Fernando Vázquez (Expense Reduction Analysts): "La única forma de reducir la factura energética de la industria es contratar PPAs"
- "Para 2022, el contrato de futuros está por encima de los 200 euros, ha subido un 400%"
Sandra Acosta, Rubén Esteller
Fernando Vázquez, Socio Consultor y Area Developer de las regiones norte, centro y sur de España cuenta a elEconomista cómo pueden hacer frente las grandes industrias a la escasez de materias primas y ser más eficientes energéticamente.
¿Qué opciones tiene la industria para intentar pasar el mal trago de la escasez de materias primas?
La situación es muy complicada. La industria podría comenzar por tratar de consumir o de producir lo mismo consumiendo menos energía. Al fin y al cabo, el kilovatio hora más barato es aquel que no consumimos, por tanto, todo lo que tiene que ver con un consumo menor de energía es una vía de actuación. Para eso, lo que tienen que hacer las empresas es una serie de auditorías energéticas, ver dónde gastan y cómo son capaces de mejorar.
Por otro lado, invertir en instalaciones de autoconsumo es otra solución. Tener plantas de autogeneración energética para autoconsumo es esencial. Actualmente la situación está mucho mejor, pero hasta hace no mucho estas inversiones solían tener un retorno de 7 a 10 años para las empresas. Si no hay posibilidad de autogenerar esa energía, la solución es buscar la mejor opción de contratación que puedan tener.
En un escenario como el actual, por ejemplo, en el que los paneles solares se han encarecido un 50%, los PPAs están subiendo. ¿Qué margen tienen las empresas?
Tal y como están las circunstancias en este momento, lo mejor es contratar a largo plazo. Anteriormente, las empresas solían contratar de 12 meses en 12 meses, dentro de un mercado más o menos estable, garantizando año a año cierta competitividad y los costes energéticos no se salían de lo que podía ser la media, estando en línea con el mercado. En una situación como la actual para garantizar cierta competitividad, ya no solo a nivel nacional, sino internacional, la única manera de reducir la factura que se paga es llegando a acuerdos a largo plazo, es decir, de 5 a 7 años para arriba, por ejemplo, hasta 10, utilizando una herramienta llamada PPA (Power Purchase Agreement), mediante la cual el que te vende energía te garantiza un precio fijo menor para comprar esa energía.
Aunque los precios de PPA estén subiendo, siguen siendo la mejor alternativa frente a comprar energía de forma tradicional. Para 2022, el contrato de futuros está por encima de los 200 euros. No hay comparación, uno te ha subido entre un 15% y un 25% frente al 400% que ha subido el otro.
¿Estáis viendo que las eléctricas estén ofreciendo precios interesantes con ese periodo temporal, de 5 a 7 años? Antes no los había.
Efectivamente, las eléctricas no se centraban en esto porque no había mercado. Los PPA, de hecho, nacen cuando, por ejemplo, tienes un instalador de placas solares este busca garantizar la venta de esa energía. Actualmente, ya hay comercializadoras que te ofrecen contratos a largo plazo en modelos similares.
Respecto a las auditorías energéticas, el Gobierno tenía un plazo en el que obligaba a las industrias de determinado tamaño a llevarlas a cabo. ¿Cómo es esto?
El Gobierno sacó un Real Decreto en el 2016 en el que cada 4 años las industrias que facturan por encima de 45 millones de euros están obligadas a hacer una auditoría energética sobre al menos el 85% de su consumo energético, entendiendo por esto no sólo la electricidad, sino la electricidad, el gas y los combustibles. Una empresa de camiones que facture 100 millones de euros tiene obligación de hacer estas auditorías a pesar de que en lo que más gasten sea gasoil. El año pasado estas empresas tuvieron que hacer la renovación de las auditorías, lo que pasa es que pueden darse casos de que estas se hagan sólo para cumplir con el expediente legal en vez de con el compromiso medioambiental.
¿Se está preguntando por las "comunidades energéticas"?
En algunos casos nos han preguntado por ellas, aunque esto no es nuevo, no es más que un grupo de compra. Nosotros no somos especialmente partidarios de estos grupos de compra por experiencias del pasado ya que el precio de la energía eléctrica venía siempre marcado por el eslabón más débil de todo el grupo de compra. Es decir, como el tema del consumo energético es un producto que tiene riesgo relativamente alto por los abales que tienen que poner las comercializadoras. Después está el riesgo de impago que puedan tener, ya que tienen que pasar 3 o 4 meses hasta que finalmente puedes cortar el suministro a alguien que te impaga. Si estás ofreciendo un precio a un grupo de 20 empresas y dentro de este hay 5 que tienen un riesgo financiero mayor que las otras, el precio de las restantes se ven penalizadas por esas 5. Son herramientas que no hemos visto que tengan un efecto positivo para la mayoría de nuestros clientes.
En el caso de las pymes, ¿buscan perfiles como los vuestros para asesorarse en cuanto a eficiencia energética?
Hasta hace muy poco no habían sentido la necesidad de dar ese paso puesto que las acciones de sostenibilidad no tienen el suficiente calado dentro de las pymes españolas en comparación con las de otros países, por ejemplo, de Europa. Como ahora mismo se ven con márgenes más justos, se está produciendo un cambio de mentalidad y están transicionando a ser más eficientes energéticamente.
¿A qué se puede deber esta diferencia?
Yo creo que es un problema de foco. A pesar de haber mayor consideración que antes y teniendo claro que la sostenibilidad siendo importante, en España no es uno de los factores primordiales o a tener en cuenta dentro de las empresas. Quizás en las más grandes sí, pero en cuanto se empieza a bajar en la pirámide empresarial esto deja de tener tanta importancia.
¿En qué sectores trabajáis más?
Nuestra labor es intentar optimizar los costes de nuestros clientes, que van desde la factura energética hasta el ámbito logístico, y que pasan por la producción, la compra de productos, etcétera. Principalmente asesoramos al sector industrial y al sector agroalimentario, aunque también trabajamos para el sector turismo y el sector sociosanitario.