Empresas y finanzas

Antigua fábrica de Clesa: de factoría industrial a espacio de creación

  • Gracias al proyecto 'Val-Verde', ganador de 'Reinventing Cities 2021'
  • La intención final es convertirlo en una 'fábrica de conocimiento'
  • El proyecto también persiguen dar respuesta a las necesidades de asociaciones

elEconomista.es
Madrid,

La antigua fábrica de Clesa, situada en el distrito de Fuencarral-El Pardo (Madrid) y actualmente en estado de abandono, se convertirá en el año 2024 en un centro dedicado a las ciencias y las culturas de la vida gracias al proyecto Val-Verde, ganador de la convocatoria 2021 de Reinventing Cities, promovida por la red C40, que engloba a las 97 ciudades que generan el 25% del PIB mundial.

Esta iniciativa, que pretende impulsar proyectos que desarrollen soluciones innovadoras en sostenibilidad, integración comunitaria y lucha frente al cambio climático, ha elegido a Val-Verde como proyecto ganador de este edificio, que permitirá transformar la antigua fábrica en una combinación innovadora de espacio de investigación sobre ciencias de la salud, coworking abierto, centro de creación cultural y sede de congresos.

En ese sentido, la factoría se convertirá en un entorno inédito en el que trabajar, aprender, escuchar, investigar y tender puentes creativos entre la ciencia y la cultura, que permitirá además poner en valor uno de los iconos de la arquitectura industrial del siglo XX, creado por Alejandro de la Sota.

El objetivo crear un espacio revolucionario de intercambio y generación de conocimiento, con más de 10.500 m2 destinados a la investigación en medicina y biotecnología

Val-Verde tiene como objetivo crear un espacio revolucionario de intercambio y generación de conocimiento, con más de 10.500 m2 destinados a la investigación en medicina y biotecnología, un centro de congresos para más de 500 personas, un espacio polivalente de coworking destinado a la atraer el talento científico y un centro cultural de más de 1.000 m2. Será un ecosistema abierto a la comunidad científica y cultural, articulado mediante alianzas con instituciones nacionales, como la establecida con la Universidad Autónoma de Madrid, y de ámbito internacional.

Arriba: montaje de la futura 'fábrica de conocimiento'. Abajo: actual estado de la fábrica de Clesa.

Adicionalmente, este proyecto pretende poner en valor un icono de la arquitectura industrial: la fábrica de Clesa, un edificio diseñado por uno de los grandes arquitectos españoles del siglo XX, Alejandro de la Sota. La rehabilitación se plantea como un ejercicio de respeto al patrimonio arquitectónico, garantizando su conservación, y manteniendo la esencia, los espacios y los elementos constructivos que caracterizan este singular edificio.

Una proyecto sostenible

Val-Verde, que se autofinanciará, no dependerá de fondos públicos y será sostenible económicamente desde su apertura, propone un nuevo espacio acorde con su entorno urbano donde la investigación científica y la innovación en el campo de las ciencias de la vida estarán presentes gracias a la relación con el cercano Hospital Ramón y Cajal, el Hospital La Paz y la Universidad Autónoma de Madrid, que ha prestado su apoyo a este proyecto.

Y es que, el mero hecho de recuperar un edificio existente, encontrándole un nuevo uso, es en sí mismo un ejercicio de responsabilidad medioambiental. La intención final es convertirlo en una "fábrica de conocimiento", según los propios ganadores, donde se desarrollarán actividades con un gran componente de generación de valor.

El proyecto también incluye espacios que persiguen dar respuesta a las necesidades de asociaciones y emprendedores del barrio de Fuencarral-El Pardo mediante un centro polivalente de coworking e incubadora empresarial en el que incorporar contenidos y eventos que cubran diferentes intereses de los vecinos del barrio.

Icono industrial del siglo XX

La antigua fábrica de Clesa, que se ha convertido en todo un icono de la arquitectura industrial del siglo XX, fue proyectada por el arquitecto Alejandro de la Sota junto al ingeniero Manuel Ramos, y se inauguró en 1962.

La construcción fue destinada a levantar una fábrica de embotellado de productos lácteos de la empresa burgalesa Compañía Centrales Lecheras Españolas S.A. (Clesa), una compañía que basó sus primeros años, principalmente, en la elaboración de botellas de cristal de un litro de leche pasteurizada que costaban poco más de cinco pesetas la unidad.

Años más tarde, la empresa diversificó sus productos con la elaboración de postres lácteos, hasta que en 2011 la fábrica echara el cierre, hasta la actualidad. Gracias a su tamaño y moderno diseño, ya que fue una de las primeras obras de edificación realizadas en hormigón pretensado, esta fábrica pronto se convirtió en punto de referencia de la zona norte de Madrid, sobre todo en el distrito de Fuencarral-El Pardo. La utilización de este material fue toda una novedad técnica, ya que permitía una mejor optimización de los espacios y aportaba facilidad a los empleados para trabajar con maquinaria.

Gracias a su tamaño y moderno diseño, ya que fue una de las primeras obras de edificación realizadas en hormigón pretensado, esta fábrica pronto se convirtió en punto de referencia 

La empresa, que ha pasado por diferentes propietarios desde su creación, llegó a manos del entonces presidente de Grupo Rumasa, José María Ruiz-Mateos, en 2007. Tras diferentes complicaciones económicas, en 2011 Clesa entró en concurso de acreedores y en septiembre de ese año presentó un ERE. Finalmente, la familia Ruiz-Mateos fua apartada de la gestión y en 2012 la agrupación cooperativa láctea Acolact adquirió la factoría de Clesa en Caldas de Reyes.