Empresas y finanzas

La banca extranjera cambia el paso en España y vuelve a crear empleo

  • Las entidades foráneas aumentan su plantilla un 2% en nuestro país
Una sucursal de BNP Paribas. Foto: Archivo.

Fernando Tadeo

La banca extranjera cambia el paso en España y vuelve a crear empleo, con el francés BNP Paribas y el holandés ING como motores. Las entidades foráneas, centradas principalmente en los negocios especializados para altos patrimonios y empresas salvo excepciones, aumentaron el número de trabajadores en nuestro país en 187 personas en 2018, lo que supone un cambio de tendencia y un incremento del 2% con respecto a 2017.

Según los últimos datos disponibles, estos grupos emplean a más de 9.400 personas. BNP elevó en 130 el número de empleados (un 11%), hasta superar los 1.300, mientras que ING lo hizo en 122 (más de un 9%), hasta sobrepasar los 1.400.

El incremento contrasta con los recortes que los grupos de origen español siguen aplicando, una práctica que continuará debido a los expedientes de regulación ya pactados y la necesidad de mejorar su eficiencia para intentar cumplir con sus objetivos de rentabilidad, superiores al 10%.

Incrementos generalizados

Los bancos extranjeros, que en su mayor parte operan bajo el estatus de sucursales, han incorporado profesionales a sus plantillas, aunque en la mayoría no son muy significativas, como puede ser el caso de Natixis, Rothschild, ICBC, JP Morgan o Credit Suisse, con un crecimiento de una o dos personas.

Pero en otros, además de ING y BNP Paribas, que han decidido reforzar sus centros en España para dar servicios a otros mercados, se produce una creación de puestos algo más relevante. Así, por ejemplo, el ecuatoriano Pichincha ha ampliado su estructura con el objetivo de expandir su público objetivo a clientes no vinculados con Latinoamérica y ha lanzado el banco digital Pibank. El número de trabajadores ha subido en 32, un 18% más. También es destacable el aumento del andorrano Andbank en 16 personas, hasta los 256, lo que significa un ascenso de casi el 6%.

Este cambio de tendencia generalizado se ha producido en un contexto de recuperación económica, donde ha habido especial interés por los productos y servicios que ofrecen este tipo de bancos, como son la financiación empresarial, la asesoría en operaciones de fusiones y adquisiciones, además de la compra de fondos de inversión ante la caída de los tipos de interés.

Pese a ello, queda lejos la época anterior a la crisis, en la que las entidades extranjeras contaban con cerca de 18.000 empleados. Durante los peores años de la recesión, importantes grupos financieros foráneos decidieron reducir drásticamente sus negocios en España vendiendo una parte relevante de su actividad. Destacan en este sentido las desinversiones de Barclays, de Citigroup y de Morgan Stantley.

El caso de Deutsche Bank

Deustche Bank también ha intentado en varias ocasiones deshacerse de su filial de banca de particulares en nuestro país, pero finalmente ha decidido mantenerlo en cartera ante las bajas ofertas que ha recibido de manera continua. El año pasado el grupo alemán lo intentó por última vez con el objetivo de mejorar la situación por la que atraviesa. Ante la necesidad de recortar costes, la franquicia española sufrió un ajuste de personal de 159 trabajadores, el 7% del total.

El portugués Caixa Geral es otro que ha pasado por apuros y, debido a su plan de reestructuración, ha traspasado el negocio español a Abanca, con 500 empleados.