse en presidente del primer grupo privado en Europa de capital español del sector del aluminio, formado por 35 empresas y 17 fábricas distribuidas en cuatro continentes.

    Tal vez por eso, cuando le preguntas a Clemente González Soler qué hace un empresario de éxito como él presidiendo Ifema, reacciona rápido y señala, sin más, que "aportar desde la sociedad civil su granito de arena a un proyecto que hace grande a la comunidad". Es un hombre inteligente, reflexivo y buen conversador, que hace honor, por la precisión de sus términos, a su profesión de ingeniero, y también, por su empatía, a su justa fama de ser un empresario hecho a sí mismo, que empezó de becario y ha terminado siendo el hombre del aluminio en España.

    Es un ejecutivo atípico, un rara avis que huye de los estereotipos, no trabaja con la Administración, no contrae deudas para sentirse libre y suele ser crítico con el papel de las patronales. Si le hablas de éxito, te responde con su pasión por el trabajo y el esfuerzo, y si le preguntas dónde está el secreto para llegar tan alto recuerda a su padre, juez de profesión: "Él no me dejó bienes, pero me dejó valores. Siempre me hablaba del valor de tu palabra y la fuerza de la verdad; o sea, de ser honrado, y he seguido su consejo".

    Acepta, sin condiciones, entrar abiertamente en materia política, dice que los conceptos de izquierda y derecha se han diluido, y mira con simpatía la fórmula del mestizaje ideológico con el que Emmanuel Macron ha configurado su Gobierno. Desea que Pedro Sánchez recupere el espacio perdido del PSOE, no cree que Pablo Iglesias intente exportar el modelo de Venezuela -"el comunismo ha fracasado"- y califica a Mariano Rajoy como una persona seria y honrada que ha dado estabilidad al país en tiempos difíciles. Defiende con pasión el concepto de empresa familiar, ha caído y se ha levantado muchas veces, cree firmemente en el proyecto de España, y pone en valor la figura del empresario. Es genio y figura.

    ¿Estoy ante el 'milagro americano' español?

    No, en absoluto. No creo en milagros, sino en el trabajo, el esfuerzo, la ilusión, la tecnología y los equipos.

    Al menos reconozca que sí es el hombre del aluminio español. Su compañía Alibérico es líder en Europa y referencia mundial...

    Bueno, llevo 45 años en el mundo del aluminio, tanto a nivel nacional como internacional. He sido presidente en España de una multinacional, la mayor en su momento, en los años 90, de Alcan Aluminio, y esa experiencia me da una visión global muy importante y contactos a todos los niveles que me han ayudado mucho en mi trabajo cada día.

    ¿Dónde está el secreto de su éxito y a cuántas familias da trabajo?

    Hice unos pinitos desde el 86 hasta el 90, con una empresa que se llamaba Iberalum. Empecé de cero, con una secretaria. Después vino una multinacional, Alcan Aluminio, y me la compró, dándome una participación en esa compañía en España, y más tarde me independicé en el 96. Lo que es ahora Alibérico se ha creado entre el 1997 y 2017. En nuestro sector calculamos que por cada puesto de trabajo directo hay dos o tres indirectos. Es decir, damos empleo directo a 1.200 familias y a otras 2.000 o 3.000 de empleos indirectos.

    Pregunta obligada: ¿Qué hace un ingeniero y un empresario como usted en un sitio como Ifema? ¿Se han cumplido los retos que usted se marcó hace un año?

    Ifema es un consorcio formado por el Ayuntamiento, la Comunidad, la Cámara de Comercio de Madrid y la Fundación Montemadrid. En un momento dado cambian sus estatutos y deciden que el presidente del Comité Ejecutivo sea un empresario independiente y de prestigio. Me lo proponen a mí y acepto el reto porque, como parte de la sociedad civil, considero una obligación aportar mi grano de arena en Ifema, que es un proyecto social, para generar economía en la Comunidad de Madrid.

    Usted es un ingeniero en una familia de jueces, un 'rara avis', ¿no?

