Empresas y finanzas
Almirall pone su I+D en manos del gurú del bótox Bhushan Hardas
- Ficha al dermatólogo que hizo de este producto un negocio en Allergan
Alberto Vigario
La familia Gallardo se ha propuesto hacer de la farmacéutica Almirall una gran compañía en el terreno de la dermatología y la medicina estética. De ahí que el último movimiento del laboratorio catalán haya sido un fichaje de renombre en este campo. Se trata del dermatólogo Bhushan Hardas, conocido por conseguir desde su puesto en la farmacéutica Allergan que la famosa toxina botulínica Botox se haya convertido en uno de los productos con más ventas en el mundo. Hardas será a partir de ahora quien se encargue de toda la parte investigadora del laboratorio catalán.
En concreto, el doctor Bhushan Hardas ha sido nombrado nuevo director científico y vicepresidente ejecutivo de Almirall. Hardas reportará directamente al consejero delegado de Almirall, Eduardo Sanchiz, y entrará a formar parte del comité de dirección de la firma. Según fuentes de la compañía consultadas ayer por este diario, el nuevo fichaje se incorporará a su puesto de trabajo en Almirall en los próximos días.
La farmacéutica catalana ha señalado que espera que Hardas contribuya "con su experiencia y conocimiento" a reforzar las competencias de Almirall en este área terapéutica. "Gracias a su incorporación, la empresa espera impulsar la puesta en marcha de nuevos proyectos de I+D, así como mejorar la consecución de potenciales oportunidades de desarrollo corporativo de la firma", asegura la compañía de la familia Gallardo.
En Allergan, el doctor Hardas fue durante los últimos tres años el responsable global de I+D del área de tecnología y medicina estética y responsable médico de la farmacéutica. Allergan contrató al doctor Hardas en febrero del año 2014, procedente de la farmacéutica Merz, donde era director científico y había sido responsable durante diez años de sus investigaciones en dermatología.
Un sector de 2.400 millones
Hay que recordar que el mercado del relleno dérmico, donde el bótox supone el 90 por ciento, ha mostrado un crecimiento significativo en la última década y se prevé que alcance los 2.400 millones en 2022 en todo el mundo.