El presidente de Lloyds se disculpa por sus escándalos personales
- Horta-Osorio pide perdón por el daño causado a la entidad
Eva M. Millán
El jefe de Lloyds ha demostrado que incluso uno de los más poderosos ejecutivos de la banca británica está obligado a mantener las apariencias, sobre todo cuando la entidad que dirige atraviesa un proceso de recorte de personal para reducir costes y aumentar beneficios.
Tras semanas siendo protagonista de la prensa rosa, Antonio Horta-Osorio decidió ayer hacer frente al escándalo originado tras hacerse acompañar de una supuesta amante en un viaje de negocios y expresó a su plantilla lo más parecido a una disculpa por la "publicidad adversa y el daño" causado por su vida privada.
Aunque Lloyds había intentado contener la hemorragia defendiendo que Horta-Osorio, casado y con tres hijos, no había quebrantado ninguna norma en relación a las 4.000 libras de gastos en alojamiento en un hotel de Singapur, la presión sobre un dirigente que ya en 2011 había atraído titulares por su vida personal fue excesiva, especialmente ante la sensible tesitura de una compañía a punto de vender el 9% que el Gobierno aún posee en el accionariado.
A pocos meses de haber tomado posesión hace más de un lustro, Horta-Osorio había sido objeto de escrutinio por una prolongada baja por agotamiento, por lo que desde su incorporación procedente de Santander UK, el banquero portugués se ha acostumbrado a estar en el ojo del huracán por más motivos que su gestión. Sin embargo, la controversia extra-marital ha superado el margen de control de Lloyds, incluso pese a que el consejero delegado mantiene que los gastos fueron abonados de su bolsillo.
La filtración de sus escarceos amorosos lo ha obligado defender que está "tan comprometido como siempre" con el liderazgo de una entidad de la que es improbable que, a corto plazo, sea relevado, tanto por la necesidad de estabilidad en el escenario post-Brexit, como por los retos derivados de la venta de títulos por Lloyds.