Afinsa evitó represalias contra el proveedor de sellos "manipulados"
- La filatélica se hizo cargo de las pérdidas porque fue un "error" humano
Eva Díaz
El presidente del consejo de administración de Afinsa, José Antonio Cano Cuevas, admitió ayer en la tercera vista del juicio que se celebra en la Audiencia Nacional que la compañía no pidió responsabilidades a Francisco Guijarro Lázaro, por proveer a la empresa con sellos falsos y manipulados.
Guijarro Lázaro fue contratado por Afinsa en el año 1999 y cesado en mayo de 2003. Durante ese tiempo, tanto un informe del despacho de abogados Cuatrecasas en 2002 como la opinión de unos técnicos norteamericanos en 2003, advirtieron a la filatélica de la manipulación de los sellos. Un hecho que tuvo repercusiones económicas en la sociedad, tal y como aseguró su presidente, porque Afinsa tuvo que "responder a las pérdidas" a consecuencia de recomprar los sellos a sus clientes para posteriormente retirarlos del mercado.
Cese sin represalias
Sin embargo, Cano Cuevas dijo ayer en respuesta de los letrados de las acusaciones populares que la empresa se limitó a cesar al proveedor, "sin represalias". "Los errores los cometen las personas, si son malintencionados se sanciona, de lo contrario, la compañía nunca tuvo ese estilo", respondió en sede judicial.
Parte de las preguntas realizadas por el fiscal Anticorrupción, Alejandro Luzón, la pasada semana, estaban centradas en atisbar la posible connivencia entre el proveedor de sellos "manipulados" y la compañía. Línea que han continuado las defensas de las acusaciones populares durante la última jornada del juicio.
Niega la estafa piramidal
El directivo de la filatélica también negó ayer que la actividad de la compañía funcionara a semejanza de una estafa piramidal, en respuesta a una de las acusaciones particulares. El presidente recordó que los tribunales han reconocido que existía un "tránsito mercantil" en sus operaciones y que Afinsa no realizaba una actividad financiera, es decir, que no se administraban recursos de terceros por lo que "ni remotamente se puede hablar de negocio piramidal" en sus operaciones.
De nuevo, insistió, como ya hizo en las dos jornadas anteriores, en que la sociedad se dedicaba a comprar sellos que luego vendía a sus clientes, abonándoles mediante talones bancarios y durante el tiempo de duración del contrato unos anticipos -que no intereses, subrayó- con cargo a "recursos propios de la compañía" pero no utilizando el dinero de las inversiones de otros clientes. "No se casaba dinero de uno con dinero de otros", remarcó.
Cano Cuevas, para el que la Fiscalía pide 19 años de cárcel, junto al resto de la cúpula directiva, recordó que, hasta junio de 2006, fecha en que Afinsa fue declarada insolvente, no se recibió ninguna queja de los clientes. Actualmente, hay 190.00 afectados que reclaman a la compañía 1.900 millones de euros.