Alcaldes de medio mundo se alían para intentar frenar a Uber y Airbnb
- Acordarán medidas para aumentar la presión sobre ambas compañías
Bloomberg
Uber y Airbnb han demostrado hasta la fecha que son capaces de mantener una expansión frenética a nivel mundial. Pero una nueva amenaza se vislumbra en su horizonte: las ciudades en las que operan. Decenas de alcaldes democráticamente elegidos de algunas de las mayores ciudades del planeta, desde Nueva York a Seúl, pasando por París y Barcelona, se han unido para pararle los pies a los que a menudo se citan como paradigmas de la llamada "economía colaborativa".
Y lo van a hacer colaborando. Para ello están preparando una especie de manual de emergencia en el que van a definir una serie de respuestas básicas a la llegada de estas empresas que, si bien es cierto que han cambiado el mercado, no lo es menos que lo han hecho saltándose a la torera sus reglas.
La idea de estas ciudades es dar una única respuesta regulatoria, que les permita plantar cara a la compañía de taxis sin licencia y a la de alquiler de pisos para uso turístico.
"Todos nosotros estamos haciendo frente a los mismos problemas respecto a la seguridad, igualdad y sostenibilidad", afirma el portavoz de la alcaldía de Nueva York, Wiley Norvell.
En París, donde las autoridades llegaron a un acuerdo con AirBnb para que, al menos, recaude en su nombre la tasa turística, la alcaldía es también tajante: "el acuerdo con AirBnb es positivo, pero no podrán comprarnos. No podemos quedarnos de brazos cruzados, o dentro de poco habrá barrios enteros en los que ya no habrá pisos disponibles para los residentes de la ciudad".
"No se trata de estar en contra de la innovación", afirma Ian Brossat, del ayuntamiento parisino, que añade que "es necesario que haya regulación en este sector, y creo que estamos llegando a un punto de inflexión. La gente está empezando a comprender que es necesaria una normativa".