Las tabaqueras frenan un aumento de los precios por la falta de Gobierno
- La paralización evita que el Estado pueda aumentar la recaudación fiscal
Javier Romera
La falta de Gobierno ha llevado a las compañías tabaqueras a frenar nuevas subidas del precio de las cajetillas de cigarrillos. Según confirman fuentes del sector, nadie está dispuesto a mover ficha hasta que el Ejecutivo reforme el actual sistema fiscal y cumpla así con una sentencia dictada por el Tribunal de Justicia de Luxemburgo hace ya dos años, actualizando el impuesto mínimo, que imposibilita ahora vender cajetillas por debajo de 3,92 euros.
El problema, según las fuentes consultadas por este periódico, es que si alguien sube, los que venden el tabaco más barato podrían quedarse igual y se ensancharía el diferencial. La marca más vendida, Marlboro, propiedad de Philip Morris, se vende por ejemplo a 4,85 euros; pero en los estancos hay también enseñas, como American Legend o Austin a 3,95 euros. Si Philip Morris decidiera subir los precios, las más baratas pueden mantenerse y la empresa norteamericana se arriesgaría así a perder cuota.
Ingresos fiscales
Para el Estado el problema añadido es que como el tabaco no sube de precio y el consumo legal está cayendo no se puede aumentar la recaudación derivada de los impuestos especiales. En total, el año pasado se recaudaron a través del IVA y estos impuestos especiales 9.137 millones. Fue un 0,30 por ciento más, pero tras cinco años consecutivos de caída de los ingresos.
En España hay actualmente varias tasas que gravan el precio del tabaco. Al margen del IVA, hay otras dos tasas. Por un lado está el impuesto específico, de 0,48 euros por cajetilla, y por el otro el ad valoren, que equivale al 51% del importe de venta. No obstante, para impedir que se puedan comercializar marcas a bajo precio se ha establecido también un sistema de doble impuesto mínimo.
Así, en la práctica, las marcas que vendan por debajo de 3,92 euros están obligadas a pagar al menos 2,76 euros y las que que lo hagan a menos de 4,10 euros deben abonar un mínimo de 2,57 euros. Son 128,65 o 138 euros por cada mil cigarrillos dependiendo de cada caso. Es un sistema similar al que en 2005 adoptaron también Italia, Francia, Irlanda y Austria, pero que ahora está en el aire.
Una pequeña empresa tabaquera italiana, Yesmoke, denunció este sistema en un juzgado de su país, que planteó a su vez una cuestión prejudicial ante el Tribunal de Luxemburgo, cuya resolución no dejó lugar a dudas. Los estados miembros de la Unión Europea deben cambiar el sistema de doble mínimo y fijar tan sólo uno. La cuestión está ahora en que dependiendo dónde se fije el umbral por debajo del cuál se paga este mínimo los precios pueden subir en mayor o menor medida.
La cuestión, en este momento, es que nadie se atreve a subir sin que se haya reformado el sistema y se haya aumentado el umbral mínimo. "Si subimos en este momento, los que venden más barato pueden quedarse como están y entonces la diferencia de precios iría a más y perderíamos cuota", explica una de las compañías afectadas.
Para algunas empresas, el impuesto mínimo debería saltar a partir del cien por ciento de lo que se conoce como el WAP ( Precio Medio Ponderado, según sus siglas en inglés). En la práctica, eso significaría que el mínimo no se aplicaría ya a partir de 4,10 euros, sino desde 4,40 euros, que es el WAP actualmente en España, lo que obligaría a las marcas más baratas a subir sus precios.