Empresas y finanzas
El Gobierno sueco no repara en gastos para convertirse en una fábrica de unicornios
- En Estocolmo hay censadas 22.000 empresas tecnológicas
- Invierte el 3,2% de su PIB anual en investigación y desarrollo
elEconomista.es
Mientras en todos los países desarrollados se habla de cambiar el modelo productivo clásico por uno basado en las tecnologías de la información, en Suecia el propio gobierno se ha puesto manos a la obra y su labor de impulso a las startups ha convertido Estocolmo en una meca, donde hay más de 22.000 de estas empresas censadas.
Desde luego la economía sueca ya era sinónimo de éxito gracias a gigantes de la industria más convencional como Ericsson, Ikea o Volvo, y algunas empresas tecnológicas han despuntado en todo el mundo, como Spotify, Skype o Mojang (la creadora de Minecraft). Pero el acelerador de empresas en que se ha convertido el gobierno sueco ha dado lugar a una constelación de compañías, algunas muy pequeñas y aún poco conocidas por el gran público, que parece demostrar que la apuesta está teniendo éxito.
Un informe patrocinado por Google demuestra que en la capital una de cada cinco personas trabajan en el sector tecnológico, y que la ciudad se ha convertido en la fábrica de unicornios más productiva del mundo, con el mayor número de estas exitosas tecnológicas (empresas de nueva creación cuyo valor se estima en más de 1.000 millones de euros) per capita del mundo.
Esta situación es el resultado directo de una infraestructura legal e incluso física instalada en los años anteriores. No sólo ayudaba la regulación fiscal, sino que también era muy útil la red de fibra óptica Stokab, que da servicio a toda la ciudad y que es la mayor de su tipo en todo el mundo, informa Market Watch.
Siguen los ejemplos: en los años 90 el gobierno daba ayudas fiscales a la compra de ordenadores, de todos los ordenadores; la educación universitaria es gratuita; se pagan programas de capital semilla y se financian incubadoras de empresas... El gasto público ha creado un círculo virtuoso, y ahora son los capitales privados los que fluyen hacia Estocolmo, que el pasado año concentró el 15% de todas las inversiones directas de todo el sector tecnológico Europeo.
En definitiva, basta con echar un vistazo a lo que gasta el país para entender por qué está donde está: gasta el 3,2% de su PIB en investigación y desarrollo, la segunda mayor cifra proporcional de toda la Unión Europea. ¿Que quién ocupa el primer lugar? Finlandia