    Soy ingeniero aeronáutico. En 1967 dejé mi tierra, Santiago de Compostela, me vine a estudiar a Madrid y la ciudad me recibió de maravilla. Efectivamente, mi padre era juez, opositó con 21 años, y fue el juez más joven de España En aquella época, los jueces cobraban lo justo y para salir adelante ejercía de abogado. En mi familia no había empresarios e intentaron que yo estudiara Derecho, pero mi pasión eran las máquinas y la ingeniería. Me vine a estudiar a Madrid con 17 años. Después me fui a trabajar a Alicante, me casé, nacieron mis hijas, y en el 96 empecé también como empresario en Madrid. Dos etapas muy importantes en mi vida tienen que ver con esta Comunidad y ahora he querido devolver a la sociedad parte de lo que ella me ha dado, aportando la experiencia de 45 años profesionales al proyecto de Ifema.

    ¿Ser empresario se ha convertido en un demérito y por eso ahora se les llama emprendedores?

    Bueno, la palabra emprendedor se asocia a algo bueno, mientras que la de empresario se ha demonizado, y eso es injusto. Es cierto que en este país hay algunos ejemplos de personas que se han llamado empresarios y que no lo han sido y su actuación no ha resultado ejemplar ni ejemplarizante, pero en España hay una falta de reconocimiento al mundo de la empresa como creador de riqueza y de empleo. Es necesario poner en valor de nuevo la figura del empresario honrado, trabajador y con orgullo de país.

    ¿La cercanía política de un empresario le contamina y finalmente, en vez de ayudar, se vuelve tóxica y de ahí los casos de corrupción?

    La cercanía a la política es un tema complicado. Yo nunca he querido trabajar para la Administración. Me parece un entorno complejo y prefiero no entrar en ese mundo.

    ¿No trabajar para la Administración le ha hecho sentirse más libre, sin ataduras ideológicas?

    Sí. Evidentemente, me he sentido más libre. Primero, por no trabajar para la Administración; segundo, por no estar en ningún sector regulado; y tercero, por no tener deudas. Somos un grupo que empezamos de cero, con dos préstamos de 250.000 pesetas, y el cien por cien del cash-flow que generábamos lo reinvertíamos en la compañía. No tener prácticamente deudas nos ha dado mucha libertad. Ése, en mi caso, ha sido el secreto.

    ¿Es mal maridaje el de la política y la empresa?

    En absoluto. Ese maridaje no tiene por qué ser malo. No debería haber problemas en que la política y la Administración trabajen cerca de las empresas, al revés. Los políticos están para defender a los ciudadanos, a las empresas que crean puestos de trabajo, y ayudar a mejorar el entorno competitivo.

    ¿Cuánto daño está haciendo la corrupción a la imagen de España?

    Estar todo el día con noticias de corrupción no es bueno para España ni para nuestra imagen. A mí me gustaría que de una vez por todas se limpiara esta situación y pudiéramos empezar el proyecto España, porque somos un gran país. Si conseguimos estar alineados en objetivos comunes, por encima de egoísmos y de individualismos personales, lo sacaremos adelante. Hay que limpiar la corrupción en España, poner los medios para que no vuelva a suceder y pasar la página.

    ¿España se está escribiendo en blanco y negro en estos momentos, con una crispación que la clase política traslada a la sociedad?

    No sé si España se está escribiendo en blanco y negro. Pero, desde luego, se está utilizando la brocha gorda en vez del pincel fino. Los políticos, las Administraciones y también las empresas tenemos que hacer todo lo posible para superar esta crispación, y escribir un proyecto de España en común, debemos dejar atrás los personalismos, dejar de mirarnos nuestro ombligo y tener amplitud de miras para que el proyecto de país evolucione, crezca, compita y consiga crear riquezas y empleo. Los enfrentamientos impostados son peligrosos y no nos llevan a nada.

    Hablando de política, ¿cree que la elección de Pedro Sánchez ayudará al PSOE a superar su crisis?

    El PSOE ha sido un gran partido y espero que se recupere, porque es importante que España tenga un partido socialdemócrata con peso y solidez. La victoria de Pedro Sánchez significa que las bases, de manera libre, no han querido apostar por la opción que planteaba el aparato. De todas formas, dicho esto, está claro que la política, no sólo en España, sino en Europa, está cambiando a una velocidad exponencial. Lo importante es que cambie para bien.

    ¿Qué piensa de Pablo Iglesias?

    Creo que es un profesor de universidad que, además de salir a la calle, debería estar cerca de los ciudadanos. Y eso significa vivir, entender y sentir realmente los problemas, y no hacer demagogia.

    ¿Podemos no está dando respuestas a los desafíos de este país?

