El tren bala japonés cumple 50 años
- La línea de alta velocidad entre Tokio y Osaka fue inaugurada en 1964
- Es la más usada del planeta, con 150 millones de viajeros cada año
- España, Italia, Alemania, China, Francia y Corea del Sur siguieron sus pasos
El tren de alta velocidad, la espina dorsal del sistema de transporte japonés, ha cumplido esta semana su 50º aniversario. El 1 de octubre de 1964 las autoridades niponas inauguraban con pompa la primera línea del planeta diseñada para operar a más de 200 km/h, entre Tokio y Osaka.
La velocidad fue, sin embargo, un factor secundario. En realidad, lo que los renovadores del sistema ferroviario nipón buscaban entonces era, más bien, multiplicar la capacidad de una línea ferroviaria obsoleta y que hacía tiempo que había quedado saturada.
Apodado Tokaido, el corredor no era tanto el resultado de trenes más potentes alimentados por el tendido eléctrico, como de una infraestructura diseñada para minimizar el número de las curvas, y para hacer que su radio fuese el mayor (y por tanto el más suave) de todos los posibles.
La construcción de los viaductos y los túneles necesarios para acortar el trazado se hizo en tiempo récord. Apenas cinco años despúes, y nueve días antes de la celebración de los Juegos Olímpicos en la capital de japón, la línea ya estaba lista para acarrerar a pasajeros de un lado a otro de la isla de Honshu.
En sólo tres años tras su inauguración el Shinkansen (literalmente, "nueva línea troncal) había transportado ya a nada menos que 100 millones de viajeros. Medio siglo después, la línea no es sólo la más antigua del planeta, sino también la más usada, con cerca de 150 millones de pasajeros al año y una de las más puntuales (el retraso medio es de 50 segundos).
No todos comprendieron entonces la revolución que le esperaba al tren, y entre los más críticos se encontraban los dirigentes de los sistemas ferroviarios occidentales, que todavía miraban por encima del hombro a un país que apenas acababa de recuperarse de los estragos de la segunda guerra mundial.
A día de hoy las dudas hace ya tiempo que quedaron disipadas, y cuentan con sistemas de alta velocidad países tan dispares como China o Alemania, aunque la adaptación que cada estado ha hecho de este invento varía notablemente de unos a otros.
Mientras que algunos estados, como Corea del Sur o Italia, han optado por utilizarlo como respuesta a la necesidad de dar más capacidad al sistema de transportes otros, como España (la tercera red de este tipo más larga del planeta), han visto en él la manera de llegar más rápido a casi cualquier punto del país desde su capital.