Empresas y finanzas
Alina Valean, comisaria europea de Transporte: "El avión de hidrógeno podría ser una realidad en 2035 o antes"
Felipe Alonso
La pandemia ha puesto sobre la mesa la importancia que tiene una coordinación entre los diferentes Estados miembros de la Unión Europea. La comisaria europea de Transporte, Alina Valean, hace hincapié en ese aspecto, señalando que "cuando los países cerraron sus fronteras y empezaron los confinamientos, quedó muy claro que, sin coordinación, nos enfrentaríamos a una grave crisis de las cadenas de suministro".
"Nuestras economías están tan interconectadas que no podrían hacer frente a una desconexión tan repentina", explica Valean, que añade: "Por esta razón la primera medida que adopté, ya en marzo de 2020, fue un ejercicio de solidaridad y coordinación: la creación de los corredores verdes para que los transportistas profesionales no dedicaran más de 15 minutos a los trámites del cruce de fronteras y para que el personal del sector del transporte pudiera trabajar con seguridad y sin restricciones o exigencias adicionales. Los países hicieron suya esta propuesta, aplicándola muy rápidamente. Así pudimos evitar que la crisis fuera más devastadora", detalla.
¿Qué medidas adoptaron desde el primer momento que facilitaron el flujo del transporte, al menos el de mercancías?
La Comisión ha hecho grandes esfuerzos en todos los frentes para mantener el flujo del transporte y coordinar, en caso necesario, las restricciones de viaje impuestas por los Estados miembros. Hemos ajustado los marcos legislativos y emitido directrices y recomendaciones negociadas, como la relativa a los corredores verdes, que funcionaron tan bien que se han aplicado a otros modos de transporte. También intensificamos nuestro diálogo con los Estados miembros y favorecimos el diálogo entre ellos, al tiempo que coordinamos el desarrollo de plataformas de información, como la aplicación Galileo Green Lanes y el portal Re-open.eu. Y más recientemente se ha presentado el certificado verde digital como instrumento para facilitar la movilidad dentro y fuera de la UE.
La Comisión ha apostado muy fuerte por esa movilidad con la Red Transeuropea de Transporte.
Completar la red RTE-T sigue siendo una prioridad absoluta para la Comisión Europea. Desde 2014, la Comisión ha apoyado la inversión en el transporte en nueve corredores de la red básica en Europa de manera muy sistemática, con el objetivo de que la red básica cumpla las normas de la RTE-T para 2030.
El Corredor Mediterráneo es especialmente sensible para España.
El Gobierno español está modernizando de forma continua y progresiva su red de transporte. La Comisión Europea cofinancia 115 proyectos del MCE con más de 840 millones de euros. Muchos de ellos se encuentran a lo largo del Corredor Mediterráneo. La conclusión de estos proyectos favorecerá una transferencia modal hacia el ferrocarril, aunque sea necesaria una inversión continua para garantizar el cumplimiento de las normas de la RTE-T, la adaptación al ancho UIC, el sistema ERTMS y la electrificación. Las inversiones avanzan a un ritmo especialmente satisfactorio en el tramo Barcelona-Tarragona-Valencia-Murcia, donde se está trabajando para la adaptación al ancho UIC. Serán necesarias nuevas inversiones en los tramos Algeciras-Bobadilla, Almería-Bobadilla y Almería- Murcia. Todos ellos podrán optar a cofinanciación europea en el período 2021-2027.
Este año ha sido declarado Año Europeo del Ferrocarril, con el fin de potenciar esta forma de transporte más sostenible, ¿no llega un poco tarde?
2021 es, de hecho, el primer año completo de aplicación de nuestro cuarto paquete ferroviario y también coinciden este año varios aniversarios relacionados con el ferrocarril. Sin embargo, la decisión de declarar 2021 Año Europeo del Ferrocarril se produjo de manera natural, tras el Pacto Verde Europeo en 2019 y la adopción de nuestra Estrategia de Movilidad Sostenible e Inteligente en diciembre del año pasado.
Hay un tema genérico en el transporte europeo, la búsqueda de energías alternativas, como por ejemplo el hidrógeno.
El hidrógeno limpio desempeñará un papel clave en nuestra transición hacia un sistema de transporte sostenible e inteligente. Su uso es especialmente pertinente en las circunstancias en las que la electrificación directa no es posible o es demasiado compleja, incluido el transporte de larga distancia por carretera, el transporte marítimo y la aviación. En el transporte ferroviario, aunque la electrificación sigue siendo el objetivo de las principales líneas ferroviarias de la UE, los sistemas de propulsión con bajas emisiones de carbono -incluidos los trenes híbridos de hidrógeno y los trenes de baterías- son una buena alternativa a los trenes diésel.
Y en el caso del transporte aéreo, ¿lo ve factible?
En Europa se están desarrollando, con perspectivas muy prometedoras, ambiciosos proyectos industriales para lograr un transporte aéreo más ecológico en las próximas décadas. Los grandes aviones de emisión cero impulsados por hidrógeno podrían convertirse en una realidad en 2035 o antes, al menos para los vuelos de corta distancia. Mientras se alcanza este objetivo, debemos garantizar que todos los modos de transporte dispongan de alternativas viables para descarbonizar las operaciones y hacer el mejor uso posible de las tecnologías. En 2050, los combustibles alternativos tendrán una gran implantación.