Finlandia no se atreve... pero Jaén, sí: una empresa de software implanta la semana laboral de cuatro días

El sueño de todos los trabajadores, tener un día más de descanso a la semana, parecía sólo pasto de una realidad próxima en países escandinavos. Sorprendentemente, ha sido una empresa de software de Jaén la primera en implantar la semana laboral de cuatro días desde el 1 de enero de este año, una iniciativa muy calculada que sitúa a la compañía a la vanguardia de la organización y distribución de las horas de trabajo en Europa.

Finlandia fue la primera en amagar con una semana laboral de cuatro días, una idea estival de su primera ministra recién elegida, Sanna Marin, que tuvo que ser inmediatamente desmentida por el Gobierno que ha formado en quinteto después de correr como la pólvora por todo el globo. No era para menos. De la misma manera que en España se sigue soñando con la generalización de las jornadas intensivas o el teletrabajo, en otros países del mundo desarrollado zumba desde hace tiempo la idea de una semana con un día menos de trabajo. 

A lo que Finlandia no se acaba de atrever, sin embargo, se ha atrevido la compañía de servicios de software para pymes Software Delsol, situada en el municipio jienense de Mengíbar. Desde el 1 de enero, sus 181 empleados gozan de semanas laborales de cuatro días en turnos de ocho horas diarias y sin ver mermado su salario. "Una parte de nuestro equipo humano asistirá sólo de lunes a jueves, y el resto lo hará en bloques de cuatro días continuados, rotando de lunes a viernes y manteniendo un día libre a la semana", ha explicado la compañía en un comunicado.

No se trata de una decisión tomada a la ligera. Juan Antonio Mallenco, responsable de Comunicación y Relaciones Institucionales en la empresa, ha explicado que esta nueva estructura "ha costado trabajo" al carecer de referentes en España. El comité de empresa, los trabajadores y los servicios jurídicos llevan desde 2019 analizando minuciosamente su implementación. 

Mayor productividad y menor impacto medioambiental

Software Delsol ha concluido que la medida reportará beneficios en forma de productividad, un menor impacto sobre el medio ambiente, atracción de talento y conciliación familiar para los empleados. "Esperamos obtener un aumento de la productividad, como demuestran otros ejemplos en Europa y en el resto del mundo, a la vez que un retorno positivo a través de la reducción del absentismo laboral, fidelización de su plantilla y atracción del talento a su equipo", argumenta la empresa. 

La compañía, que presta servicios de aplicaciones y desarrollo de programas para 53.000 pymes en España -un tercio de ellas, de Cataluña-, ha detallado que su nuevo sistema se basa en un reajuste horario por el que se pasará a trabajar 36 horas semanales en invierno y 28 en verano, período en el que ya se había implantado la jornada intensiva. A pesar del menor número de horas trabajadas, el servicio al cliente no se resentirá, ya que la innovadora semana de Software Delsol viene acompañada de 25 nuevas incorporaciones para cubrir todos los turnos horarios. 

La empresa tiene 28 años de historia en un municipio de Jaén que no llega a los 10.000 habitantes, y que da empleo a dos centenares de personas

La firma está convencida de que la mejora de las condiciones de sus empleados y el mayor descanso y conciliación de los mismos redundará en su productividad y mayor capacidad de trabajo, a la vez que forjará una fidelidad y lealtad en el entorno laboral. "Si alguna empresa se anima, que sepa que es posible", ha esgrimido Juan Antonio Mallenco. 

La empresa emerge como una 'rara avis' en el tejido económico español debido a su innovadora visión de la organización del trabajo. Cuenta con 28 años de historia en un municipio de Jaén que no llega a los 10.000 habitantes, y que da empleo a dos centenares de personas que disfrutan de beneficios como seguro médico y aumentos salariales del 3%, por ejemplo, este año. 

El edificio en el que se encuentra Software Delsol desde 2015, en el parque Tecnológico de Geolit, se diseñó con un planteamiento de trabajo diferente, con comedor gratuito para los empleados, sala de descanso, gimnasio, piscina y un tobogán que comunica dos plantas. En verano, las zonas comunes se convierten en una especie de club social donde los trabajadores y sus familias pueden disfrutar de las instalaciones recreativas. Con este escenario, parece evidente que no hace falta mudarse a Silicon Valley. Sólo hace falta mirar unos cuantos kilómetros más al sur y no perder Mengíbar de vista.