Empresas y finanzas

La colaboración público-privada, clave para lograr una movilidad eficiente


    elEconomista.es

    El incremento de la población en las ciudades presiona el tradicional modelo de movilidad. El sector privado camina hacia la consecución de los compromisos regulatorios que tiene para lograr vehículos cada vez más eficientes y respetuosos con el medio ambiente, pero sin un empuje adecuado de unas políticas públicas que ayuden y eduquen a los ciudadanos a la adquisición de estos medios de transporte, pero que también promuevan nuevos conceptos de movilidad, los pasos para alcanzar esas metas se ralentizarán.

    Esta es una de las conclusiones que se extrae del Observatorio sobre Movilidad Sostenible, celebrado por elEconomista. En el encuentro participaron Carles Navarro, director general de Basf; Mariano Silveyra, presidente de Cabify Europa; Arancha García, directora del Área Industrial y de Medio Ambiente de Anfac; María Luisa Soria, directora de Relaciones Institucionales e Innovación de Sernauto; Elena Galante, coordinadora del Observatorio de Movilidad Sostenible del Club de Excelencia en Sostenibilidad; y José Pablo Rodríguez, responsable del área de Movilidad Sostenible de Ford.

    Arancha García, de Anfac, señala que el sector de la automoción está viviendo un cambio sin precedentes desde el punto de vista de la fabricación y del modelo de negocio. La industria está comprometida con unos objetivos muy ambiciosos de reducción de emisiones tal y como marca la regulación. El sector tiene una primera meta en 2021, otra en 2025 y otra en 2030. "Si no cumplimos, habrá penalizaciones económicas, así que por obligación el compromiso de los fabricantes es absoluto", explica. Según García, el entorno de cambio trae incertidumbre, porque la venta de coches lleva diez meses de caída consecutiva en España y la demanda de vehículos de ocasión ha crecido frente a los nuevos desde la crisis económica. "Esto es preocupante porque si lo contrastas con los objetivos medioambientales que tenemos, no tiene sentido. Es necesaria la renovación del parque para cumplir con los compromisos y por ello es necesario que todos trabajemos en esa renovación del parque", apunta.

    María Luisa Soria, de Sernauto, asociación de proveedores de automoción, señala que esta industria invirtió el año pasado 1.545 millones de euros en I+D+i para acometer los nuevos retos. Sin embargo, asevera que para que los desarrollos tecnológicos que se aplican a los vehículos para que sean cada vez más eficientes tengan un impacto positivo en el medio ambiente hay que vender más coches nuevos.

    Ante este problema, Elena Galante, del Club de Excelencia en Sostenibilidad, advierte de la necesidad "enorme" de políticas públicas de educación para promover los nuevos modelos de movilidad. "Cuando la empresa privada y la Administración colaboran se generan opciones de movilidad muy importantes".

    Barreras económicas

    No obstante, José Pablo Rodríguez, de Ford, reconoce que si los coches eléctricos no funcionan no es solo porque sean más caros, también porque los ciudadanos no pueden resolver la demanda eléctrica que necesitan para cargarlos. Según Arancha García, el coste de los vehículos eléctricos continúa siendo una barrera y por ello debe ser estimulado desde la Administración. "Es difícil vender un vehículo más cara diciéndole al cliente que no se le puede garantizar dónde lo va a cargar. Estas barreras hacen que estos vehículos no vayan al ritmo que todos desearíamos, tanto administración como fabricantes, por eso debemos trabajar de forma coordinada y tener una hoja de ruta para saber cómo llegar a los objetivos que tenemos", reconoce.

    Carles Navarro, de Basf, asevera que, aunque en la actualidad las baterías frenan la introducción del vehículo eléctrico, su compañía está apostando fuerte por el desarrollo y la innovación de las baterías con inversiones millonarias para permitir que en un futuro haya baterías más pequeñas, ligeras, que se carguen en 15 minutos y tengan una autonomía de 600 kilómetros. "Aún no lo tenemos, pero ya vemos que se puede conseguir. Esa batería es clave para que la movilidad futura sea una realidad", indica.

    Tanto José Pablo Rodríguez como Mariano Silveyra sostienen que el problema de la movilidad del futuro va más allá del desarrollo de los vehículos eléctricos. A juicio de ambos, en paralelo, también hay que lograr cambiar el concepto de movilidad e integrar a las ciudades con la población. Silveyra, de Cabify, plantea que en la actualidad los desplazamientos están desordenados y son ineficientes. Bajo su punto de vista, existe la necesidad de cambiarla a partir de las necesidades y el comportamiento del usuario aunque, en ese punto, será clave conocer el papel que juega la Administración. Para Silveyra, la movilidad del futuro va a ser con menos vehículos en circulación, los que haya, con mayor ocupación, y asociados a energía sostenible. "Nosotros estamos al lado del usuario para que elija alternativas cada vez mayores como un patinete, una moto, pronto podrá elegir una bicicleta, ya tenemos taxis asociados y, en breve, iremos ampliando las opciones", relata.

