Empresas y finanzas

Renfe choca con el consorcio del AVE a La Meca por la revisión de las tarifas

  • Arabia Saudí aceptó pagar 400 millones y subir los billetes por obras extra
Pablo Vázquez, presidente de Renfe. <i>Elisa Senra.</i>

Javier Mesones, África Semprún

El consorcio hispano-saudí responsable del macrocontrato para construir la línea de alta velocidad entre Medina y La Meca, en Arabia Saudí, dirimirá finalmente las diferencias sobre el proyecto que enfrenta con la Saudi Railways Organization (SRO) en un experto independiente.

Plazos y sobrecostes son los principales puntos de conflicto. La decisión se ha precipitado ante la falta de entendimiento con el cliente y en el seno del consorcio, que coloca a la firma pública Renfe en el epicentro de las disputas, según diversas fuentes conocedoras del proceso.

El último episodio de las discrepancias entre las empresas españolas devino por las negociaciones con el cliente saudí en relación a los sobrecostes y modificados del proyecto. El montante total es una incógnita, puesto que Herbert Smith, el despacho que les asesora, aún no ha realizado el análisis pormenorizado y porque, según avanzan las obras, surgen nuevos imprevistos.

Ahora bien, antes de las vacaciones estivales, las autoridades árabes dieron un primer paso para aceptar pagar 200 millones por las desviaciones incurridas, derivadas en su mayor parte por la imprecisión del contrato en los detalles del proyecto y por peticiones expresas de la SRO posteriores a la adjudicación. A este importe se sumarían otros 200 millones, hasta alcanzar 400 millones, siempre que el consorcio acometiera "una serie de hitos", señalan las fuentes consultadas.

Entre ellos destacan la ejecución de las salas VIP en las estaciones, cuyas características no estaban completamente precisadas, las máquinas de billetes, trabajos extraordinarios más técnicos sobre la vía e incluso la disposición de una parte de la línea para operar ya en 2017.

Adicionalmente, Arabia aceptaba ampliar el plazo de entrega en 14 meses -ahora piden 24 meses por los últimos atrasos en la plataforma que hace el consorcio chino-saudí- y abría la puerta a negociar la revisión al alza del precio de los billetes que Renfe quiere aplicar. Las autoridades saudíes propusieron unificar todo en un acuerdo. Una amalgama de frentes que el grueso de las empresas españolas rechazó de pleno al considerarlo "inasumible". La posición extendida es que las negociaciones deben discurrir por separado, de forma que los problemas en la fase de construcción (capex) vayan por un lado y los de operación (opex), por otro.

Pérdidas millonarias

Esta última corresponde, fundamentalmente a Renfe, que se fio de las estimaciones de tráfico que Arabia introdujo en el contrato y que se evidencian absolutamente inalcanzables incluso para la propia firma que preside Pablo Vázquez, que declinó ayer hacer comentarios. Se previó una demanda de 60 millones de viajeros al año, cuando la población del país no llega a 29 millones, y ahora está realizando un análisis más realista para establecer unas nuevas proyecciones -se baraja la cifra de 20 millones- y poder así negociar la revisión de las tarifas. De lo contrario, las pérdidas para Renfe se calculan en cientos de millones y, frente a la posición del operador, las empresas se niegan a asumirlas solidariamente.

Paul Taggart, el experto independiente acordado por el consorcio y la SRO, dilucidará en un primer arbitraje sobre la ampliación del plazo solicitada, y previsiblemente será el intermediario en las futuras disputas sobre los modificados y las desviaciones del presupuesto.