Empresas y finanzas

Bonopark, la concesionaria de las bicicletas públicas de Madrid, está al borde de la quiebra

  • La empresa que contrató Ana Botella pierde 300.000 euros al mes
El servicio de alquiler se ha hecho muy popular. En la imagen, acto electoral del Partido Popular el pasado mes de mayo.

elEconomista.es

A Bonopark, la empresa elegida por la alcaldía de Madrid cuando Ana Botella ocupaba su asiento, no le salen las cuentas. Lejos quedan las expectativas levantadas en junio de 2014 cuando la entonces alcaldesa estrenaba de forma oficial el servicio frente a la sede del Ayuntamiento.

El problema de la concesionaria no es, sin embargo, la escasa demanda. Cada día se registran 18.000 usos de las bicis de alquiler público repartidas por la almendra central, y éstas suman 6.000 horas de uso.

Bonopark tampoco puede echarle la culpa a unos costes disparados por la alta calidad de servicio ofrecido: apenas ha cumplido las condiciones de disponibilidad y número de bicicletas ofrecidas.

El concejal del ramo del actual gobierno municipal, José Antonio Díaz Lázaro-Carrasco, ha reconocido que el contrato de concesión, que incluye el mantenimiento del servicio a cambio de 25 millones de euros, "es un horror".

Sin embargo, se ha mostrado reacio a tomar medidas contundentes por el momento, y afirma que el margen de maniobra del municipio con un contrato que apenas incluye penalizaciones es muy escaso.

La empresa, por su parte, ha amenazado con declararse en concurso de acreedores, lo que podría obligar a Madrid a suspender un servicio que ya se ha convertido en pieza fundamental de la movilidad en el centro de la ciudad.