Empresas y finanzas

Reinventarse o morir: éxito y fracaso de 5 empresas que cambiaron de nombre antes que Facebook

  • El 28 de octubre se conocerá la nueva identidad de la red social
  • Apple, Google o Philip Morris también cambiaron de nombre
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elEconomista.es

"Reinventarse o morir". Una frase muy popular que sirve para representar la necesidad constante de actualización para permanecer relevante y no caer en el olvido o peor, en desagracia. A veces, los motivos que llevan al cambio son socioculturales, por tendencias. Otras, sin embargo, buscan un necesario lavado de cara tras un escándalo, o varios. Este es precisamente el caso de Facebook que, tras una serie de polémicas filtraciones, está planeando cambiar su nombre corporativo y crear una nueva empresa matriz.

No será hasta el 28 de octubre cuando se conozca la nueva identidad de la red social, con la que pretende sentar las bases del futuro de la compañía. Hasta entonces, he aquí una recopilación, elaborada por Make It de CNBC, de otras empresas que apostaron por cambiar de nombre y si se reinventaron con éxito o fracasaron.

Apple antes tenía apellido: aunque más de uno ya no se acuerde, antes de 2007, la compañía de la manzana se llamaba Apple Computer. Coincidiendo con el lanzamiento del primer iPhone, Steve Jobs, anunció que la compañía abandonaría su apellido y pasaría a llamarse solo Apple.

La decisión fue todo un éxito. En la última década, el precio de las acciones de Apple ha aumentado casi un 1.200% y la valoración de la compañía supera los 2,4 billones de dólares.

Google ya lo intentó: el primer cambio de identidad de Google se remonta a 1998, cuando los cofundadores Larry Page y Sergey Brin le pusieron el nombre actual (hasta entonces se llamaba BackRub).

El segundo lavado de cara vino en 2015 con la formación de su empresa matriz Alphabet. Según la compañía, se trataba de un intento por alejar a Google de la imagen de buscador de noticias y relacionarla con la inteligencia artificial, los coches autónomos y la inversión en capital riesgo. En realidad, Google se encontraba en una situación similar a la que vive actualmente Facebook: estaba siendo investigada por violación de las leyes antimonopolio.

Desde entonces, el precio de las acciones se ha quintuplicado y la empresa está valorada en 1,9 billones de dólares. No obstante, a Google se la sigue conociendo con ese nombre y a su empresa matriz todavía se enfrenta a demandas antimonopolio en Estados Unidos.

Philip Morris y el coste del tabaquismo: Philip Morris y otras grandes tabacaleras llegaron a un acuerdo de 200.000 millones de dólares con el gobierno de Estados Unidos para pagar los costes sanitarios relacionados con el tabaquismo en 1998. Poco después, el fabricante de la emblemática marca de cigarrillos Marlboro pasó a llamarse Altria Group, en un intento por alejarse de su simbólica imagen en Estados Unidos.

En esa línea, Philip Morris International hizo publica este verano su intención de dejar de vender cigarrillos Malboro en Reino Unido para 2030. El CEO de la tabaquera, Jacek Olczak, le llegó a pedir al Gobierno británico que incluya los cigarrillos en la misma categoría que los vehículos de combustión interna y los prohíba para 2030.

El cambio de nombre no tuvo el efecto deseado: en los últimos cinco años, el precio de sus acciones ha caído más de un 24% y su valoración de mercado actual roza los 90.000 millones de dólares.

Pollo frito "saludable": aunque parece que la vida saludable es una tendencia actual, lleva años amenazando al sector de la comida rápida. Ya en 1991, Kentucky Fried Chicken eliminó "frito" de su nombre, en un intento por cultivar una imagen más sana, y pasó a llamarse KFC.

Una renovación que ha reportado enormes beneficios a la compañía. En la actualidad, es una de las mayores cadenas de comida rápida del mundo. Además, es propietaria de Yum! Brands, que engloba a Pizza Hut y Taco Bell. En cuanto a sus ingresos anuales, el año pasado superaron los 26.000 millones de dólares.

Una derrota convertida en victoria: tras verse obligada legalmente a cambiar su nombre en detrimento del grupo conservacionista World Wildlife Fund, la Worldwide Wrestling Foundation pasó a llamarse World Wrestling Entertainment.

Una derrota que la WWE ha sabido aprovechar para reinventarse e incluso registrar ingresos récord de casi mil millones de dólares en plena pandemia.