    Podemos hace propuestas que han fracasado en otros países. El comunismo ha fracasado, y en Podemos, lo digan o no, hay una política ligada al comunismo que ha resultado fallida a nivel mundial. Pablo Iglesias lo que debe proponer son sus recetas para crear trabajo y riqueza, y así evitaría críticas.

    Vamos, que el modelo de Venezuela no sería exportable a España...

    El modelo de Venezuela es una locura. Dudo que Pablo Iglesias piense hacer aquí un modelo como el venezolano, que se deteriora día a día. No creo que su modelo sea el de Venezuela, sinceramente.

    ¿Y cómo analiza usted la aparición de populismos de extrema izquierda y de extrema derecha?

    Creo que los conceptos de izquierda y derecha se están diluyendo. Hoy en día no hay ninguna ideología clara. Hay intereses de personas, de grupos, más que de ideologías. Yo, por ejemplo, en la universidad era un idealista y estuve cerca del Partido Comunista de España, porque era delegado de curso y mi jefe pertenecía al Comité Central de Partido Comunista, y poco a poco fui evolucionando. Entonces las cosas eran muy distintas, pero lo que está claro, digan lo que digan algunos políticos, es que nada es gratis. Todo hay que hacerlo a base de esfuerzo y de trabajo, y lo que no esté hecho a base de esfuerzo, trabajo y honradez no tiene solidez.

    Vamos, que hay que recelar de las fórmulas mágicas...

    Yo no creo en fórmulas mágicas. No soy experto en política, pero a mí nadie me ha regalado nada, ni creo que nadie regale nada. Las palabras no cuentan, cuentan los hechos, y hay que huir de los cantos de sirenas que se basan en el gratis total.

    Tal vez el futuro está en lo que ha hecho Emmanuel Macron en Francia, un Gobierno de mestizaje ideológico y profesional...

    Macron ha hecho un Gobierno de personas de prestigio donde las ideologías ocupan un segundo plano, y eso me gusta. Hay que votar más a las personas que a las ideologías, sobre todo cuando no hay ideologías claras y los partidos pueden perder peso. Hay gente muy buena en todos los espectros y hay que buscar a los mejores para que gobiernen.

    ¿Mariano Rajoy es de fiar?

    Sí, es una persona seria, honrada, que ha dedicado gran parte de su vida a este país. Yo le tengo mucho respeto y valoro lo que ha estado haciendo para dar estabilidad en unos momentos muy difíciles. España está volviendo a los mercados internacionales con una posición de confianza, seguridad y solidez. ¿Y quién se la está dando? El Gobierno de Mariano Rajoy. Eso son hechos y realidades.

    ¿Le parece bien que, finalmente, haya Presupuestos, aunque sea 'a golpe de talonario'?

    A mí lo del golpe de talonario no me convence. Creo que debería haber Presupuestos porque todos queremos que España vaya adelante, que la situación económica mejore y se cree empleo. Decir no a los Presupuestos sin dar otras alternativas no es de recibo. Este país no puede estar sin Presupuestos, porque produciría una parálisis intolerable, ahora que estamos despegando.

    ¿Que Pablo Iglesias presente una moción de censura que no va a ganar es 'matar moscas a cañonazos' para deteriorar al Gobierno?

    Esa moción de censura de Podemos no conduce a nada, para mí es demagogia. Yo soy ingeniero, una persona realista que vive el día a día. No entiendo los brindis al sol que solo sirven de distracción y son fuegos de artificio en momentos en los que hay que estar muy centrado.

    Volviendo a su profesión: si yo quiero definir su empresa, ¿miro una bandeja de aluminio del AVE o me detengo en la espuma de aluminio para la construcción?

    Nuestro eslogan es Estamos Cada Día Contigo. Por ejemplo, si se toma una mermelada Hero, los envases son nuestros. Si tiene gripe y se toma un Clamoxyl 750, el envase es nuestro. Si está en una casa que tiene ascensor de la marca Schindler, el suelo de ese ascensor es nuestro. Si baja a la calle, somos el segundo productor del mundo de paneles para fachadas de edificios singulares: aeropuertos, hospitales o centros comerciales. Si coge un AVE, el suelo y las paredes de los trenes son nuestros. Si se va de crucero, lo normal es que, en un barco de 350 metros de eslora, suelos, techos y paredes sean los partition wall (paneles divisorios aislantes). Nosotros fabricamos envases, embalajes, productos industriales, piezas para los radares militares; somos un grupo muy diversificado.

