Los Ruiz-Mateos siguen controlando las marcas de Dhul desde Belice
Han pasado tres años. El 17 de febrero de 2011 José María Ruiz-Mateos, rodeado de sus seis hijos varones y varios directivos de la empresa, se presentaba ante los medios de comunicación para declarar la entrada en preconcurso de acreedores de Nueva Rumasa.
Un juez italiano condena a la familia Ruiz-Mateos a pagar un millón por Clesa.
Era el principio de un proceso que se ha saldado hasta ahora con miles de inversores atrapados, una estafa millonaria que acumula ya 137 tomos en el juzgado de instrucción número 5 de la Audiencia Nacional y el embargo de todos los bienes de la familia. Pero tres años después, los hijos de Ruíz-Mateos no sólo han vuelto a hacer negocios, desafiando así a la Justicia, sino que además siguen siendo los propietarios de más de una treintena de marcas alimentarias, incluida la de los flanes y postres Dhul.
Lo dice la Udef, la Unidad de Delitos Económicos y Fiscales de la Policía, en un informe realizado en 2013, e incorporado ahora al sumario del caso. "La información que se ha reflejado en este informe resulta inequívoca en lo que se refiere a la mercantil Lerton Holding, Inc., sociedad del grupo Nueva Rumasa, de la que son socios José María Ruiz-Mateos y Jiménez de Tejada y sus seis hijos varones, domiciliada en Belice y titular de diferentes marcas comerciales relacionadas con Dhul", asegura el informe, al que ha tenido acceso elEconomista.
Pero no es sólo eso. La Policía ha alertado además al juez de que "resulta del mismo modo evidente que la familia Ruiz-Mateos está intentando, de una u otra forma, poder vender esta marca a un tercero, lo que les ayudaría a obtener cuantiosos beneficios y una liquidez que a día de la fecha no poseen". Así, en este mismo informe de mediados de 2013, la policía alerta de que las marcas del grupo Dhul estarían valoradas en unos 2 millones de euros pudiendo alcanzar hasta los 30 millones de euros, según los propios administradores concursales "si no se encontrase en situación litigiosa". En este sentido, la Udef alerta de la importancia de evitar la venta porque el dinero iría "directamente a manos de la familia Ruiz- Mateos".
Traspaso de la fábrica
La administración concursal de Dhul vendió la fábrica granadina de la compañía al grupo Andros por un valor de 2,05 millones, dando así cumplimiento a la autorización obtenida del Juzgado de lo Mercantil número 1 de Granada. En virtud de esta operación, el grupo francés se hace cargo de la deuda hipotecaria y los leasing sobre la maquinaria de la fábrica, y se comprometió además a pagar las nóminas atrasadas de los trabajadores de la plantilla actual de la fábrica.
Justo antes de realizar esta operación, el pasado mes de mayo, la administración concursal informó a la Policía de que se había presentado una demanda para la recuperación de las marcas y de que existía además la constancia de que Lerton Holding había solicitado en junio de 2012 la transferencia de las marcas de Dhul a una sociedad domiciliada en las Islas Seychelles, Fox Wood, pero que el juez encargado del concurso había dictado una medida cautelar para bloquear la operación. Fuentes jurídicas han explicado que el juez ha dado además permiso a Andros para utilizar la marca Dhul durante un tiempo, a la espera de que prosperen las demandas presentadas.
Lerton Holding no es la única sociedad que la familia Ruiz Mateo tiene fuera de España. Según los datos obrantes en manos de la Udef, la red internacional de la antigua Nueva Rumasa se multiplicó en los años previos a la caída del holding de la abeja. A fecha de hoy la caída de Nueva Rumasa ha dejado un agujero de unos 2.000 millones de euros entre los fondos de los pagarés, los préstamos de los bancos y las deudas que arrastraban algunas empresas y las ventas ficticias.
En cuanto a la facturación falsa, la policía explica que en empresas como Dhul, la familia imputó una serie de ingresos de cara a cierre del ejercicio 2009 para incrementar las ventas de la compañía hasta los 6,6 millones de euros. El informe aseguran que eran falsas, ya que no suponía la salida de producto y que todas se generaban en Canarias para evitar generar IVA. La policía asegura que la familia Ruiz Mateos infló la cifra de ventas para falsear los balances de cara a la emisión de pagarés y así poder colocarlos mejor en el mercado entre los inversores.