Empresas y finanzas

Efecto AVE: 28.000 millones de aportación al PIB en 4 años


    Carlos Pizá

    Fomento, con datos de 2010 sobre el impacto de la puesta en marcha del Corredor de Levante, estima que cada euro destinado al AVE genera otro de riqueza. Y aún quedarían 15.000 millones por invertir.

    El debate abierto por los expertos de Fedea (ente respaldado por el Banco de España y por 14 grandes compañías como Santander, Telefónica o La Caixa) en torno a la rentabilidad y sostenibilidad futura de la red española de alta velocidad ha encendido las alarmas del ministerio de Fomento en pleno año electoral autonómico y municipal. Y no sólo porque los informes de Fedea señalen que el AVE jamás será rentable, sino porque un partido con fuertes expectativas de ser llave de gobierno en todos los niveles, como Ciudadanos, ha propuesto reducir la inversión a futuro para terminar lo iniciado y, con el ahorro obtenido, potenciar la inversión en innovación.

    El propio presidente de Renfe, Pablo Vázquez, que ha desarrollado parte de su carrera profesional en ese think-tank, defendió el pasado jueves en una jornada que la alta velocidad española es rentable: ganó 9 millones el año pasado, más que en 2013 aunque no cifró esa ganancia. Y que discrepa de las conclusiones de sus antiguos compañeros de trabajo.

    Poco después, en esa misma jornada organizada por Apie, la propia ministra de Fomento, Ana Pastor, desempolvó un estudio de Accenture de 2010 sobre el efecto económico de la puesta en marcha de la línea Madrid-Albacete-Valencia para recordar que cada euro invertido en AVE genera 0,97 euros en la fase de construcción -y otros 1,02 euros una vez en funcionamiento-. Y que cada empleo directo creado en la fase de obras crea casi otro más indirecto -y hasta 1,04 puestos de trabajo más cuando la línea ya está operativa-.

    Vertebración

    Es decir, que los 14.000 millones destinados a los distintos corredores de Alta Velocidad en España en la actual legislatura 2011-2015 generan otros tantos en efecto directo. En total, una inyección de 28.000 millones de aportación de riqueza. A ello cabe hacer además dos precisiones importantes.

    Primero, que según el mismo estudio, la generación de riqueza indirecta no se limita a la fase de construcción sino que, una vez en marcha, se genera otro euro adicional y otro empleo adicional a medio plazo. Es decir, que los 1.000 kilómetros que se pondrán en explotación antes de final de año aportarán otros 14.000 millones, al menos, durante los próximos años.

    Pastor detalló además las ciudades que quedarán conectadas a la red este año merced al esfuerzo inversor desarrollado en esta legislatura: Zamora, León, Palencia, Castellón, Murcia, Granada y Cádiz (y, con ella, Jerez de la Frontera). La ministra defendió así la vertebración social que genera el AVE y ejemplificó ese impacto indirecto creado una vez que una línea se pone en marcha: en Córdoba, desde que llegó la alta velocidad en 1992, el número de hoteles ha crecido un 50 por ciento.

    Junto a todo ello, y entrando en lo que queda por hacer, la ministra fue igualmente clara en su voluntad de acabar "todos los corredores que están en marcha". Es decir, el Noroeste a Galicia, la Y vasca, el de Extremadura para enlazar con Lisboa, la extensión de Murcia a Almería y el enlace desde León a Asturias. La estimación de Adif es que se necesitarán otros 15.000 millones para completar la malla, lo que generaría siguiendo las estimaciones de ese mismo estudio otros 15.000 millones indirectos y otros tantos durante los años de explotación de los corredores.

    Adicionalmente, desde Renfe se hace una precisión en torno a la conclusión clave de Fedea sobre que los 2.500 kilómetros de líneas AVE españolas actualmente en funcionamiento jamás serán rentables. Aparte del debate sobre qué costes y qué ingresos incluyen los expertos y la propia Renfe para llegar a unas conclusiones u otras, desde el operador público se hace una precisión fundamental en torno al plazo de amortización. "En infraestructuras diseñadas para estar en funcionamiento al menos durante 150 años, pensar que se pagan en 50 es una barbaridad. Así lo defienden catedráticos como Mikel Buesa (Economía) o Pedro Fraile (Historia Económica). Nosotros estimamos que la inversión está amortizada con seguridad en cien años".

    Por ejemplo: en el AVE Madrid-Sevilla, la inversión de 5.460 millones que se ejecutó para su puesta en marcha (cantidad que surge de actualizar a precios de 2012 los 3.000 millones invertidos en la década de los '90) se recupera en 64 años. Ello teniendo en cuenta no sólo la mera cuenta de resultados de la operación comercial, sino los ahorros de mil millones anuales por la reducción de emisiones de gases contaminantes y la eliminación de otros costes externos asociados a otros modos de transporte.

    Junto a la rentabilidad, y atendiendo a parámetros exportables a otros corredores sobre los que no hay estudios tan detallados, la entrada en servicio de la línea de AVE a Levante en 2010 estaba estimado que generaría en la capital cuatro mil empleos y 300 millones de riqueza anual de forma sostenida.