ACS vende a Shanghai Electric sus plantas solares por 750 millones
- Se anotará 250 millones en el beneficio de 2019 por la desinversión de sus activos en España
Rubén Esteller
ACS ha alcanzado un acuerdo inicial para la venta de sus proyectos de energía fotovoltaica en España, que espera que se complete en los últimos días de este mes de enero. Aunque el grupo que preside Florentino Pérez no reveló ayer la identidad del comprador, fuentes conocedoras señalaron a elEconomista que la firma que se quedará con estos activos es Shanghai Electric Power. La compañía estatal china, que entró en el proceso para adquirir los activos de Zero-E a última hora, acomete así su primera operación de gran calado en el mercado español.
Los proyectos fotovoltaicos son tanto los actualmente en funcionamiento como los que se espera que se vayan desarrollando y se pongan en funcionamiento durante los próximos años, en el periodo de 2020 a 2022, ambos inclusive, con una potencia total instalada de unos 3.000 MW, según la compañía.
El valor total de empresa que se espera alcanzar es del entorno de 2.200 millones de euros, con un equity value actual de unos 750 millones de euros y cuyos resultados se concretarán cuando se formalice el acuerdo de compraventa.
La intención de Florentino Pérez es contabilizar la operación en la cuenta de resultados del ejercicio cerrado el 31 de diciembre pasado, para apuntarse unos 250 millones de euros de beneficio neto.
El acuerdo entre ACS y Shanghai Electric se produce apenas dos semanas después de que la compañía china anunciara la creación de una empresa conjunta con el promotor español de energía solar y socio inversor Eland. La sociedad, denominada Tayan Energy, ya tiene 2 GW de proyectos en tramitación, principalmente en España, y contará con capacidad para acometer inversiones en Europa por 500 millones de euros.
En los últimos años Shanghai Electric ha tanteado varias operaciones de compra en la Península Ibérica, como las de X-Elio, Empresarios Agrupados o Iberwind.
La pasada primavera, ACS contrató a Goldman Sachs y Société Généralé, uno de los bancos de cabecera del presidente del Real Madrid, para asesorar la operación.
Originalmente ,analizó dos opciones: la salida a bolsa -en ningún caso bajo la fórmula de una yieldco como hizo en el pasado con Saeta Yield- o la venta directa a uno o varios inversores. En ambos casos, su pretensión era desconsolidar Zero-E de su balance, de forma que el grupo se quedara con alrededor del 49 por ciento del capital.
Fracaso de la OPV
Tras el fracaso de esta primera opción, se intentó la venta de un porcentaje superior que tampocó llegó a buen puerto.
La mayor gestora de fondos del mundo, la estadounidense Blackrock, los fondos de pensiones canadienses CPPIB y CDPQ y el fondo de infraestructuras australiano se retiraron en agosto de la lista de interesados en Zero-E. También se redujo el apetito del estadounidense KKR, porque varios de los proyectos de la empresa soportaban elevados riesgos de desarrollo, lo que provocaba que la valoración de ACS estuviese por encima de las estimaciones de los inversores, según fuentes del mercado.
En este escenario, ACS decidió ofrecer la posibilidad de ofertar por algunos de los negocios o geografías en que se divide la empresa. En este sentido, los dos principales nichos eran los correspondientes a la actividad de energías renovables en España, por un lado, y en Latinoamérica, por otro. No obstante, también cuenta con líneas de transmisión y desaladoras.