Defensa no penaliza los retrasos de armamento y sigue invirtiendo dinero
Eva Díaz
La reserva del Ministerio de Defensa respecto a los Programas Especiales de Armamento (PEAS) lleva al desconocimiento absoluto del coste final del programa, evaluado ya en los 35.000 millones de euros por UPyD, y al estado de los mismos. "Ha habido muchos retrasos en los PEAS según reconoce el informe de la Secretaría de Estado de Defensa realizado hace cuatro años, pero públicamente el Ministerio sólo reconoce el del submarino S80", asegura Bernando Navazo, analista de Defensa, a este periódico.
El retraso en la entrega de los cuatro submarinos S80 o Isaac Peral por parte de Navantia ha provocado ya un sobrecoste al Ejecutivo por encima de los 248 millones de euros. El proyecto inicial se tasó en 2.136 millones de euros. La ya exdiputada de UPyD, Irene Lozano, denunció en un informe realizado por el partido que Defensa no sólo no ha penalizado a Navantia por el retraso en las entregas, sino que además ha tenido que invertir 43 millones de euros en actualizar dos de los cuatro submarinos S70 de los que ya disponía.
Se trata de la operación Gran Carena. Así se llama la renovación que el Ministerio hizo de la carcasa exterior de las naves que, según Navazo, incluyó el despiece del submarino, la limpieza del óxido y la preparación con lubricantes. Sin embargo el analista de Defensa reconoce que se desconoce si habrá otra segunda Gran Carena y si es para las mismas naves o las otras dos restantes.
Los problemas del S80
El submarino ya nació con dos problemas, uno de ellos era el sobrepeso de 75 toneladas que se compensó en 2014 alargando siete metros el casco. La solución llegó de manos de la empresa norteamericana Electric Boat, a la que Industria le tuvo que pagar 204 millones de euros por el estudio.
El segundo problema aún persiste y está relacionado con la propulsión de la nave. "Quisimos hacer la tecnología AIP (siglas en inglés de Plataforma Independiente de la Atmósfera), pero no hemos sido capaces", cuenta Bernardo Navazo que presentó el informe junto a Irene Lozano. En palabras coloquiales, explica que se trató de reducir una tecnología del tamaño de un salón al tamaño de una mesa. La AIP permitiría al S-80 mantenerse entre 15 y 20 días sin salir a la superficie, algo que ahora sólo pueden hacer los submarinos nucleares. El Ejecutivo aprobó en los Presupuestos Generales de 2015, dentro del Ministerio de Industria, una partida de 205 millones para la innovación tecnológica del submarino.
Otro programa que también fue polémico dentro de los 19 que conforman los PEAS fue el de los Helicópteros NH-90. Defensa hizo una renegociación con varios programas, por ejemplo se pasó de pedir 190 carros blindados Pizarro a 117, pero destacó el caso de los helicópteros. El Ministerio inicialmente iba a comprar 45 unidades del NH-90 por 1.260 millones de euros y, según asegura Bernardo Navazo, en 2013 se anunció que se comprarían 22 por 1.682 millones de euros. Menos helicópteros por más dinero. La respuesta oficial de la administración a UpyD fue que los 22 helicópteros ahora sí dispondrían de todo lo necesario para despegar.
Supervivencia de la industria
El Ministerio de Defensa no entra a valorar el informe de un partido político que, según fuentes internas, no tiene fundamento. Defienden que los PEAS garantizan la supervivencia de la industria. "Hay 20.000 familias que viven de los puestos que ocupan para la distinta industria de defensa", aseguran las mismas fuentes. Aunque no tienen el dato del coste total de los PEAS -que UPyD estimó entre los 35.000 millones y 37.000 millones de euros, insisten en que hay programas de investigación muy importantes. "La Fragata 110 y el 8x8 son programas en I+D+i que de otra forma no podrían desarrollarse", concluyen.