Empresas y finanzas

Las ventas de cava se estancan pese a superar un récord de 245 millones de botellas

  • La facturación alcanzó los 1.079 millones de euros durante el año pasado
  • Bélgica se erige como el primer país importador de vino espumoso

Iván Gutiérrez (Barcelona)

El sector del cava ha superado otro año complicado. El Consejo Regulador del Cava ha presentado hoy los datos del sector del ejercicio 2016, que se cerró con un leve aumento de las ventas del 0,42%, alcanzando las 245,1 millones de botellas. A pesar del tímido avance, la superación de la cota de los 245 millones supone la cifra más alta de la historia en el sector. 

Con todo, estas cifras en perspectiva sitúan al sector en apenas 300.000 botellas más que hace siete años, cuando registró unas ventas de 244,8 millones de unidades. En todo caso, la facturación del sector de los vinos espumosos aumentó un 2,3%, hasta los 1.079 millones de euros. Esto se explica por el mejor posicionamiento de los cavas premium, cuyo objetivo es que en el futuro signifiquen el 20% de las ventas.

El presidente de la Denominación de Origen Cava, Pedro Bonet, definió el ejercicio como "un año intenso y satisfactorio por el resultado", aunque reconoció que "siempre hay cosas por mejorar". Los dolores de cabeza del sector se centran en dos países muy concretos: España y Alemania. El mercado interior vuelve a caer por segundo año consecutivo con un retroceso del 0,80%, registrando ventas de 86,1 millones de botellas.

El mercado español, en niveles de los 80

Este dato está incluso por debajo de las cifras que registraba en 2008, con 89,1 millones de botellas. A nivel histórico, el mercado nacional se sitúa al mismo nivel que en los años ochenta, y aún muy lejos del récord de 101 millones botellas que se vendieron en España en 2006; o de otro muy buen año de ventas como fue 1999, con 100 millones de unidades.

En el exterior, el verdadero quebradero de cabeza para el sector ha sido el mercado alemán, un país que siempre se había situado como el primero en consumo en el exterior y que se ha desplomado un 14% en 2016, con ventas por debajo de los 30 millones de botellas. Desde el 2011, el mercado alemán ha caído un 30%, ya que entonces se superaban los 40 millones de unidades en ventas.

Esta evolución ha hecho que por primera vez desde que hay registros, el mercado belga se haya erigido como el más importante en el exterior, a pesar de que tuvo una caída más moderada del 1,74% y 29,6 botellas.

La razón que aludió Bonet es que las bodegas exportadoras han aumentado los precios, "y el mercado alemán es muy rígido y es sensible a la subida de precios", pero añadió que estaba de acuerdo "con que se baje en volumen pero se crezca en valor. En Alemania se están vendiendo 700.000 botellas premium que antes no estaban", zanjó.

La caída también se repitió en otro mercado importante como Reino Unido, con un 3,8% menos de ventas (21 millones de unidades), un decrecimiento que compensó con alzas en EEUU, Francia o Japón. Especialmente relevante es el aumento en la cuna del champagne, el mercado galo aumentó un 20,7%, rozando los 9 millones de botellas.

La guerra con Extremadura

El Consejo Regulador no se ha querido extender en su explicación sobre la guerra con las productoras de cava extremeñas en la localidad de Almendralejo, que piden tener más hectáreas para seguir su expansión. Bonet se refirió únicamente a este asunto como algo "más mediático que trascendente".

De hecho, dijo que el conjunto de las ventas de vinos espumosos producidos fuera de Cataluña es de apenas el 4% y que "la evolución ha sido del 0,3%".