Codere acuerda reestructurar deuda y capital: la compañía dejará de cotizar en la bolsa

Codere, tras meses de negociaciones, ha llegado a un acuerdo con sus acreedores para reestructurar su deuda y su capital, de forma que los bonistas se quedarán con el 97,78% del capital de la empresa tras una quita de 636 millones que se convertirán en acciones, según ha informado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

No obstante, posteriormente los bonistas venderán a José Antonio y Javier Martínez Sampedro el 19,58% del capital. Además Codere emitirá bonos por valor de 675 millones, de los que 475 millones irán destinados al canje por títulos existentes y 200 millones serán nuevos bonos en efectivo.

Como parte del acuerdo, la empresa suscribirá también un préstamo de 253 millones, que junto a los nuevos bonos reemplazarán al contrato actual de financiación. 

Codere dejará de cotizar

Asimismo, Codere promoverá su exclusión de cotización mediante la formulación de una opa de exclusión dirigida a todos los que sean titulares de acciones a la finalización del proceso de reestructuración.

La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) suspendía esta tarde poco antes del cierre la cotización bursátil de Codere, y ello "por concurrir circunstancias que pudieran perturbar el normal desarrollo de las operaciones sobre los citados valores."

En concreto, la suspensión se producía pocos minutos antes del cierre del mercado bursátil, cuando las acciones de Codere lideraban las caídas de la Bolsa española al bajar el 12,33%, hasta los 0,64 euros por título. En lo que va de año las acciones de Codere pierden el 7,25%.

En la sesión de ayer Codere lideró las alzas de la Bolsa española al subir el 19,67%, impulsada por las especulaciones que apuntan precisamente  a que podría haber llegado a un acuerdo con sus acreedores para evitar entrar en concurso.

Tras sucesivas prórrogas, Codere y sus acreedores tienen de plazo hasta las 05.00 horas de mañana para continuar con las negociaciones que mantienen desde hace meses para evitar que la compañía entre en concurso de acreedores.

Ambas partes han firmado un acuerdo de no exigibilidad de obligaciones ("stanstill", en inglés), lo que implica que durante las negociaciones para reestructurar la deuda de la compañía el deudor se compromete a no presentar concurso y los acreedores a no emprender acciones legales ni requerir pagos.