    Usted tiene 17 fábricas en cuatro continentes. ¡Menudo vértigo! ¿Cómo se sobrevive a la crisis teniendo un imperio así?

    En 2007 con la crisis lo pasamos francamente mal. Hubo fábricas en las que de la noche a la mañana perdimos el 90% de las ventas. Tenemos una división que se llama Eurocolor que tenía cinco fábricas en España, y tuvimos que cerrar cuatro entre 2008 y 2010, porque pasamos de gestionar la abundancia a gestionar la escasez. Eso es lo más duro que he vivido en mi vida, lo que de verdad me ha quitado el sueño. Yo me he curtido en los errores o, mejor dicho, reflexionando sobre mis errores.

    ¿Ahora ha dejado de llorar porque el futuro es real?

    Dejamos de llorar porque vimos que había futuro en vender, producir y fabricar fuera de España. Hicimos el plan Visión 5. En cinco años, tener cinco fábricas en cinco continentes: 2010, Marruecos; 2011, Estados Unidos; 2012, India; 2013, Brasil; y 2014, Australia. En India y Brasil fracasamos, pero en los otros tres vamos muy bien.

    ¿Lo suyo es una empresa familiar?

    Sí, es una empresa familiar cien por cien. Tenemos un consejo familiar, con mi mujer y nuestras dos hijas. Una estudió en Cunef, Financiera, en Madrid, y la otra, Empresariales y Publicidad Digital en EEUU. Las dos han trabajado en empresas fuera y ahora trabajan conmigo.

    ¿Es cierto que sus productos se venden ya en los cinco continentes? Menuda expansión para una empresa familiar...

    El año pasado vendimos en 72 países de los cinco continentes. Tenemos fábricas en Europa, América, África y Australia. No tenemos fábricas en Asia, pero vendemos allí también. Soy un defensor de la empresa familiar, porque crea empleo, riqueza y reinvierte sus beneficios. En una ocasión le pregunté a Angela Merkel en una reunión: -Canciller, ¿cuál ha sido el secreto de que Alemania haya aguantado mejor la crisis?, y me dijo: - "Dos cosas: la industria y la empresa familiar". Ese dato es importantísimo y debemos tenerlo en cuenta.

    Una curiosidad, ¿la feria de Ifema le ha 'comido la merienda' a la de Barcelona o es al revés?

    Bueno, cada uno tiene que hacer las cosas lo mejor que puede. En España hay 18 ferias que están integradas en la Asociación de Ferias Españolas y otras 20 que son más pequeñitas y que no lo están. Ifema es la feria líder en España, y somos la única que ganamos dinero. Además, no recibimos subvenciones y no tenemos deudas. No hay ninguna otra feria española que cumpla con esos tres requisitos.

    ¿Fitur es la marca estrella?

    Este año haremos 86 ferias, y hay tres que son clave: Fitur, Fruit Attraction y Arco. Fitur es la número dos del mundo en turismo, Fruit Attraction estamos consiguiendo posicionarla en el número dos, y Arco es otra empresa de referencia. Uno de nuestros objetivos es que una de esas tres, posiblemente Fitur o Fruit Attraction, sea el número uno mundial. Madrid tiene que tener una feria número uno mundial; es uno de los objetivos a corto plazo.

    Cambiando de tercio, ¿la reforma laboral ha sido un éxito, como dicen los empresarios, o un fracaso, como dicen sindicatos y oposición?

    La reforma laboral ha sido algo muy importante para este país. Primero, para mantener el empleo y luego, para crecer. Ahí están los hechos: España es el país de Europa que más empleo -en proporción- está creando, y eso en parte ha sido gracias a la reforma laboral. De todos modos, todavía queda mucho por hacer, especialmente para facilitar la entrada de jóvenes en el mundo laboral.

    ¿Y cómo se hace eso?

    Coordinando la oferta con la demanda y haciendo de una vez por todas el famoso Libro Blanco que necesita la patronal española para definir cuáles van a ser las necesidades de las empresas españolas en los próximos años y que las universidades se preparen para ello. Hay un gran abismo entre el mundo del trabajo y la formación, y eso es letal y hay que corregirlo.