Vodafone España queda desparejada, pero dueña de su destino
- El proyecto de fusión sitúa a Vodafone en una encrucijada
- El operador rojo puede aprovechar el disloque comercial
Antonio Lorenzo
Los títulos del Grupo Vodafone cayeron el 3,23% por ciento el pasado martes, el día en el que Orange España y MásMóvil anunciaron la negociaciones para fusionarse. Ese acuerdo entre rivales excluía del proceso de consolidación a Vodafone España -al menos por ahora-, y obligaba a un replanteamiento inmediato del futuro de la filial del grupo británico.
La lectura de los inversores no fue amable, ya que anticipaba una competencia feroz de la 'teleco' en España, en breve alejada de los puestos de cabeza y sin socios con los que compartir las inciertas travesías que deparan el negocio de la hiperconectividad, la web 3 o el metaverso.
Por lo pronto, Vodafone España ha encajado la situación con deportividad mientras se prepara para afrontar el viaje en solitario. Dice el proverbio que yendo solo se camina rápido, aunque quizá no se llegue muy lejos. Al margen del ruido de sus vecinos, Vodafone España podría aprovechar comercialmente las oportunidades de sus reforzados rivales, atareados en procelosas integraciones de estructuras y tareas, para lanzarse a la caza de clientes con la agresividad que se presupone de los alternativos.
Tras meses de incertidumbre por el runrún de las compras, con Vodafone emparejada unas veces con MásMóvil y otras con Orange, el operador rojo vuelve a ser dueño de su destino. Pero la tarea no es fácil. El negocio de las telecomunicaciones exige operadores muy eficientes y musculados para poder afrontar las inversiones de despliegue de fibra óptica y de 5G, especialmente en las zonas rurales del país.
Los observadores del mercado hacen sus proyecciones sobre el destino de Vodafone España con tres escenarios posibles: que el operador se ponga en el escaparate, expuesto a los fondos u otros competidores, para venderse al mejor postor; que se lance al ataque para comprar los operadores interesantes que pululan por el mercado; o quedarse como estaba, concentrado en mejorar la rentabilidad y el crecimiento orgánico. Otros analistas son más expeditivos y descartan esta última opción para reducir el debate al "up or out", es decir, o "subes o sales", sin margen para continuar como si nada hubiera sucedido.
El Grupo MásMóvil contará con el asesoramiento legal de los bufetes Freshfields y Pérez-Llorca
Por ahora, la única certidumbre del mercado es que Orange y MásMóvil, junto con sus respectivos ejércitos de asesores, acumularán miles de horas extras en los próximos meses. El grupo galo se apoyará en Lazard en asuntos financieros y, presumiblemente ocupará a sus equipos internos para pisar firme en temas legales y fiscales. Por parte de MásMóvil, al asesoramiento financiero corresponde a Goldman Sachs y BNP Paribas, a los que se añadirá el bufete de abogados Freshfields para temas financieros y a Pérez-Llorca para la regulación de competencia.
El grupo Vodafone también tiene a sus consultores estratégicos para dilucidar una situación que promete convertirse en caso de estudio en las escuelas de negocios. Mientras la teleco despeja su ecuación española, la bolsa de Londres se olvidó del disgusto español con una subida del valor del 2,76%.