Empresas y finanzas

Uno de cada cinco electrodomésticos consume más de lo que se anuncia

  • Muchas tiendas tampoco cumplen la legislación sobre etiquetado energético

Tomás Díaz

Durante tres años un consorcio de 16 ONG europeas ha estado analizando el rendimiento energético de los electrodomésticos puestos a la venta en la UE, cotejándolos con lo que indica su etiquetado energético, y el resultado es que uno de cada cinco aparatos testados con detalle consume más de lo debido.

Los test, realizados por laboratorios independientes, han encontrado una aspiradora -el modelo Kunft KVC1119, de Worten- que consume un 54% más de energía de lo declarado, un frigorífico -el AEG S53530CNX2- que consume un 12% más, un aspirador -Rowenta RO6673EA- etiquetado como B, cuando debería ser C, un lavavajillas -el OK ODW 451 FS- que precisa dos ciclos de lavado para dejar la loza en condiciones, etcétera.

Las ONG están desarrollando un proyecto, denominado MarketWatch y financiado por el programa europeo Intelligent Energy, para analizar la aplicación de la normativa de etiquetado energético de la UE, tanto por parte de los fabricantes como de las tiendas que venden los aparatos. Hasta la fecha, han destinado unos 100.000 euros en adquirir los electrodomésticos y pagar los test a los laboratorios.

A partir de análisis preliminares, las entidades han seleccionado 100 aparatos cuyo funcionamiento les parecía anómalo y han sometido una selección de 27 modelos a exhaustivas pruebas de laboratorio. Un total de 18 han mostrado anomalías serias, como bombillas de LED que consumen un 20% más de lo etiquetado.

Mónica Vidal, responsable del proyecto en el socio español, la Fundación Ecología y Desarrollo (Ecodes) indica que "además de las anomalías que hemos detectado, es importante destacar que muchos de los productos apuran al máximo las bandas de tolerancia de la legislación, de modo que es frecuente que el consumo real sea del orden de un 10% más de lo que se informa al consumidor a través de las etiquetas".

Interacción con los fabricantes

El proyecto de las ONG no se queda en la mera denuncia de la situación; también se dirige a los fabricantes para informarles de los resultados y pedirles que se corrijan, con suerte dispar: algunos, como AEG o Rowenta, han respondido y están colaborando con las entidades para solucionar los problemas; otros, como Megaman, dan la callada por respuesta.

MarketWatch también se ocupa de analizar los puntos de venta y el modo en que cumplen la normativa del etiquetado.

Aquí, los resultados tampoco son buenos: faltan las etiquetas en los aparatos, no tienen los formatos exigidos, no coinciden con los modelos en venta, etc. Y la cosa es mucho peor en el canal de Internet: cadenas tan importantes como Fnac, Amazon o Media Markt incumplen mayoritariamente la legislación, según MarketWatch.

Media Markt es el gran garbanzo negro, tanto por el grado de incumplimiento, prácticamente total, como porque tampoco atiende a los requerimientos de las ONG, que se vienen dirigiendo a ella desde que comenzó el proyecto. Otros, como El Corte Inglés, reaccionaron enseguida y corrigieron los errores.

Las autoridades son las responsables de vigilar que las normas se cumplen, pero Vidal indica que ya han informado al Ministerio de Industria de los resultados del proyecto MarketWatch sin obtener ningún tipo de respuesta.