Cúpulas de oro en tiempos de crisis: las empresas las mayores empresas de España premian a sus directivos con planes de acciones
"La crisis de la avaricia". Así definió Joaquín Almunia el descalabro económico mundial que estamos viviendo. Un castillo de naipes en caída libre y encabezado por las entidades financieras, que, ironías del destino, son al mismo tiempo el remedio y la enfermedad de este virus. Pero tanto protagonismo está colmando la paciencia de los jefes de Gobierno de todo el planeta, sobre todo, por la avaricia desorbitada de sus primeros espadas.
El primero en dar un paso adelante fue el recién estrenado inquilino de la Casa Blanca, Barack Obama, quien, harto de ver como los mismos banqueros que habían colapsado el sistema financiero se iban a sus casas con multimillonarias pensiones bajo el brazo, decidió cortar por lo sano y limitar a 500.000 dólares (400.000 euros) la retribución media anual de los directivos de aquellas empresas que sean rescatadas por el Gobierno.
Las palabras del nuevo icono político surtieron rápidamente efecto en todo el planeta, alimentadas por la lluvia de noticias sobre los elevados sueldos, bonus, planes de opciones y fondos de pensiones que se embolsan las cúpulas empresariales, al mismo tiempo que se dispara el desempleo.
Pago en acciones
Un retrato que, en el caso de las grandes compañías del selectivo índice Ibex 35, resulta todavía más polémico, ya que un tercio de estas empresas cuenta con algún tipo de plan de retribución basado en acciones para sus altos directivos y consejeros.
Una fotografía que parece desagradar al Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero, a quienes acusa de haber extendido el virus de la avaricia por todo el mercado. "Los esquemas de retribución en el sector financiero han contribuido al alineamiento incorrecto de incentivos en la cadena financiera y a la subsiguiente concesión de excesiva importancia al corto plazo. La extracción de rentas por parte de ejecutivos y de otros altos cargos ha ido en detrimento de los accionistas y ha favorecido una toma de riesgos opaca e inadecuada", piensan en Moncloa.
Los planes de opciones sobre acciones (stock options) y las diferentes versiones de retribuciones variables son el centro de la diana a la que apunta el Gobierno, debido a la tentación que pueden tener las cúpulas empresariales de jugar con el valor en bolsa para garantizarse mayores ingresos con sus planes de acciones.
Esta acusación tampoco es nueva. Hace menos de una década, cuando Enron encendió la llama de los escándalos empresariales, estos instrumentos fueron puestos seriamente en entredicho, porque se demostró que varias compañías habían manipulado sus cuentas para seguir engordando el valor de la acción y, así, garantizarse jugosas ganancias en bolsa.
Objeto de polémica
Eso sí, una vez cobradas, la burbuja (en esa ocasión tecnológica), se desplomó y se llevó por delante los ahorros de millones de inversores. Entonces se dijo que para evitar la especulación bastaba con alargar el periodo de cobro de estos planes. Pero el tiempo ha demostrado que tampoco es suficiente y siempre se puede cambiar el plazo para garantizarse el dinero esperado.
Al menos eso han hecho Cintra y Ferrovial (FER.MC), que han decidido extender dos años más sus planes de opciones sobre acciones más antiguos, es decir, los correspondientes a los ejercicios 2005 y 2006. Aunque ambas compañías argumentaron que con esta ampliación del plazo igualaba estos planes con los más nuevos, también reconocían que habían tomado la decisión movidas por la incierta situación de los mercados.
Tras este eufemismo se esconde una cruda realidad: debido al desplome bursátil, las stock options habían perdido todo su brillo y, lo que es peor, podrían haber obligado al grupo a reconocer unos números negativos por su culpa. De hecho, la constructora tiene provisionados 170 millones de euros para cubrir el riesgo de cotización de estos planes, que están elaborados con un precio que oscila entre los 48 y los 66 euros por opción.
BBVA (BBVA.MC) también parece haber olvidado las ampollas de Enron, ya que lejos de alargar sus planes de retribución con acciones ha optado por acortarlo y su nuevo plan de retribución variable con entrega de títulos apenas tiene un periodo de vida de dos años. Este plazo es incluso inferior a los tres ejercicios que exigía su anterior plan y que permitió a la alta dirección de la entidad presidida por Francisco González embolsarse 130 millones de euros en acciones.
En cambio, su gran rival, Banco Santander (SAN.MC), ha visto como el presidente de la entidad no podrá ejecutar el plan de opciones sobre acciones debido al desplome de los mercados. Una pérdida latente que no ha desalentado a Emilio Botín, que ha vuelto a apostar por esta fórmula retributiva para premiar a su equipo.
Retribuciones eléctricas
Quienes también tienen garantizado un generoso bono son los directivos de Unión Fenosa (UNF.MC), que en abril de 2008, cuando ACS ya había empezado a dar los primeros pasos para vender la eléctrica a Gas Natural, fueron premiados con un plan de opciones sobre acciones que, en teoría, no se puede ejecutar hasta 2011. Con una excepción, que la compañía sea víctima de una opa. En ese caso, los 92 directivos incluidos en este plan podrán adelantar su ejecución al mismo momento en que la CNMV, el supervisor del mercado, registre la oferta de compra. El plan alcanza al 2% del capital de la eléctrica.
Este blindaje ante ofertas hostiles tampoco es nuevo. Iberdrola (IBE.MC), por ejemplo, garantiza el pago de cinco anualidades a su alta dirección si perece como consecuencia de una opa. Un millonario colchón que se une a los entre 700.000 y 1,5 millones que se embolsará cada uno de los 35 altos ejecutivos, además del presidente Ignacio Sánchez Galán, elegidos por la eléctrica como beneficiarios del denominado bono estratégico, aprobado en 2008 y que pueden cobrar entre 2011 y 2013.
El primer accionista de Iberdrola, ACS (ACS.MC) , también cuenta con un plan de opciones sobre acciones, que está en pleno periodo de ejecución, ya que fue en 2004 cuando la compañía puso en marcha dos programas de stock options para sus consejeros y altos directivos. Cinco años después, los beneficiarios tienen una ganancia latente de 16 euros por acción en el primer plan y de 6 euros por título en el segundo. Sólo con el primero, suman 107 millones de euros.
Otra compañía que está a punto de alcanzar el punto de maduración de su plan de entrega de acciones son los 34 directivos y consejeros de Acciona (ANA.MC) beneficiados por el plan que aprobó la compañía en 2007 y que contempla entregar a estos ejecutivos 11.213 acciones el próximo mes de mayo, aunque no podrán ser vendidas en un plazo de tres años.
Estos periodos de cadencia para poder vender libremente los títulos son un escudo que utilizan las empresas para salvaguardar la naturaleza que, en teoría, debería acompañar a estos planes: fidelizar a los ejecutivos. Sin embargo, la teoría muchas veces guarda poca relación con la práctica y, como se está viendo con las amenazas de opas, muchas veces se usan para enriquecer a las cúpulas.