    Asimismo, Rodríguez, indica que las nuevas generaciones comienzan a ver diferente la movilidad, cada vez más dispuestos a compartir vehículo y con menos sentido de la propiedad privada, en referencia a la tenencia de su propio coche. "Cuando analizas las nuevas costumbres de movilidad llegas a un punto en el que ves que necesitamos una plataforma de conectividad", apunta. El responsable del área de Movilidad Sostenible de Ford aboga por conectar a los coches con las personas e integrar todo ello en las ciudades. En definitiva, conectar las ciudades a las necesidades del usuario. "La Administración debe promover cosas que generen beneficio y a nosotros como ciudadanos que nos sea asequible", finaliza al respecto.

    Arancha García, de Anfac, apunta a otro problema para la introducción del coche eléctrico, en España, los puntos de recarga son insuficientes y, además, no existe un censo en el que se pueda ver todos estos puntos que, a su juicio, deberían estar todos conectados en una misma aplicación.

    Falta de mensajes claros

    En mitad de todos estos hándicap que juegan en contra para el desarrollo de una movilidad sostenible, está el ciudadano. María Luisa Soria, de Sernauto, señala que es muy importante transmitir a la gente un mensaje de certidumbre porque no sabe qué coche tienen que comprarse y, al final, se lo compra viejo. En este aspecto, Elena Galante, apuesta porque el etiquetado de los vehículos ya es un pequeño paso hacia adelante porque hace tangible la realidad de las emisiones de los vehículos de cada persona y acompaña en el proceso de conciencia hacia la compra de un vehículo eléctrico. "¿Qué debemos hacer en un periodo de incertidumbre? -se pregunta García-. El sector tiene los objetivos marcados, pero no podemos hacerlo solos. Debemos colaborar todos, la Administración también, para crear un ecosistema de movilidad". A su juicio, la caída de la venta de coches se puede corregir, pero se necesitan mensajes claros y un plan de choque de trabajo consensuado con los distintos agentes para lograr la descarbonización, la reducción de emisiones y, por extensión, la mejora de la calidad del aire. "España debe contar con una estrategia de país y planes de acción a largo plazo", añade Soria, de Sernauto.

    Para Navarro, de Basf, es primordial explicar que el objetivo de la descarbonización no es incompatible con la competitividad de la industria. "Hay que permitir que lo que tenemos se adapte a las nuevas demandas, ese es un objetivo indispensable", remarca. Según Navarro la reducción del peso y la gestión del calor del vehículo es muy importante porque todo kilo eliminado revierte en la eficacia del vehículo. El director general de Basf apunta a que la química juega un papel fundamental en los coches del futuro y los plásticos seguirán siendo indispensables porque sustituyen a las piezas metálicas, más pesadas, y por tanto, menos eficientes. Asimismo, destaca la importancia de las pinturas de las carrocerías para que reflejen el calor, hagan de aislante dentro del vehículo y por tanto no se fuerce la batería a través de los sistemas de climatización. Finalmente, Navarro recuerda que la movilidad del futuro también pasa por el reciclado de los vehículos. "Nosotros estamos impulsando tecnología de reciclado químico que permite someter el plástico a disolución para tener nuevas materias primas. Hablamos de circularidad, no debemos seguir consumiendo recursos de forma lineal", remarca.

    Respecto al tema de reciclar los vehículos, Arancha García, de Anfac, recuerda que en la actualidad, las ayudas que da la Administración para la compra del vehículo eléctrico obligan a que se achatarre un coche a cambio. Un error para la estimulación de las compras puesto que la persona que se compra un vehículo eléctrico no es para convertirlo en el primer coche porque no tiene autonomía, sino para moverlo por la ciudad. "En Castilla y León solo se han vendido doce coches eléctricos, algo estamos haciendo mal. Esto requiere una reflexión para ver cómo llegar a ese objetivo", dice.

    Nuevos hábitos

    Mariano Silveyra, de Cabify, destaca que la movilidad del futuro no está únicamente en el desarrollo del coche eléctrico, también en entender los nuevos hábitos de consumo del ciudadano en este aspecto. Desde su punto de vista, la Administración no entiende que el usuario cada vez está más acostumbrado a consumir la movilidad de una forma diferente, teniendo él el control desde la palma de su mano. "La Administración debe entender que los ciudadanos buscan cosas diferentes que no le va a dar el transporte público porque no tiene escala y se necesitaría mucha inversión para cambiarlo, así que no le queda otra que mirar hacia el sector privada", considera.

    José Pablo Rodríguez añade que si no se pone a las personas en el centro de la tecnología el avance no va a llegar. "Debemos entender cómo funcionan las cosas", dice.

    Elena Galante recuerda que ya hay medidas en las ciudades que impulsan que los ciudadanos se muevan diferente como la restricción vehicular en determinadas zonas de las ciudades para evitar elevados índices de contaminación. Aunque para Silveyra, si la Administración toma este tipo de medidas, debe dar alternativas. De otro lado, el presidente de Cabify Europa cree que desde el punto de vista de la fiscalidad también se podría ayudar a esta transformación que pasaría por solicitar más tasas a aquellos ciudadanos que cuyos vehículos impacten más en el medio ambiente. Esto permitiría generar un fondo, que a día de hoy no existe, para promover la movilidad sostenible, bien ampliando el número de cargadores eléctricos, construyendo más kilómetros de carril-bici o incrementando las zonas peatonales. Silveyra concluye que hay que actuar pronto porque "la movilidad de las ciudades está en juego".