Empresas y finanzas

Las tabaqueras se mueven contra Gibraltar: así pondrán freno al contrabando de tabaco

  • El tráfico ilícito que entra desde el Peñón representa el 16% del total

Javier Romera

Las compañías tabaqueras han comenzado a tomar medidas para frenar el contrabando de tabaco procedente de Gibraltar, una de las grandes puertas de entrada de cigarrillos ilegales en la Península.

Altadis, la filial del grupo británico Imperial Tobacco propietaria de marcas como Fortuna o Ducados, está identificando en sus cartones con las siglas GIB las cajetillas destinadas específicamente para este mercado, con el objeto de facilitar la labor policial e impedir que se puedan vender en zonas límitrofes de Andalucía. Es una estrategia similar a la que está llevando a cabo también la compañía luxemburguesa Landewyck, propietaria de Ducal.

El resto de las grandes tabaqueras tampoco se queda atrás y utiliza también sistemas de identificación. Así, Philip Morris explica que las cajetillas que se venden en Gibraltar llevan las advertencias sanitarias exclusivamente en inglés y que incorporan además un código de trazabilidad, con una marca de tres astericos, "símbolo inequívoco de que el producto va destinado a su venta en dicho mercado", según la compañía.

Sistemas de identificación

La herramienta que Philip Morris utiliza actualmente se llama AIT Portal, cuyas siglas responden a Anti-Illicit Trade Portal. "Esta herramienta es una mejora tecnológica del sistema Codentify, una vez que las cuatro grandes tabaqueras decidimos implementar un sistema de trazabilidad basado en estándares abiertos", dice la dueña de Marlboro y Chesterfield.

Japan Tobacco International (JTI), la empresa dueña de Camel y Winston, lleva también las advertencias en inglés y, según la empresa, "todo el producto de venta en Gibraltar está marcado con un código alfanumérico y con otro de nube de puntos para facilitar su identificación total, desde la fecha y lugar de fabricación hasta la definición de quién lo ha vendido, con lo que se facilita extraordinariamente el rastreo de cualquier producto que se desvíe del itinerario legítimo de venta". Este sistema, el antiguo Codentify ha sido adquirido por una sociedad independiente a la industria del tabaco, llamada Inexto, que es quién controla ahora todo el procedimiento.

Asimismo, y según el acuerdo firmado con la oficina Antifraude de Unión Europea (Olaf) "JTI establece una demanda razonable del mercado en función del número potencial de compradores residentes, temporales y turísticos, con lo que se fija un suministro máximo de producto" que va a parar al Peñón para su venta.

Control del volumen

Del mismo modo también, desde BAT, la empresa que comercializa Lucky Strike, mantienen que "el principal método que utilizamos para combatir el tráfico ilícito de nuestras marcas en Gibraltar es el control del volumen de venta de nuestros productos que entran en el territorio".

Adicionalmente, según la compañía, "contamos con sistemas de trazabilidad propios que nos ayudan a llevar un seguimiento de todo aquello que comercializamos".

De esta manera, la cantidad de producto que se comercializa en Gibraltar corresponde "estrictamente a una cuota justificada y sostenible que se ajusta a la demanda de los consumidores locales y turistas que compran dentro de los límites legales permitidos en este territorio".

Así, el volumen de venta de BAT en Gibraltar equivale a tan solo un 2,2% , mientras que su cuota total en España es del 11% del mercado. De acuerdo con el último informe de la consultora Ipsos, el 16% de las cajetillas de contrabando que se venden en nuestro país provienen del Peñón, frente al 15,3% que entra desde Andorra y el 6,3% de Canarias.

Aunque sigue siendo una gran puerta de entrada, el contrabando desde Gibraltar se ha reducido de forma significativa en los últimos años gracias a las medidas de control impuestas por el Gobierno del Peñón. En 2014, el tráfico ilegal representaba el 24,4%, pero en ese momento, la colonia británica decidió actuar ante la presión de Bruselas.

Así, desde entonces, las tiendas y los bares sólo pueden vender como máximo 1 cartón de tabaco por persona al día, lo que equivale a 10 cajetillas, frente a los 5 permitidas hasta entonces. Asimismo, se otorgó poder al Administrador de Aduanas para suspender cualquier licencia de venta, en los casos en los que el titular o algún empleado o agente del establecimiento hubiera sido acusados de un delito relacionado con el tabaco.Y del mismo modo, se limitó el horario de venta de 8 de la mañana a 8 de la tarde, estableciendo que cada establecimiento no pueda tener más de 30 cajas en su almacén, lo que equivale a 50 cartones, y fijando una serie de zonas rojas, áreas próximas a la Aduana para todas aquellas personas que no sean residentes en las mismas donde puede haber detenciones y registros.

El contrabando de tabaco ha vuelto, en cualquier caso, a repuntar otra vez en España. Según los datos de Ipsos, el tráfico ilegal de cigarrillos en nuestro país se elevó al cierre del pasado ejercicio hasta el 9,2% sobre el total del mercado. Es un punto más respecto a los datos del primer semestre de 2016, cuando había caído hasta el 8,2%. De hecho, el tráficio ilegal no había parado de caer desde que en diciembre de 2014 tocó techo, con el 12,5% de las ventas.