Empresas y finanzas

Toshiba roza la quiebra: aumenta las pérdidas, el auditor rechaza las cuentas y se juega su futuro en bolsa

  • La compañía reconoce que hay dudas sobre su futuro
  • La situación obliga a las autoridades a excluirla de la bolsa
El presidente ejecutivo de Toshiba, Satoshi Tsunakawa. // Reuters

elEconomista.es

Después retrasar las cuentas dos veces, Toshiba presenta unas pérdidas operativas de 576.300 millones de yenes (4.900 millones de euros) en el tercer trimestre del año, incrementando los números rojos, por el agujero contable de su filial nuclear Westinghouse. Su auditor PricewaterhouseCoopers rechaza avalar sus cuentas. La decisión pone contra las cuerdas a los reguladores para excluir las acciones de bolsa. l EEUU quiere vetar la venta de Westinghouse a China

Toshiba ha tomado una decisión sin precedentes en Japón. Ha presentado sus cuentas trimestrales sin el aval del auditor, PricewaterhouseCoopers, que se ha opuesto a aprobar las cuentas del tercer trimestre de 2016. Después de retrasar las cuentas más de cuatro meses, forzando las reglas contables y bursátiles del país, la compañía no ha conseguido presentar un balance que se amoldara a los criterios del auditor.

Toshiba se ha visto obligada a presentar los resultados sin auditar para frenar las presiones y rumores sobre la permisividad de los reguladores y el Gobierno hacia la compañía. Las pérdidas operativas han aumentado respecto a la primera mitad de 2016 ascendiendo a 576.300 millones de yenes (4.900 millones de euros).

En quiebra técnica

Según la compañía existe un enfrentamiento con el auditor por los controles internos de gestión de su filial nuclear Westinghouse Electric. Achaca a que ha descubierto "presiones indebidas" en Estados Unidos para vender su división para la aprobación de las cuentas. La filial estadounidense está detrás del escándalo contable que arrastra la compañía desde hace meses.

La cúpula de esta filial habría ejercido presiones sobre sus empleados con el objetivo de minimizar sus pérdidas en la contabilidad. Toshiba considera que "no hay pruebas" de que dichas circunstancias afectaran a sus resultados y ha decidido publicarlos pese a no contar con el visto bueno de la auditoría y con la intención de "no perjudicar más a sus accionistas"

La situación de Toshiba está poniendo a prueba a los reguladores y la legislación del país. Para muchos expertos, la empresa debería estar expulsada del mercado o por lo menos excluida temporalmente de cotización hasta que se aclare su situación.  "Es una burla a las reglas bursátiles, ya que las autoridades han hecho todo lo posible para que Toshiba presente de forma adecuada sus cuentas", explica a Bloomberg, Amir Anvarzadeh, analista de BGC Partners.

Las cuentas de hoy están fuera de plazo, tras conseguir por dos veces el aplazamiento de la presentación, y presenta unos números de quiebra técnica. Las amortizaciones provocadas por el negocio nuclear elevan el pasivo del grupo por encima de los activos, con lo que automáticamente debería pasar a un mercado inferior para empresas con problemas financieros. En Japón, las compañías tienen dos años para estabilizar su balance antes de quedar excluida en bolsa.

Nuevos riesgos

Esta perspectiva complica la perspectiva aún más de Toshiba porque supondría la retirada del flujo de capitales proveniente de fondos en su cotización. La propia compañía reconoce en el comunicado que "hay eventos y circunstancias que generan preguntas importantes sobre la viabilidad de la empresa".

La nueva directiva de Toshiba ha puesto en venta la división de chips, uno de sus activos más rentables. El último pretendiente ha sido Foxconn, compañía taiwanesa responsable del ensamblaje de gran parte de los iPhone, con una oferta de 25.500 millones de euros. Para la compañía se ha convertido en la única forma de esquivar la quiebra.